Cuando el director del máster en comunicación deportiva y también blogger de IA, Luís Miguel Pedrero te encarga impartir una sesión sobre edición de vídeo y audio en dispositivos móviles, tienes varias opciones. Pero como uno ya le conoce, sabe que la mejor es la más arriesgada. Así que, a experimentar.

Y el experimento consistió en hacer un programa de televisión temático (deportivo, claro) exclusivamente con smartphones.

La idea era simple: cinco reporteros. Cada uno dotado con un smartphone y conexión de datos; y un presentador y un editor/realizador en estudios centrales con otros dos smartphones. Cada reportero realiza las piezas (redacción, grabación y edición) en el mismo sitio donde se produce la noticia. Vía mail las hace llegar a la redacción, donde previamente el realizador habrá grabado la intro del presentador. Se va realizando una “torta” al más puro estilo realización ochentera con dos líneas de U-Matic donde también se incluye el grafismo. Se sube al canal de Youtube y se comparte por las redes sociales.

Se desarrolló la escaleta, se distribuyó el trabajo y se marcaron tiempos. Más o menos se cumplieron. Se subió a Youtube y se distribuyó en grupo cerrado en Facebook. Buen trabajo.

Para ser justos, el resultado de Smartsport, que así se llamó el “monstruo” fue, ¿como diríamos? ¿Catastrófico 🙂 ? Puede que formalmente, sí: pequeños problemas técnicos, coberturas poco fiables, los inevitables enfrentamientos entre formatos, resoluciones.., pero como experimento nos permitió abrir mucho la lata de la innovación, que era de lo que finalmente se trataba.

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El equipo de SmartSport al completo

Os cuento:

Reflexión nº1: Producir este tipo de contenidos es muy sencillo y muy ágil. Más de lo que habríamos pensado. Permite una movilidad y una capacidad de improvisación inéditas. Muy aprovechable.

Reflexión nº2: La pérdida de calidad de la imagen se compensa con la inmediatez en la edición de las piezas. Es cierto que un smartphone, a pesar de los muchos Megapíxels que ofrezca su juego de lentes, sigue siendo un juguete en comparación con las cámaras pro, pero también es cierto que la posibilidad de grabar y editar en el mismo cacharro aportan una ligereza inmensa. Aún así, dos cosas muy recomendables: usar lentes añadidas con un poco más de angular para que los vídeo-selfies de los stand up no sean tan invasivos y utilizar micrófonos externos para mejorar el sonido.

Reflexión nº3: ¿Es la radio con imágenes? Puede que ahora, por fin, sí. Siempre tuvo la televisión “pelusa” de su hermana mayor la radio por esa capacidad de ser la primera en contar según que cosas. La radio siempre llegaba antes. Un smartphone es, en sí mismo, una unidad móvil. Sí, es verdad que aún la tecnología no está lo suficientemente desarrollada para fiarte de un streaming de forma profesional, pero eso llegará.

Reflexión nº4: Costes económicos bajísimos. El coste total de todos los equipos necesarios para este programa no supera el coste de una cámara de vídeo profesional. Los que vivimos en “provincias” sabemos que la televisión local es un fenómeno que malvive en competencia con otros medios por su falta de inmediatez. De hecho, en poblaciones pequeñas, a estos canales como a otros muchos medios informativos no les queda otra oportunidad que convertirse en parásitos obligados de los medios impresos que sobreviven al boom digital. Así, si la información del impreso se realiza un lunes y se lee un martes, la televisión local la lee el martes, la produce y la difunde a última hora del martes o al mediodía del miércoles. Vamos que se convierte en el medio más frío.

De estas y otras reflexiones derivó la siguiente propuesta de modelo de producción:

Juntemos a un grupo de siete comunicadores con el siguiente equipamiento técnico:

– 6 smartphones con datos, con un programa de edición de vídeo (aconsejo vivamente Cute Cut Pro) y con las referidas mejoras de lentes y micro.

– 1 ordenador portátil con adsl y software de edición de vídeo.

– 1 set de chroma key (económico, es sólo para añadir fondos a un primer plano)

– 5 Vespinos (esto es como la magdalena proustiana para los que nacimos en los ’70)

En vez de un programa, nos vamos a dedicar a hacer información local en una ciudad tipo capital de provincias española. (100.000 habitantes).

Con este equipo es suficiente para cubrir la información relevante del día (10-12 piezas) y poder elaborar piezas plausibles de ser consumidas en los tres cuartos de hora siguientes a suceder. Amén de la posibilidad de emitir directos.

El modelo de difusión se divide en difusión gratuita, vía redes sociales, con publicidad en pre-roll y en difusión de pago, vía WhatsApp a grupos de suscriptores, obteniendo de aquí un modelo mixto de financiación, que se basaría en el pago, no por contenido, sino por la inmediatez que otorga el sistema de mensajería y por el sentimiento de exclusividad que ofrece el ser primero en ver, saber o escuchar un contenido. La mejora de la inclusión de WhatsApp como modelo de distribución abre la puerta a nuevos terrenos donde trabajar de forma autónoma y barata, dirigidos a targets muy concretos.

No sé, o no sabemos si esto se puede llevar a cabo de forma rentable o no. Habría que hacer estudios de mercado y demás, pero es muy posible, a mi modo de ver, que por aquí vaya a venir un modelo informativo que hasta ahora no se ha desarrollado y que se puede mejorar aún más con la inclusión de las aportaciones del controvertido ”Periodismo ciudadano”,

Lo que sí es seguro es que la sesión fue toda una experiencia, un reto superado. Y como tal, una vez más surgieron muchas y nuevas forma de pensar la comunicación a partir del uso de smartphones, algo que día a día no deja de sorprenderme.