Un Salto de Fé

Una de las pruebas para conseguir el Santo Grial en la Peli de Indiana Jones y la Última Cruzada, consistía en realizar un definitivo acto que probara la absoluta afirmación de la fé del doctor Jones en la existencia del Grial, tan sólo tendría que caminar sobre una sima infinita que solo sería capaz de cruzar aquél que albergara una fé verdadera.

Y creo que existe una analogía entre la escena de la peli de LucasFilm y el momento actual entre los Contenidos Digitales y las marcas,…

¿A quién no le ha pasado alguna vez que ha salido de un pitching con un cliente exultante de gozo y júbilo, tras realizar una propuesta increíble y magnífica, y al poco tiempo ha visto cómo se disipaba entre nieblas de subterfugios y evasivas?  A mí, alguna que otra, sí que me ha pasado. Y, al final, siempre acabo sumido en un mar de incógnitas filosóficas de todo tipo para intentar entenderlo.

Me gustaría compartirlas con vosotros para que opinéis y me ayudéis a entender lo que está pasando.

Un salto de Fé es un acto que va totalmente en contra del pensamiento empírico y que, por tanto, es en parte irracional, quizás como los argumentos de este post o como el manifiesto de la comunidad que conforma este blog, y por esta razón voy a intentar soltar lo primero que se me pase por la cabeza arriesgándome a decir una estupidez o algo peor.

• ¿En realidad están preparadas las marcas, los responsables de decidir la estrategia de la marca, o los ceos, owners, directores de marketing, marketing digital, directores de contenidos, responsables de comunicación, y una larga lista de cargos con distintos nombres que no se ni pa qué sirven, para realizar la más que necesaria migración?

Al principio pensé que el hacer algo nuevo, en algunos casos algo que no se ha hecho antes y en lo que resulta muy difícil ofrecer garantías en tantos por ciento de éxito, cuesta trabajo y es muy difícil de ver. O que quizás no me había explicado bien o no fui capaz de trasladar el mensaje con claridad, cosa que suele pasar cuando vas “sobrao” de ilusión. Pero, poco a poco, me daba cuenta, tras mejorar mis informes y propuestas, que sí, que lo pillaban, incluso fui tendiendo trampas para comprobar si el receptor me seguía hasta descartar esta teoría.

• ¿Podría tratarse de un factor generacional?, es decir, todavía no se ha producido el cambio de generación en el cual este tipo de miedos desaparecieran y se entiendiera de forma natural “que los tiempos han cambiado y la movida va así  y punto”.

Pero repasando las personas con las que me había reunido, cuál fue mi sorpresa al comprobar que la media de edad no era muy alta, es más, había bastantes personas que eran de mi quinta o menores incluso, y aunque no me considero un carroza, entiendo que algunas personas más jóvenes si me vean como tal.

• ¿Sería por culpa de la crisis pues?

Es verdad que los presupuestos de las marcas para comunicación han bajado mucho como en todo, pero realmente se siguen gastando lo poco que les quede en campañas que yo considero más o menos efectivas y obsoletas.

• ¿Podría existir una conspiración entre toda esta gente para no dejar a nadie ajeno a su equipo en general, o a mí en particular aportar y participar trabajando mano a mano con ellos en la creación de una estrategia multiplataforma, superchachi megaguay?

Creo que en esta pregunta casi con toda seguridad estaremos todos de acuerdo y casi que se responde por sí sola.

• ¿El cambio de perfil profesional para poder ser ahora un buen creador de contenidos, y su oposición al modelo anterior derivado del  marketing tradicional, era tan grande que distorsionara el canal encriptando el mensaje hasta el punto del no entendimiento?

Tampoco lo veo muy probable pues, desde la torre de Babel, sabemos a ciencia cierta que es posible entenderse incluso entre personas que hablan idiomas diferentes, ya sean lenguas distintas o contradictorias formas de pensar, que normalmente causan más incomunicación que la diferencia de idioma o procedencia.

• Entonces ¿por qué puñetas pasaría esto?, ¿cuál podría ser la razón o razones?, ¿me estaría haciendo las preguntas adecuadas?, ¿le estaría dando demasiadas vueltas al asunto hasta llegar al absurdo?, ¿sería este tema digno de un post en este blog?, y lo que es más importante ¿ganarían los Mets las próximas series mundiales?,…

Después de enunciar éstas y otras hipótesis que nunca llegarían a Teoría por razones de método, “me quedé to ennortao”, término que por mi tierra, define un estado físico muy concreto de desorientación y del que os doy mi definición particular. Cuando en Invierno cuando sopla el viento norte, que son dos meses al año en los que casi hace algo de frío, junto a la humedad te dejan así como un poco «mareaillo», con lo ojillos llorosos, los labios «cortaos» y la lengua que parece que te acabas de comer un calipo de fresa.

No sé si tiene sentido alguno decir ésto, pero en ese momento se me vino a la cabeza un diálogo de una peli de Woody Allen, “La última noche de Boris Grushenko”, entre Boris y Sonia que era algo como,..

Sonia: La moral es subjetiva

Boris: Si, pero la subjetividad es objetiva

Sonia: No en un esquema racional de percepción

Idas de olla aparte, o no, donde yo quería llegar, y que comentaba al principio de este post es a compartir con vosotros mi teoría ante esta situación, y es que creo que el problema está en que las marcas de forma general o particular, más grandes o más pequeñas, simplemente no creen que ésto funcione o sirva para mucho, pero ¿a que es muy chulo estar a la última y dominar la jerga?. Creo que es así de simple, sin más, porque si les interesa que tu les expliques para ellos aprender para después poder contarlo por ahí, si se diera la ocasión en algún que otro ambiente. Y también acuden a todos los encuentros, mesas, foros o eventos, en los que son ponentes muchos de los autores de este blog, y en los que si se predican historias de este cambio, y casi todas con el ejemplo.

Y,  con esto, os dejo mi última pregunta y os animo a contestar, si lo estimáis oportuno,…

¿Hace falta entonces que las marcas, si o si, realicen un Salto de Fé?