A los que andamos en el mundo publicitario y a las marcas ya no les preocupa la crisis, bueno, sí, pero en menor medida. Ya no buscan vender y vender, con el paso del tiempo se han dado cuenta de que hay algo que les da mayor dolor de cabeza y que el ibuprofeno no ayuda a lidiar, y es la generación de moda: los millennials.
Si trabajas en publicidad o cosas del gremio, estas palabras te sonarán de algo, sabrás que el cliente está preocupado por ese grupo complejo que ya no hace caso de la televisión, que vive con un móvil en la mano y que son capaces de desenvolverse sin problemas con varias pantallas. Por el 2012, ABC publicó un artículo llamado Millennials, la generación malcriada que quiere cambiar el mundo en el que los calificaba de egocéntricos y que nacieron bajo el paraguas de la prosperidad económica disfrutando de un estado de bienestar superior al de otras generaciones. Así, a simple vista, no es algo positivo que digamos (gracias ABC, soy un egoísta millennial). No obstante, a medida que el artículo avanza cuenta algo muy interesante para los publicitarios con dolor de cabeza: compran para conocerse, disfrutan de la experiencia de compra y quieren algo más.
Pero un momento, ¿qué son y cuándo nacen? Debemos tener en cuenta que la estimación de fechas en España es diferente a la de las definiciones generales que suelen estar situadas en Estados Unidos, pero podemos decir que son aquellos nacidos entre 1981-1995 aproximadamente. Hay algunos informes que lo amplían hasta los del 2000, pero independientemente de ello, lo importante son los rasgos y estilo de vida que llevan.
¿Qué les diferencia de otras generaciones? Como dice la Casa Blanca en su informe 15 economic facts about millennials, son la primera generación que ha tenido acceso a internet durante su periodo de formación. Son cínicos y no se creen cualquier cosa. ¿Que hay que buscar las noticias en otros medios? No tienen inconveniente y están acostumbrado a ello. ¿Y por qué, una generación que cuestiona aquello que ve, puede ser un beneficio para las marcas? Porque los millennials funcionan de otra forma. Son personas fieles a lo que creen, y luchan y defienden sus valores. Aunque los medios y en la cultura general sea un nombre despectivo, las marcas deberían adaptarse y empatizar con su comunidad potencial aprovechando esta característica, llegando así a fidelizar a través de valores que impactan desde pequeño. Pero… ¿de qué forma si los medios tradicionales ya no funcionan tan bien? Al principio de este texto estaba la clave: los millennials compran para conocerse, disfrutar de la experiencia de compra y buscan algo más. Debemos tener en cuenta que hablamos con gente inconformista cuya inquietud laboral es trabajar en lo que les gusta y buscan disfrutar del momento sin pensar muy lejos. La experiencia de compra, el narrar historias más allá del producto o aportar una solución a sus necesidades, son las claves para llamar la atención ante tanto estímulo. Como ya dije anteriormente en “Querida marca publicitaria” la experiencia de un producto no se queda solo ahí, sino que detrás hay una serie de emociones que impulsan a realizar esa compra y a fidelizarte a ese icono que llamamos marca.
Aunque desde fuera parezca una generación compleja, publicitariamente tiene mucho potencial, eso sí, siempre colocándolos como el centro de la experiencia y dando valor a los servicios que comúnmente conocemos y empleamos. Los millennials se adaptan al cambio y si se sienten seguros, se atreven con todo. Solo hay que dejarse llevar un poco, perder ese miedo y atreverse. Unos fans agradecidos es una de las cosas más satisfactorias en el día a día de la publicidad.
Como millennial de palo es divertido autoanalizarse y saber que está en el ojo del huracán de la publicidad. A ver que proponéis, que seguro que algo divertido sale 😉
Aquí se habla de un poquito de la generación, si quieres saber más, te animo a echar un vistazo a esto:
Millennials: confident. Connected. Open to change
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