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Por si no os habíais dado cuenta o alguien no se había enterado la Realidad Virtual  es la tendencia en comunicación y ocio del 2016, un fenómeno mencionado continuamente. Es ironía. Sé a ciencia cierta  que  es por todos conocido que la VR ha sido tendencia en el Mobile Word Congress 2016, que es objeto de múltiples publicaciones (incluidas las de este blog) y numerosos foros y seminarios, talleres de narrativa audiovisual, etc. Incluso ahora es un reclamo de las marcas como podemos observar en las últimas campañas publicitarias de grandes marcas como la de Ikea («Amigos de las terrazas)  y Nesquik.

La fundación Telefónica también ha creado un espacio de #VR  para que el ciudadano pueda experimentar de primera mano este fenómeno. Hay tal demanda  que requiere de un día de apertura de reservas a la semana.

Pero mi pregunta es ¿Cuántos de vosotros habéis experimentado la VR en el ámbito doméstico? ¿Cuántos poseéis unas gafas? ¿Cuál es vuestra experiencia de VR como espectadores?

Quizás una de las experiencias más comentada de VR de estos últimos meses ha sido la publicación del primer episodio de VR de una serie de TV, como no,  “El ministerio del tiempo”. Bueno, pues una vez más motivada por mi “ministeria”  decidí experimentar de primera mano cual Samanta Villar en “21 días” la realidad virtual. Y esta es mi experiencia…

Primero de todo, necesito unas gafas. No tengo todavía necesidad de adquirir unas Samsung Gear VR aunque su precio de media, unos 100 euros, no me parece demasiado caro. Me dedico a consultar recomendaciones y me decido por adquirir unas Google Cardboard, muy fáciles de conseguir por Amazon y a un precio muy económico. En mi caso 14 euros porque las adquirí de color. Hasta aquí todo marcha muy bien… Me parece muy accesible para todos los mortales.

Como todo en Amazon recibo mi pedido en muy breve periodo de tiempo. Recibo las gafas y mi primera sensación es de coña. Unas gafas de cartón con unas lentes muy fácil de montar y pienso… Buff! con esto la experiencia creo que va a ser un poco “cutrilla” pero bueno… Me decido a bajar la aplicación del episodio y mi primer impedimento es el móvil. Efectivamente soy de las que no cambian de móvil hasta que no se cae de viejo, es lo que tiene haber nacido en una familia numerosa. Mi Samsung SIII no es suficiente para soportar hacer funcionar la aplicación… Aquí ya tenemos un impedimento para el común de los mortales, la necesidad de tener un móvil de última generación para que soporte el VR.  Bueno, pues nada, a esperar a mi hermana que curiosamente aún siendo abogada siempre está a la última…

Por fin con un Samsung S6 y descargada la aplicación (teniendo en cuenta que hay que estar enganchada a la luz por el gasto de batería). Ya tengo el móvil y las gafas. Listos! Coloco mi móvil y me empiezo a preguntar cómo me manejo con la aplicación si no puedo tocar con las manos y descubro que es con los ojos (supongo que para muchos de vosotros será obvio pero en mi caso fue un gran descubrimiento!)

Primer visionado encuentro un error en el desenfoque de las gafas. Descubro, porque nadie te lo avisa que hay que descargar otra aplicación para calibrar tus gafas #VR con el móvil a través de un código QR. Esto último en el caso de las Google Cardboard en el caso de otras gafas como las Samsung Gear se puede hacer manualmente. Hecho!  Ya tengo mi móvil sincronizado y listo para disfrutar de la experiencia. Es cierto que con este tipo de gafas la nitidez del visionado nunca es plena.

La aplicación cuenta con un menú principal desde el que puedes acceder al episodio, la galería de escenarios, los créditos. El episodio en sí te introduce en el Ministerio para realizar un examen, ver si tienes los conocimientos necesarios para poder ser un funcionario y viajar en el tiempo. Y si superas el examen, te permite seguir explorando el Ministerio. Además, hay un par de easter eggs escondidos (Que yo creo que no he conseguido descubrir todavía!!)

Y este es el resumen de lo que sentí:

  • La primera sensación es de mareo total. Pero poco a poco te vas acostumbrando y se pasa.
  • Tras el asombro inicial que te provoca la inmersión sientes una necesidad imperiosa de avanzar y moverte por el espacio (¡ojo que esto tiene su peligro!) De hecho no hay más que ver el documento que te hacen firmar para disfrutar de las experiencias de VR. Mirad el texto legal de la Fundación Telefónica   Esto quizá es lo más frustrante como espectador sólo poder visualizar a través de la rotación de la cabeza… Lo ideal sentarse en una silla de ruedas que te permite girar 360 º sin problema. Pero insisto, ojito que tiene su peligro.
  • En cuanto los personajes en este caso no está lograda totalmente la perspectiva de los mismos respecto del espectador,  según cada secuencia un poco más o menos,  pero esto no impide el que te sientas inmersa en la historia y en la interacción con ellos.No puedes dejar de mirar de un lado a otro con lo que a veces puedes perder algún detalle de la acción. No puedes dejar de observar los detalles del espacio que tienes a tu alrededor. Aunque intentan llamar tu atención con el sonido tiendes a evadirte a lo tuyo. La experiencia requiere de varios visionados para poder descubrir todos los detalles y en cada visionado descubres algo nuevo.
  • Quizás lo más lioso para mi en el caso de esta experiencia es la realización del examen del que tienes varias opciones  para continuar circulando  por el ministerio. Si quieres hacer las distintas opciones tienes que retomar la aplicación desde el principio lo que es un poco rollo.
  • Eso sí es una experiencia entretenida y que creo que cumple perfectamente su misión.
  • Lo mejor, ver a alguien desde fuera visionando el capítulo.

Siguiente paso, ¿Qué pasaría si le pongo el episodio a mi madre de 88 años? ¿Cómo lo valorará, se apañará con el invento? Sobre todo lo digo por lo de la dirección con los ojos. No sé ni cómo lo logró pero avanzó.  Pues sí, y tengo que deciros que fue genial… En seguida se sintió inmersa en la serie y lo más divertido era verla hablar con los personajes con toda naturalidad. Eso sí al final de todo me dijo:

«Me ha encantado. Lo único que me ha dado pena es no poder hablar con Alonso de Entrerrios”

 

 

Genial ella, como siempre…

¿Qué es lo que echo de menos en la VR como espectadora?, sobre todo me refiero en vídeo, el hecho de que todo se acerque a ti. El espectador no pueda avanzar dentro de la imagen. Lo que la tecnología en la grabación 360 º de momento no permite. De ahí el problema de la narración en 360 º que ya nos relató hace poco Javi Jauregui en su último post «5 cosas en las que pensar si usas vídeo 360º».

Justo esta mañana leía unas declaraciones que Steven Spielberg había realizado en The Guardian mostrando sus reparos a la VR: “Creo que nos estamos moviendo hacia un medido peligroso con la VR, porque da al espectador la capacidad de hacer sus propias elecciones en lugar de seguir la dirección marcada por el narrador”.

Tengo que decir que aun estando de acuerdo con él en que no siempre el espectador está centrado en la dirección que marca el narrador yo echo en falta como espectador el poder moverme con mayor libertad dentro de la VR,  porque es lo que te pide el cuerpo.

Pero la realidad es que este es sólo el principio…

Imagenes: Macu Jackson

Modelo: Rosa Jackson

@macujackson

 

 

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