A un grupo de once alumnos le das unas coordenadas y un smartphone. Han de usar el GPS para llegar a un punto. Usar el giroscopio y la brújula hasta encontrar un código QR. Han de abrirlo con el dispositivo móvil y esto les llevará a una imagen de un señor con barba blanca. Es Henry Jenkins. Lo han descifrado usando Google Googles. Envían esa respuesta por WhatsApp al profesor que desde su despacho les mandará el link al decálogo que Mr. Jenkins redactó en 2007 para definir el Storytelling a través de múltiples plataformas. Cada alumno, ahora ya por separado, asumirá un punto del decálogo. Como está en inglés, ha de traducirlo, procesarlo y hacer un vídeo-selfie en el que cuente lo esencial de ese punto. El undécimo alumno recibirá los diez fragmentos de vídeo y realizará con una app de edición de vídeo de su smartphone un vídeo colaborativo que posteriormente subirá a los perfiles de redes sociales de la asignatura. Resultado: Aprender en carnes propias que sucede cuando juntas smartphone+sensores+transmedia.
Así es la primera clase. Inspiradora. Al alumno le encanta y le motiva: aprende y se entretiene. La magia se desvanece en la clase siguiente. Bienvenido a la uni. Lo que sigue, lo conocéis todos. Qué os voy a contar.
Este blog va de innovar, y a los que nos dedicamos a la Academia (cómo nos mola decir esta palabra…ojo, con mayúscula, no cualquier academia) no nos queda otra que intentarlo, así que aquí va mi propuesta (diréis que utópica) de qué debería ser estudiar ¿comunicación audiovisual?
¿Qué por qué van ya dos veces que lo pongo entre interrogaciones? Ahora lo explicaré, pero primero quiero recordarme a mí mismo qué debería ser un profesor de universidad.
La imagen que siempre intento fijar en mi cabeza es la del sherpa. Alguien que ya ha subido a la montaña, que recorre los senderos, que conoce las dificultades, las opciones, las alternativas, que mantiene una relación de confianza y colaboración con el resto del gremio e incluso con los demás sherpas. Un profesor de universidad debe crear su propia ruta, su propio camino, fruto de su investigación y su experiencia para poder enseñársela a los que le contratan para conocer por primera vez un terreno en el que han de vivir toda su vida profesional. Lamentablemente esto se aleja, salvo en raras ocasiones, de la realidad. Más aún en ¿comunicación audiovisual? (Y ya van tres veces).
Un amigo mío ( ☺ ) tiene una hija de once años. Se siente fuertemente amenazado porque Lucía, que así se llama la incauta, le repite con insistencia que el día de mañana quiere estudiar ¿comunicación audiovisual? (4). Me pide consejo ¿Qué le digo?
La facultad en la que trabajo tiene a mi modo de ver un plan de estudios de comunicación audiovisual excelente. Sin ánimo publicitario, para mi gusto, uno de los dos o tres mejores de los que yo conozco. Sensato y bien planificado. De libro: Narrativa, Lenguaje audiovisual, Tecnología, Estructura del Sistema AV y Producción AV. Las cinco grandes áreas de conocimiento que deben estar. Y aquí está el problema. Sé que a la hija de mi amigo esto no es lo que le va. Y peor aún, sé que a esta profesión se le queda corta esta realidad.
Estoy convencido de que ella, en verdad, y aquí viene la explicación de la interrogación, no quiere estudiar comunicación audiovisual. Sé que ella está pensando en interactividad con robots de Lego, Gravity Sketch, Oculus Rift, Google Glass y Smartphones. Quiere ser influencer en Youtube y videogamer. Tiene serias intenciones de presentar sus dos cortos al Notodofilmfest y después viralizarlos. Le encanta pensar en posibles anuncios para televisión…con realidad aumentada. Cómo no, los efectos especiales. Le apetecería dirigir series de Disney, claro. Y hasta ha preguntado qué hay que estudiar para ser productor de ceremonias de inauguración de los Juegos Olímpicos.
A todo esto. ¿Habría que llamarlo de otra manera? A lo mejor sí, pero a lo mejor, da igual cómo se llame.
En realidad todo esto no es más que el detonante de una reflexión más amplia que tiene que ver con todo el sistema universitario que soportamos. Es antiguo, casi decrépito. No es funcional. Estamos en la era de la personalización y la hiperespecialización y existen carreras como Derecho o Biología, como Periodismo o Económicas. Todo y nada. La Comunicación Audiovisual se limita a ocho semestres (trimestres largos) que sirven de barniz para una profesión tan difusa y poliédrica como la nuestra. Sus planes de estudio no se actualizan en correspondencia con la evolución de la comunicación. No porque no se quiera, es que no es posible: burocracia, acreditación de títulos, adaptación de grados…siempre vamos por detrás.
