Estás en un evento y alguien te pregunta ¿y tú, a qué te dedicas?

¿Qué responder?

Estoy seguro de que muchos lo tenéis claro.  Pero esta inofensiva pregunta puede esconder la razón por la que muchas personas, incluso marcas, no estén a gusto consigo mismas o, simplemente, no conecten con su público.

Yo he llegado a pasar por tres maneras de contestar que veremos a continuación. Es posible que haya más vías de responder. Pero creo que estas pueden resumir más o menos, la totalidad de las demás. 

Llevo tiempo con esto y en los últimos años, muchos de nosotros llevamos predicando a las marcas: saber, conocer y poner en práctica su propósito.

Que las marcas sepan articular su porqué es crucial para tener clara su misión y que todas las acciones que hagan tengan el propósito como punto de referencia.

Pero, también creo que hay que predicar con el ejemplo.  Por ello, es necesario que todos deberíamos intentemos saber porqué hacemos lo que hacemos. Parece fácil pero no lo es tanto.

Os invito a que hagáis el ejercicio mentalmente.

Volvamos a la pregunta inicial.

Estás en una fiesta/evento y alguien te pregunta:  ¿y tú, a qué te dedicas?

¿Qué responder?

La teoría

Opción A: decir el cargo que tienes indicando el sector.

Lo habitual. Esto puede dar pie, a que tu interlocutor no le interese tu respuesta y cambie de tema sin preguntar más, a pesar de que no sepa lo que haces. O que te  haga preguntas porque desconozca tu sector y las funciones de ese cargo en el día a día.

Opción B: no decir el cargo pero hablar sobre el qué haces y cómo lo haces.

Si no tienes esto muy ensayado, puedes acabar enrollándote demasiado y dar justo la sensación que no quieres dar. No te enrolles. Menos es más. Sino,  tu interlocutor acabará cambiando de tema o intentará evadirte durante toda la fiesta.  Pero si lo tienes ensayado, es concreto y conciso, suele dar buen resultado.

Opción C: decir el porqué haces lo que haces.

Esta es la verbalización más difícil de realizar, pero la que mejor resultados puede llegar a dar. Hay gente que lo tiene muy claro, otra que tarda meses o años en plasmarlo en frases y otros que van modificándolo cada cierto tiempo. Lo que está claro es que esta última opción es la que más impacto genera en aquel que lo escucha y la que más conversación e interacción despierta una vez escuchada y, sobre todo, recuerdo.

Las tres son válidas. Todo depende del momento y del tipo de personas con las que estés. Tengo que admitir,  que según vea, voy utilizando la que más me apetezca o convenga.

Creo firmemente, que cada uno de nosotros pasa por cada una de las tres opciones en algún momento de sus vidas. Unos antes y otros después.

La práctica

Siempre que respondes a esta pregunta, en verdad, uno se está vendiendo. Por lo tanto, el qué y el cómo deberían dejar paso al porqué.

Opción A:

-Y tú, ¿a qué te dedicas?

-Soy  creativo de publicidad

Ok.

A partir de ahora depende de las ganas que tenga tu interlocutor en seguir preguntando. Si conoce el sector genial, lo siguiente a preguntar sería dónde. Si no, pues dependerá de su educación o interés tanto en el cargo como en el sector. Lo que suele suceder cuando das la opción A en un grupo de personas que no saben nada de publicidad, es que alguno empiece hablar de que si alguien ha visto el último anuncio de tal marca y tal…

Tú te quedas diciendo, si, si, lo conozco. ¡Increíble! Son unos cracks.

La Opción A puede abrir una nueva línea de conversación en la que, normalmente tú, sueles quedar en el olvido. La gente solo recordará que trabajas en publicidad.

Opción B: 

-Y tú, ¿a qué te dedicas?

-Resuelvo problemas de negocio de marcas y empresas  a través de la estrategia  y la creatividad. O ayudo a conectar marcas y personas a través de la estrategia y la creatividad.

Esta vía, está bien. Funciona. Mola. Y suena diferente. Sobre todo, si en la fiesta, la gente suele tener profesiones más mecanizadas o administrativas.

Lo que pasa a continuación es que la gente pregunte ( los más interesados),  que les pongas un ejemplo.

-Pero, ¿qué haces? ¿Anuncios?

Mucha  gente se queda en este punto. Y está bien.  Pero el mensaje podría inspirar más. Solo falta  que introduzcamos el  impacto que provoca en lo demás nuestra contribución.

Opción C: Contribución + impacto= propósito

-Y tú, ¿a qué te dedicas?

-Ayudo a descubrir esa magia  que hace que las personas empiecen a creer y darse cuenta de lo que son capaces de realizar, conseguir o crear.

Contribución: ayudar a descubrir esa magia en los demás

Impacto: darse cuenta de lo que son capaces de conseguir, crear o realizar.

Esta frase está hecha a través de la fórmula establecida por Simon Sinek, creador del concepto del círculo dorado y del famoso libro, La Clave está en el porqué.  Pero para completar la frase, según la metodología de Simon, es necesario otra persona. Una a quien tendrás que responder una serie de preguntas que el propio Simon establece. Esto forma parte de su método que daría para otro post.  Mientras os recomiendo que los que no lo conozcan que empecéis con su libro. Las marcas deben hablar desde el porqué hacen lo que hacen, pero las personas también.

#SimonDice

To……CONTRIBUTION……………………………So that……………………IMPACT………………………….

Todo propósito, todo porqué, debería de estar compuesto por la contribución que uno hace, más el impacto que esa contribución provoca y consigue en los demás. 

Tu propósito no es el cargo ni la profesión que desempeñas, pero está más cerca de tu misión y de aquello que quieres provocar en los demás.

Hablar desde el propósito y simplemente conocerlo, seguramente, te diferencie del resto y, sobre todo, haga que tu interlocutor te recuerde. Por eso, comunicar tu propósito te da siempre más amplitud y sobre todo, acaba transmitiendo y conectando más, pero sobre todo,  generando una mayor  confianza.

Una vez entiendas tu porqué, podrás articular claramente lo que te hace sentir satisfecho y entender mejor lo que impulsa tu comportamiento cuando estás en tu mejor momento.

Hablar desde tu propósito, desde tu porqué, provocará una siguiente  pregunta que prolongará el interés de tu interlocutor : ¿y cómo lo haces? ¿En qué se traduce eso?

Objetivo conseguido.

Entonces podrás hablar de los cómos. Y es que, cada uno,  puede llevar a cabo su propósito de diferentes maneras.

#SimonDice El propósito no debe incluir ni el qué ni el cómo lo haces.

Con todo esto, puede que ya sepas cual es tu porqué o no, puede que no te interesa nada o sí, pienses que no sirva para nada o todo lo contrario.

Haced este mismo ejercicio sustituyendo la pregunta de  ¿Y tú a qué te dedicas? por ¿ Y tú que vendes?  y eligiendo una marca cualquiera cómo protagonista. ¿Qué opción de respuesta conectaría más con vosotros?

Justamente ayer, Adecco ha sacado la siguiente campaña, con la que quiere ayudar a la gente a encontrar su propósito.

¿Sabríais definir cuál es el suyo?

Algunas marcas ni lo tienen, otras sí. Yo por el momento estoy con ése, aunque sé que no es el definitivo.

Dejar de hablar de lo que se consigue, algo material,  para empezar hablar del porqué lo hiciste o conseguiste, algo más trascendental.

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Photo credits: Pixabay