Diez mandamientos

¡Compañeros! He tenido una experiencia mística. Anoche tuve una revelación. Los cielos se abrieron y entre las nubes, un ángel barbudo, mitad Henry Jenkins, mitad George R.R. Martín, me reveló diez mandamientos en formato EPUB. Yo le dije que no era digna de portar su mensaje, pero el ángel me encomendó que difundiera la palabra. Temerosa de que me condene a un infierno para storytellers donde el presupuesto siempre siga siendo cero, cumplo sus designios y aquí os los hago llegar.

1. Amarás al Público por encima de todas las cosas

Porque Él está por encima de todo. Él lo sabe todo, lo que quiere y lo que no. Él tiene el poder de decidir, de construir contigo o de destruirlo todo. Hay que poner al Público en el centro de la experiencia, conocerle y crear a su alrededor, de lo que ya le gusta, de lo que ya hace, de lo que quiere empezar a hacer. Crear una experiencia que le marque la vida porque lo que nosotros creamos está diseñado para Él y se amolda a sus motivaciones intrínsecas. Y además, es una experiencia en el que Él es el rey, puede tomar decisiones verdaderas para contribuir, afectar o elegir el rumbo de la historia. Porque Él es el motivo de todo lo que nosotros hacemos, lo amarás -y algunas veces odiarás- por encima de todas las cosas.

2. No tomarás el nombre de “transmedia” en vano

Porque la evangelización está tocando a su fin, amigos, ya todo el mundo sabe lo que es. Y si no conocen el término, no es porque nunca hayan visto nada transmediático, sino porque no son tan ‘frikis’ como nosotros como para ponerle nombre. Pero es la forma de contar historias que ya utilizamos todos. Por lo tanto, ya no deberíamos emplear la palabra para describirlo todo. Un proyecto creativo transmedia comienza a ser como decir que somos ‘personas humanas’. Incluso cuando algún proyecto no es transmedia, también lo denominamos así porque sigue sonando ‘cool’. Dejemos de decir que nuestro proyecto es el “primer_ _ _ _ _ _ _’transmedia’ en (ciudad / provincia / país / continente)”. ¡Y quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra! Ya hay primeros de todo. Ahora peleemos para que no sean los últimos de cada.

 3. Honrarás la Premisa de tu proyecto

Porque un proyecto sin premisa es como oveja sin pastor, le falta guía, dirección. La Premisa es aquello que quieres contar y que vertebra todo el proyecto. Qué postura defiendes ante determinado tema y quieres dejar para la posteridad. No es solo “es una historia de amor”, sino que claramente te posicionas: “el amor es lo único por lo que merece la pena luchar” o “el amor es la gran mentira de la sociedad”. No es lo mismo. Y lo cambia todo. Porque si utilizamos la premisa como brújula, esta va a determinar cómo contamos la historia en cada una de sus manifestaciones, dándole coherencia y unidad.

 4. No usarás plataformas solo por sumar

Porque la avaricia rompe el saco. No por usar muchos canales hacemos el proyecto ‘muy transmedia’. Es más, lo más probable es que sea un error. Cada canal responde a un principio y cada canal cuenta la historia de una manera. Hay que plantearse seriamente qué va a añadir ese canal nuevo que pretendes sumar, qué valor le va a dar a la historia. Incorpóralo solo si logrará hacer que algo más vaya a resonar en el Público y que no puede hacerse a través de los canales que ya tienes. Si no tienes un buen motivo aparte de “porque molaría”, no lo hagas. Necesitarás crear contenido de calidad vertebrado para ese canal, el hecho de que lo hayas abierto no hace que ya cuente su parte correspondiente de la historia.

 5. Aceptarás las reglas de la interactividad

Porque la interactividad consiste en que le propones al Público que participe. Que contribuya creando contenido, que colabore en el desarrollo de la historia, que cambie incluso el final que tenías previsto. Tú pondrás las normas iniciales, pero una vez hayas abierto la puerta de la participación… tendrás que cambiarlas todas. Si no estás preparado para escuchar lo que la gente tenga que decir, no lo conviertas en co-creador. Si lo haces, asume lo que venga, sé flexible y sobre todo, disfruta de que tu proyecto ya no es solo tu proyecto, es un poco de todos ellos.

