A medida que los diferentes públicos se van diluyendo por la infinidad de canales que se van creando y van surgiendo, el mundo de los contenidos, es decir, el mundo del marketing y la comunicación se va haciendo más transmedia.

Y es que nos guste o no, y como ya hemos hablado en un montón de foros, posgrados y diferentes estudios, la gente y su nueva manera de consumir contenidos es lo que está marcando todo, es el usuario el centro de todo y ya no lo es ni la marca, ni el contenido ni el canal o los canales de distribución.

Entonces la ecuación está clara: si el consumidor de contenidos se reparte por un montón de canales, habrá que crear un contenido que se expanda por dichos canales para captar su atención y así reagruparle dentro de un contenido líquido. Ya no se trata de llegar a audiencias masivas utilizando un cañón, se trata de llegar a sumas de audiencias menores para alcanzar una audiencia masiva y sobre todo de calidad utilizando balas de menor calibre, pero más eficaces. Por tanto, tendemos a un  mundo de contenidos transmedia.

Y esto ¿qué implica?

Pues mucho ya que para empezar, la manera de plantear cualquier proyecto de contenidos cambia considerablemente. En primer lugar porque ya no podemos hablar de contenido en singular y en segundo, porque tampoco podemos hablar de canal de distribución en singular.

Los canales de distribución tradicionales son conscientes de esto aunque les duela, y vemos como dentro de sus estrategias de distribución, la narrativa transmedia les está funcionando muy bien para atraer a esas audiencias que han abandonado el canal tradicional.

Un ejemplo claro fue la última edición de Operación Triunfo en TVE donde el público más adulto se seguía conectando a este contenido a través del canal tradicional de TVE1 y donde muchísima de la audiencia final era el público joven que conectó con este contenido a través de las redes sociales dando unos números espectaculares a sus canales de Youtube y a Twitter.

Extensión de contenido adaptada a los diferentes canales para alcanzar a diferentes targets.

Si queréis más información de este ejemplo podéis pinchar aquí

Los  propios distribuidores de contenidos son los primeros interesados en las narrativas transmedia porque, aparte de captar a diferentes públicos, se promociona el contenido de manera que más gente lo conoce y también, y ya de paso sea dicho, se promociona el canal de distribución. ¿Cuánta gente sabrá lo que es Netflix sin haber consumido un segundo del contenido que ofrece?

De esta manera es ya muy importante que, a la hora de presentar un proyecto a un distribuidor de contenido, este proyecto esté armado con el desarrollo transmedia para que el canal lo pueda evaluar desde un principio y pueda ajustar la propuesta a su presupuesto y así evitar crear proyectos monocanales para luego ajustarlos a una narrativa transmedia que va a estar peor construida y que seguro que es más cara y menos eficaz.

Y es que, por ejemplo, en España llegan 40 series sólo este año y, pensáis que con todo este contenido si no haces una propuesta transmedia va a ser visible al público que nos interesa?

Y si hablamos de presupuestos, el desarrollo transmedia de un proyecto es un porcentaje muy bajo del presupuesto global de la producción de un proyecto donde  prima más la estrategia que se diseñe que el propio desarrollo de contenido.

Si nos adentramos dentro del mundo de contenidos de marca, es decir, del branded content, la narrativa transmedia vuelve a ser la solución pero quizás hay que hilar más fino todavía para construir nuestro universo transmedia ya que posiblemente el público al que queremos llegar lo tenemos más definido pero estará más segmentado. Hay casos donde el contenido se ha generado en el mundo digital y luego se ha expandido a otros canales, incluida la televisión.

Casos como Viaje al Centro de la Cultura de Telefónica, que se gestó en un canal de Facebook y acabó expandiéndose en eventos, otros canales digitales, televisión en abierto y VoD.

O el reciente estrenado Viajeras con B de B the Travel Brand y con un desarrollo transmedia que también comenzó en el mundo digital y que llega ya a su tercera edición en televisión, esta vez en La Sexta.

Como todos sabéis, los contenidos publicitarios tienen diferente regulación jurídica según el canal de distribución donde esté: ya sabéis que en televisión tenemos 12 minutos cada hora de publicidad más 3 minutos de acciones especiales (promociones, publireportajes, patrocinios, menciones….); sin embargo en el mundo digital esto no se puede regular y como consecuencia estamos viendo muchos desarrollos de contenidos que en la parte de distribución digital se ligan a marcas pero en la parte de distribución tradicional no aparece ninguna. Y esto señores va a ser una nueva tendencia, sobre todo en plataformas de VoD donde la publicidad es casi nula pero donde está migrando todo el público.

Como ejemplo podemos poner a Juego de Tronos, una serie que se ha expandido a otros canales fuera de HBO con la ayuda de las marcas, generando contenidos que ayudan a las marcas a conectar con su público y a la propia serie a seguir promocionándose.

En fin, igual que ya tenemos generaciones de nativos digitales, ya tenemos generaciones de contenidos nativos transmedia, porque ya todo es transmedia.

Transmedia somos y en transmedia nos convertiremos.

Saludos y si os ha gustado esta reflexión pues ¡a compartir!

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