Hace unos años que vengo oyendo la existencia de este formato en comunicación, pero no ha sido hasta ahora que empiezo a sentirme profundamente atraído por invertir mucho más tiempo a escuchar. Lo curioso del tema es que no es para nada un formato nuevo, sino más bien un “resurgimiento” de algo perdido en el limbo desde hace unos 15 años.

De repente se convierte en una forma interesante por sus características y como manera de escuchar contenidos de calidad y específicos.

 

Mi afán por viajar y conocer mundo me lleva a querer ocupar mi sentido del oído con contenidos que me emocionan mientras me transporto. Es increíble comprobar cómo una melodía o unas palabras pueden regular tanto las ondas cerebrales. Por ende, también  moviliza las emociones. Así, se puede poner una banda sonora a un día por las calles de NYC, o se puede dar significado y contenido a un viaje en coche con paisajes de ensueño.

 

 

Escuchar un Podcast es como asistir a una charla, como tomar un café con alguien, como ir a una ponencia temática, o a una conversación con amigos, con la diferencia que tiene en este caso de que la vista no viene sugerida por una imagen de quien habla. Más bien es el oyente quien está co-construyendo su propia realidad en ese momento a través de lo que llega a través de sus sentidos. La última vez que escuché un capítulo de un Podcast mientras conducía en un viaje recuerdo perfectamente los colores del atardecer unidos a la historia que escuchaba. Fue emocionante sentirme acompañado en el viaje a la par que enganchado a las historias de las personas que estaba escuchando (RadioAmbulante). Para mí esa experiencia fue diferente en tanto en cuanto a que la viví teniendo delante unos paisajes concretos. Eso hace que el recuerdo de la historia quede grabado a la luz del momento en el que escuchaba esa historia. El contenido del Podcast adquiere un sentido concreto para mí. Aquí ya entra una parte mucho más personal de cada uno.

 

 

Una de las grandes ventajas de este formato reside en la posibilidad de poder escuchar un episodio (descargado o no) al tiempo que puedes seguir haciendo más actividades y, unidas (sonido y actividad), pueden amplificar la experiencia. Así como escuchar música al tiempo que se realizan determinadas actividades ayuda a potenciar la emoción, al escuchar una voz o varias contándonos temas de interés resulta todo un regalo para los oídos. La optimización del tiempo es grande si mientras hacemos la compra, mientras salimos a correr o mientras limpiamos el coche nos escuchamos un capítulo de los contenidos que nos apasionan de manera que podemos aprender escuchando a otros a la vez que hacemos alguna cosa de provecho. Cierto es que dependiendo de cuál sea la temática y complejidad del Podcast requerirá mayor o menor atención a lo que nos cuentan, como para poder concentrarnos más en lo que oímos.

 

Siendo los humanos preferentemente visuales como especie, tenemos una gran limitación a la hora de recibir información si nuestra vista está comprometida por algo a lo que tenemos que atender en concreto. La estimulación en el caso del oído es diferente en su efecto al cerebro, puesto que desde la escucha uno tiende a construir imágenes de lo que oye (fantasear), mientras que cuando estamos viendo una película o serie de Tv ésta nos demanda casi toda la atención a través de la vista y el oído. Sin duda es otra manera de experimentar con los sentidos, estimulando más unos que otros en función de lo que nos demanda el medio de comunicación.

 

 

Lo mejor de todo es que este formato, sin ser nuevo, está teniendo un despertar tardío y viene acompañado por la facilidad de que todos tenemos un Smartphone ahora. Los terminales móviles son ahora radios, cámaras de fotos, gramolas de canciones a la carta, escáner, brújula, hombre del tiempo y tantas cosas más… El soporte de un Podcast y el espacio que ocupa resulta irrisorio en relación a la capacidad de memoria para almacenar que tienen los móviles hoy día.

 

Considero de suma importancia la idea de poder escuchar contenidos de calidad e independientes. Dentro de la probable subjetividad de los emprendedores de Podcast muchos son realizados desde la libertad de comunicación.

 

Lo mejor de todo es que casi todos ellos comienzan con un propósito de divulgación gratuita, aunque con el tiempo van evolucionando hacia una financiación que puede influir más o menos en el mismo. La idea de que sean los propios oyentes quienes financian el Podcast es sin duda más que democrática. Quien quiere apoya el proyecto de Podcast como para facilitar su crecimiento desde su afiliación. Por otro lado estará la otra audiencia que solamente quiera los contenidos gratuitos que ya de por si aportan mucho. La audiencia manda en este caso y el verdadero termómetro se traduce en números de descargas y de suscriptores. La publicidad puede pasar a un segundo plano siempre que se pueda sostener el proyecto desde la audiencia. Y como nunca llueve a gusto de todos, con el tiempo siguen surgiendo nuevos y más interesantes Podcasts como para poder elegir qué contenidos escuchar.

Y en qué se puede diferencias este medio de la Radio? Realmente se parecen mucho y alguna de las diferencias puede residir en que hay mayor independencia a la hora de comunicar y que no hay una política detrás alineada con nadie necesariamente. La radio puede parecerse más a la música en directo, aunque con un mismo estilo musical. Los Podcast son más como escuchar las grabaciones de estudio y pensadas con otros fines. Son como discos grabados en estudio y atemporales. En teoría un episodio de Podcast no caduca como lo puede hacer uno de noticias. La radio en esto es más secuencial y caduca.

 

Como bien afirma Chuse Fernandez en su artículo:https://innovacionaudiovisual.com/2016/01/24/2016-ano-del-podcast/ … “nos sorprendería conocer las estadísticas de descargas de podcast de programas de pequeñas emisoras alternativas frente a contenidos de archivo sonoro de grandes empresas de radiofonía”.

 

Con admiración y agradecimiento contemplo a todos aquellos emprendedores de Podcast por su dedicación y pasión por comunicar lo que cada uno sabe o piensa. Eso nos da a todos libertad de escucha.