El audiovisual publicitario pocas veces se relaciona con el concepto de autor. Las campañas pasan del cliente a la agencia y de la agencia a la productora, a veces no en este orden, pero al final todos acaban metiendo mano, complicando mucho que el resultado final. A menudo, el director simplemente limita su intervención en intentar contentar al cliente y a la agencia, cediendo su creatividad por llegar a “buen puerto”.

Esto tiene algunas partes buenas: Se minimiza el riesgo de errores, se enfatizan los mensajes de la campaña global y se tiende a asegurar la inversión. Pero también hace que el producto final pierda frescura y pierda originalidad en frente a videos que han dotado de libertad a un director con un universo visual potente.

 

Muchos directores de cine han dado el salto a la publicidad, y muy a menudo los han contratado precisamente por esta visión característica y diferente. En los últimos años se ha demostrado que esta simbiosis entre director de cine y publicidad funciona mucho mejor con formatos largos, en lo que muchas veces llamamos Branded Content. Pero creo firmemente que se debe apostar mucho más por creadores de piezas audiovisuales diferenciales para tener un mayor impacto en la audiencia.

 

Al igual que apuntaba en el articulo que escribí anteriormente en este blog: “¿Quién es tu marca?” en el que indagaba sobre la idea de que una marca es una persona y vale la pena plantearse quien es esta marca en la realidad. También se debe plantear en que universo narrativo funciona mejor esta persona y que conflictos y dilemas le ayudarán mejor a expresar el mensaje de la marca. Para indagar profundamente en este concepto la figura clave es el director.

 

Por ejemplo el director de cine Kike Maíllo, en su Ópera Prima “Eva” planteó una película de ciencia ficción pionera en nuestro país, pero que algunos críticos acusan de ser demasiado de “postal”. Esta combinación quizás no te hace ganar la palma de oro en Cannes pero si se convierte en una formula ganadora para la publicidad. Las marcas que se ven a si mismas como una persona del futuro, avanzada a su tiempo, que tiene que transmitir al espectador que se una a la marca para entrar en una nueva era, necesita hacerlo en un universo limpio, ”de postal”. Esto ha convertido a Kike Maíllo en uno de los directores top de nuestro país a la hora de realizar cortometrajes de marca como ya hizo con Gas Natural y recientemente con Audi.

 

Mención a parte de Gas Natural y su Cinergia, que ha dado grandes historias con grandes directores en nuestro país. A nivel internacional Sofia Coppola o Wes Anderson han encajado perfectamente en marcas que han utilizado su reconocible imaginario para dotar a sus audiovisuales de una estética mucho más cuidada.

 

Así pues, vale la pena reflexionar profundamente el autor audiovisual que pueda transmitir mejor la vida privada de la marca y hacerla pública para que sus consumidores puedan conocerla de una forma mucho más profunda. Y es necesario darle cierta libertad a estos autores para que puedan explorar todo lo que les sugiere el mensaje de la campaña.