 6. Te equivocarás muchas veces durante el proceso

Porque no lo sabes todo. Es más, sabes muy poquito. En este mundo, está todo por hacer, todo por descubrir. Y aquello que pensabas que era una brillante idea, bueno… pues no lo fue. Meterás mucho la pata, especialmente porque Él no reaccionará como esperabas. O porque le has dado prioridad a la plataforma equivocada. O porque no has sabido comunicar bien en qué consistía todo. Bueno, pues te vas a equivocar mucho. Así que cuanto antes empieces mejor. No hay un proyecto perfecto, así que es mejor que lances algo, aunque sea pequeño y sientas que no está preparado, a que se quede en un cajón volviéndose más y más perfecto, pero más y más teórico. Y a aprender de las meteduras de pata.

 7. No intentarás medir los resultados de forma convencional

Porque ya no se juega como se jugaba antes y muchos de los baremos que tenemos ya no funcionan. Esos baremos no miden la actividad real de un participante, no valoran cualitativamente su engagement, no contemplan lo que nuestra historia le ha hecho sentir a algunas personas. Así que inventarás nuevos KPIs y defenderás medidores diferentes a capa y espada. Pero sobre todo, definirás el objetivo de tu proyecto y medirás los resultados siempre teniéndolo en cuenta. Además, tratarás con mucha gente que no sabrá de lo que estás hablando. Por lo que también tendrás que correr la voz y convencerles que medir como hasta ahora no lo mide todo.

 8. No codiciarás la repercusión y el éxito ajenos

Porque cada proyecto es un mundo… Hay mucho, muchísimo contenido ahí fuera. Probablemente esa idea que tuviste hace tiempo se está materializando a manos de otro. Y funcionará realmente bien. Tendrás que vivir con ello… No es bueno para la salud tratar de comparar el éxito de unos proyectos con otros, porque cada proyecto tiene su idiosincrasia, pero sobre todo, su ‘momento’. Hace dos meses a lo mejor no habría funcionado. Lo mejor es mirar y aprender: de su plan de distribución, de su plan de negocio, de su estrategia de contenidos. En cuanto al ‘momento’, tendrás que desarrollar un sexto sentido para detectarlo. No serías el primer innovador tan pionero que su proyecto ha visto la luz antes de que Él estuviera preparado para recibirlo.

 9. Estarás al día de todo lo que se hace en el mundo

Porque se aprende de todo. Suscripciones a Newsletters, páginas de Facebook, alertas de Google, hashtags, conferencias, escuchando -de verdad- a los demás. Se están haciendo cosas increíbles ahí fuera y aquí dentro, y ya no solo en el ámbito transmediático. Hay que seguir los avances en tecnología, los cambios en la sociología, los movimientos artísticos, los nuevos iconos de la cultura popular… Todo afecta para buscar y entender ese ‘momento’. Además, hay que seguirlo todo, porque ya todo está inventado, y cada impacto de algo nuevo que registras, desencadena algo diferente en tu cabeza. La creatividad es cómo combinas elementos que ya existen. Pues cuantos más elementos conozcas para la ecuación, mejor.

 10. No seguirás ningún mandamiento, norma o instrucción

Lo que convierte toda esta parrafada en una gran contradicción. Bueno, disfruta de las contradicciones, no las sufras. Y pásate todo lo que he dicho por el forro. No hay una forma estipulada de crear. No hay un método, no lo busques. Cada uno hacemos las cosas como sabemos o como podemos. Se puede aprender de lo que hacen los demás, pero huye de los falsos profetas que anunciarán categóricamente cómo se deben hacer las cosas. No busques al mesías del transmedia, conviértete en él. Solo quítate de la cabeza el resorte de “eso no se puede hacer” y hazlo, a ver qué pasa. Y cuando lo hagas, cuéntamelo, que también quiero aprender. Y ahora, devuélveme estos mandamientos, que son los míos. Tú hazte los tuyos propios. Aunque solo sea para romperlos.

 

Imagen | Wayne Stratz

@belen_santa