¿Qué sería operativo? Que no sé si posible…
Me gustaría que la hija de mi amigo fuese acogida por una especie de tutor (como un sherpa nepalí, un guía) que le acompañase durante un par de años haciendo un recorrido diseñado a medida. A mí, lo que me gustaría es que la hija de mi amigo pasase unas horas, un par de días, con muchos de los colaboradores de este blog y que se empapase del expertise de cada uno de ellos. Con profesionales que son capaces de crear, pero también de mostrar su sabiduría y su ideas de forma didáctica.
Que ese suerte de tutor-sherpa-orientador le acompañase un par de días a Madrid a ser la sombra de Eduardo Prádanos en Havas, o que Belén Santa Olalla la acogiese en Londres en la oficina de Robert Pratten durante unas horas para ver in situ cómo se diseña un proyecto transmedia, o que Nico Alcalá le cuente su experiencia con El Cosmonauta y a qué te arriesgas cuando te metes en un crowdfunding.
Añadamos perfeccionamiento de idiomas. Añadamos un brieffing de cultura, arte (Ya que estás en Londres visitando Conductrr, por la mañana te plantas en la Modern Tate, postureas en Instagram y te inspiras). Añade el visionado de un catálogo imprescindible de cine y series. Visitemos productoras, teles y telcos. Algunas herramientas (diseño, edición y cámara, tal vez, postpro). Ayudar tirando cables en un par de rodajes.
Y también conozcamos a los teóricos, para no dejar fuera a nadie… desde McLuhan o Shannon y Weaber hasta Jenkins y Scolari, pero leídos y explicados por el sherpa, cuyo trabajo será darle cohexión, encaje y conexión a todo lo que estás aprendiendo.
Es decir, cada uno de los sherpas en los que nos deberíamos convertir los profesores, debería elaborar su propia oferta curricular que iría mejorando, puliendo y evolucionando con la aportación de los resultados de lo investigado y con la actualización constante del sendero a explorar.
En realidad no me invento nada. Siglo XVI. Cualquier facultad de Medicina de cualquier universidad europea. Cada profesor – médico – maestro tenía asignado un grupo de alumnos – los bachilleres -, que le seguían cual acólitos allá donde este fuera: visitas a enfermos, operaciones, todo. Día y noche. Con devoción. Dejemos la devoción y quedémonos con la idea de acompañar en la exploración. Acompañar. Esa debería ser la gran transformación de la universidad de este tiempo.
Y desde esta óptica, ¿Para qué examinarse? ¿Para qué memorizar…? Nada de créditos, nada de semestres, nada de exámenes. El sherpa diría cuándo el discípulo está maduro. Él diría cuándo estás preparado “pequeño saltamontes” para ser un ya veremos qué, porque sería enseñanza a la carta. Y ni siquiera el título expedido debería tener un nombre catalogado, pues sería el resultado de la combinación de muchos y distintos saberes.
Por eso creo que lo que quiere estudiar mi hija, digo, la hija de mi amigo, es algo así como comunicador – innovador – audiovisual – digital – interactivo – transmediático, demasiado largo de expresar, demasiado corto de entender.
Sé positivamente que este sistema se carga de plano demasiadas estructuras y que está cerca de ser un brindis al sol. Y tampoco quiero tirar piedras contra mi tejado. ¡Qué coño! Estudiar, estudiar comunicación y elegir lo audiovisual para hacerlo es la mejor opción a día de hoy de acercarse a lo que aquí tratamos. Pero, si queremos hacerlo bien, y de verdad, ¡queremos!, hemos de ser más ligeros en los cambios. Tener más reflejos. Debemos aprender a innovar. ¿Alguna sugerencia?
Photo Credit: ralph and jenny via Compfight cc
mi pequeño granito de arena lo pongo en el 2ºESO (13-14 años) que eligen imagen y comunicación. Desde principio de curso crean, por equipos, una empresa audiovisual que quieran…discográficas, productora audiovisual, productora de videojuegos, publicistas……desde ahí, cada equipo, crea un producto y a mediados de año se lanza al mercado. y comienzan a intercambiar servicios. Las discográficas crean la música para el anuncio que rueda la productora audiovisual a petición de la que ha creado un videojuego mientras los publicistas estan diseñando el packaging……se crean unas sinergias muy divertidas y ellos trabajan en equipo. Así me convierto en una sherpa (me encanta el término para profes) pero de grupos de 5 personas máximo. Imposible de uno en uno. Al menos con 14 años los chicos han grabado su música, rodado su videoclip o corto, creado un «workflow» para un videojuego, cuento interactivo, diseñado su zapato ideal para el verano…..cada equipo lo que más le interesa en ese momento. 😉
Wow…yo quiero ir a tu clase. A este tipo de oasis en el desierto es a lo que me refiero. Algunos intentamos este tipo de adaptación, pero mi crítica va más hacia estructuras más profundas. Es decir, a unos planes de estudio q tienen como primera referencia la cuadratura de un Excel. Si no caben ahí, no valen. Se cercena la creatividad como la tuya en aras de una administración más estructurada.
