Hace ya algunos años de un curioso estudio procedente de la Universidad de Cambridge que afirmaba que dar un “like” a las imágenes de patatas rizadas en Facebook era signo de inteligencia. Tal cual.

Ante esta rotunda afirmación se esconde un trabajo de investigación de millones de “likes” a todo tipo de imágenes y webs para llegar a la conclusión de que la homofilia es uno de los primeros encargados de organizar nuestro universo de gustos. Así, una persona tiende a relacionarse con personas similares y lo mismo pasa con los gustos. Por ello, si eres inteligente y te rodeas de gente inteligente tendrás gustos similares a tu grupo de amistades y el mundo real se proyectará en el mundo virtual de las redes sociales. Al final, terminarás dando un “like” a las patatas rizadas aunque nunca las hayas probado y estén llenas de grasas trans, porque eres tan inteligente como tus amigos. La directora del Human-Computer Interaction Lab de la Universidad de Maryland nos da algunas pistas en su TED

Con el paso de los días internet se está llenando de espacios que viven cada vez más de las aportaciones de los usuarios tanto a través de las redes sociales como de los datos que volcamos y compartimos. Precisamente, estamos viviendo un momento que pone en evidencia esta facilidad de compartir información sin apenas valorar el contenido, nuestra compañera Sonia Got lo trasladaba al blog hace apenas unos días con Para ese bulo!.

Dentro del ámbito de los Big data y su gestión, el hecho de compartir de manera gratuita tal cantidad de datos está provocando una saturación de datos personales y de comportamiento que cruzados entre ellos y multiplicados por miles y millones dan pistas muy claras de nuestros gustos y nuestros próximos pasos. Hace unos meses, en el Foro de Innovación Audiovisual “Machine learning, cómo elegir qué ver y no morir en el intento” nuestro compañero Paco Asensi aseguraba que quien mejor le conoce es el algoritmo de Spotify, su descubrimiento semanal está ligando con él y acierta.

Aquí tenemos entonces al siguiente encargado de organizar nuestros gustos, lo motores de recomendación. La lógica es la misma como usuarios, cuánto más consumimos en los modelos de negocio basados en plataformas más se afinan los contenidos que nos ofrecen, más aciertan en la diana de nuestras opciones y más endogámico puede volverse nuestro consumo. Por otro lado, desde el punto de vista de la creación y de la innovación, aprovechar el esparcimiento de las ideas entre las redes gracias a los likes entre iguales que comparten contenido es una oportunidad para potenciar la oferta, la creatividad y la conexión de ideas. Por ello, plantearse una guía de uso para que los usuarios podamos interactuar en espacios como las redes sociales decidiendo qué datos pueden ser visibles y cuáles no, puede devolver cierto control al usuario sobre sus datos, siendo para ello inteligente, con o sin patatas rizadas.

Bonus track: el estudio mencionado sobre las patatas rizadas es un ejemplo recurrente que cuestiona la seguridad y privacidad de los usuarios al poner en evidencia el uso de las redes sociales para la obtención de datos personales y elaboración de perfiles, puntos de vista políticos u orientación sexual. También, puedes consultar https://www.incibe.es/protege-tu-empresa/guias

 

Imagen 1: Jonathan Lin

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