En su momento, en 1843 un tal Dickens escribió un relato que muchos conocemos: A Christmas Carol. Ya que estamos a 25 de diciembre y que somos propensos a más cuentos y menos estudio, hagamos una versión moderna y mucho más humilde de esta bonita historia.

Este es José, un tipo normal, con sus redes sociales poco activas, su televisión en 4K aunque aún no sabe exprimirla bien y que trabaja en una agencia de publicidad global. Es creativo publicitario y le encanta el cine y las buenas locuciones. De camino a casa suele ir leyendo en su ebook y le gusta navegar en historias épicas de otros tiempos. Esos spots, esa radio que recuerdas y que acumulan premios en su palmarés. Le gusta la historia de la publicidad vamos.

Este año ha decidido pasar unas navidades alternativas, relajadas, a su manera. A su manera es con buena música y buen vino. Solo. Sin nadie, que para eso se pasa todo el año metido en una agencia donde pelea por una buena peli. A eso de las 5 de la tarde, mientras empieza a visualizar lo que va a cenar, oye que alguien toca a la puerta. Ante él, aparece un señor en traje bien peinado, como si saliera de Mad Men y es que de hecho, llevaba una copa de whisky en su mano derecha. Sin preguntar, entra en la casa de José y va directo al sofá. Se desabrocha la chaqueta, cruza las piernas y se acomoda un poco más. José solo puede observar.

Vengo del pasado para contarte algo sobre tu profesión. Quiero mostrarte algo, mira.

La televisión se enciende y aparece un anuncio vintage de detergentes donde además de una mujer, hay un hombre.

Este anuncio se llevó muchos premios en su momento. La innovación es que había una mujer de color y eso, fue un hito maravilloso en la historia. La música es un hit del momento, grabamos con una 35 mm, equipo de cine vamos.

Se frota las manos. Sonríe. Ultima la copa y se levanta. Se va por el pasillo y desaparece. José no sabe muy bien qué narices ha pasado y se queda en el sofá un poco pasmado.

Qué raro que eso de una mujer negra sea innovación, ¿no?

En la puerta de la cocina hay otra persona. En esta ocasión una mujer con vestido y jersey navideño. Lleva unas vans y un flequillo recto negro.

Ahora en el presente la gente de color ya no es moderno. Fíjate, he visto el anuncio en televisión y ahora ando en la web.

Se sienta al lado de José sin importarle el espacio que queda en el sofá. Le muestra su teléfono y empieza a navegar por una página.

Esto es la leche porque complementa la historia que he visto en Youtube. Fíjate, tiene incluso un configurador donde puedo preparar una imagen para compartir en Instagram Stories. Además que tienen toda la razón, lo que cuenta sobre las familias es un problema actual de la que no somos conscientes.

Ella sigue hablando, pero José no entiende nada. ¿Qué son estos personajes que vienen como si fuera el cuento de Navidad? Vamos, que él no tiene ningún problema con nadie ni con nada, ¿por qué le sale esto? Es por eso que cuando la chica acaba y se va jugando con el móvil a la cocina, sólo piensa dónde puede aparecer el siguiente. Mira el pasillo, y allí está, un chico con el pelo muy corto y de color azul que anda tranquilamente bajo una manta y unos pantalones de chándal. Se tira en la alfombra del salón, sorbe su taza de un videojuego y suspira.

No quiero ver la tele ni tocar el móvil, está manchado de publicidad. No entiendo por qué pasas solo estas fechas si hay mucha gente con la que descubrir cosas… pero claro, son bastante coñazo ¿no crees? Que si la televisión, la fotito de turno, esas cosas. A mi sin publicidad, bloqueando los banners y aprovechando sitios sin anuncios.

José intenta abrir la boca pero no le sale nada, solo aire en movimiento que no suena.

Es que a ver, ¿te crees que me voy a acordar del cartel que hay de camino al metro? ¿O del anuncio que va antes de la Vida Moderna? Pues no, ni de coña…

Y siguió hablando. Encendido, solo, ajeno a todo. José también estaba en otro espacio-tiempo, observando el futuro de su profesión. Bueno, más que el futuro lo que podría acontecer. ¿Es lo que queremos hacer? ¿Impactar constantemente y quemar a la gente?

Esa misma noche José se pone a leer sobre data, sobre segmentación de anuncios, sobre las tendencias de la televisión de pago… y se da cuenta, que quizás, solo quizás, con eso consiga que la gente disfrute de la publicidad, como él de los buenos spots de la historia de la publicidad.

 

 

Conclusión: datos, datos, datos y publicidad efectiva en 2019 por favor 😉