Ojalá te dejen hacer mucho tiempo lo que haces.
Saludos
Pues sin ánimo de publicitar igualmente, en mi facultad de A Coruña tenemos un planteamiento que se aproxima bastante a lo que quiere Lucía. Nacimos así hace once años, comunicación audiovisual, interactividad, animación 3D, videojuegos, Youtubers, etc, etc. Luego la realidad hace de las suyas, pero seguimos intentándolo.
Conozco vuestro plan de estudio. En este contexto es fantástico, pero para mi gusto, y con todos los respetos, ojo… adolece un poco de otros ámbitos. El problema es qué pasará dentro de tres años cuando haya algo absolutamente nuevo. Desde que lo detectas y planteas incluirlo hasta que la ANECA lo verifica y tu lo implantas, probablemente ya está obsoleto. Ese es el problemón al que me refería. Gracias por tu aportación
Hace un par de meses, la revista Audiovisual 451 dedicó un especial a la formación superiore en el audiovisual, incluyendo algunas entrevistas interesantes con representantes de escuelas formativas (principalmente de la Escuela Universitaria de Artes y Espectáculos TAI y de ECAM). En ellas se recorrían las claves de las diferentes ofertas disponibles. Como aportación a este hilo, os dejo un enlace donde aparece la conversación que mantuve con los directores de esta revista. http://www.audiovisual451.com/tai-es-un-nexo-de-union-entre-el-mundo-profesional-y-el-mundo-academico/
Tampoco quiero hacer publicidad, pero soy profesor en la CEU San Pablo y llevamos dos cursos impartiendo un nuevo grado, el de Comunicación Digital, que aúna las ramas de Publicidad, Comunicación Audiovisual y Periodismo dentro de un entorno digital en el que se lleva a cabo un poco lo que comentas. Aunque nos queda mucho camino por recorrer, la verdad es que los chicos de momento están contentos con las asignaturas. Por cierto, enhorabuena por el post y el blog, siempre interesante.
Como dije en un comentario anterior: «El problema es qué pasará dentro de tres años cuando haya algo absolutamente nuevo. Desde que lo detectas y planteas incluirlo hasta que la ANECA lo verifica y tu lo implantas, probablemente ya está obsoleto. Ese es el problemón al que me refería. Gracias por tu aportación»
Hola me llamo Santiago Torrado y soy realizador de promociones de cine y TV.
Trabajo desde hace 24 años para diversos medios. Desde simpre he tenido que adaptarme a los nuevos tiempos, no sólo tecnológicamente y formarme de manera autodidacta.
Además de seguir trabajando como profesional del sector audiovisual, imparto clases a profesionales del sector, a desempleados y a estudiantes universitarios.
El problema para formar profesionales de TV, ha sido desde siempre, encontrar el lugar, los profesores y la formación adecuados para conseguir tal fin. Las profesiones han cambiado totalmente.
Aunque mi experiencia profesional es muy rica y amplia, nunca he podido impartir la formación que necesitan mis alumnos, porque se aleja de los programas convencionales.
La innovación en los planes de estudio es necesaria. Y sobre todo quitar la paja que sobra.
Me parece muy interesante la propuesta que se plantea en este artículo.
Saludos!!!
Completamente de acuerdo Santiago. Gracias por tu interés.
Estudio Comunicación Audiovisual. No se parece en NADA a lo que has descrito ni a lo que en los comentarios he leido. En mi universidad las palabras transmedia,interactivo,webdoc,.. se usan poco y cuando se usan, las uso yo para proponerlo como trabajo pero no tengo ni he tenido a ningún Sherpa que me guie en la universidad. Solo me enseñan lo convencional, lo que se ha hecho hasta ahora. Así que he tenido que «subir al monte» sola. Pero en esa subida he encontrado ayuda: Facebook, Twitter y en general Internet, donde he podido conocer a gente y sitios que me han ayudado. Se podría decir que soy autodidacta, aun me queda camino del monte y por eso, daba lo que fuese por tener la educación que tú has descrito. Me ha encantado. Felicidades por el post.
Gracias por tus palabras y mucho ánimo…tu sherpa aparecerá, no lo dudes. Será en forma de jefe, de compañero, de vete tú a saber qué y verás cómo hay alguien que afortunadamente es capaz de darle encaje y unión a todo lo que habías aprendido hasta ahora. Un saludo