Confieso que habitualmente me enfrento a la tarea del post para Innovación Audiovisual con varias ideas. No es el caso. Llevo días dándole vueltas. Nada. Hasta que he decidido compartir con sinceridad este estado de ánimo. Hace años un profesor que nos hablaba sobre radio, dio uno de los mejores consejos que he escuchado. Uno de los miedos más profundos del comunicador de radio es caer repentinamente en el silencio sin saber qué decir. Ese silencio paralizante, que es intolerable en el medio radiofónico, se combate con facilidad: ‘cuando no sepas qué decir, describe lo que ves’, nos recetó el maestro. Lo mismo podemos aplicar al post en blanco. De corazón os digo, que no tengo ninguna novedad que contaros. Solo puedo deciros lo que me rodea y así tal vez extraer alguna conclusión de mi apatía, como si concluir algo fuese la solución de todo.Trabajo en Movistar+ así que ando entretenida en la jornada laboral. Ir y venir de canales, contenidos, modos de emisión, distribución, programación… Y cada vez más recuerdo la historia que me contaron de un hombre mayor al que sus parientes trajeron de la aldea a vivir a Madrid, porque allá estaba muy solo y aburrido. El hombre se encontró en el centro de la gran ciudad y salía cada día a pasear entre carteristas, vendedores ambulantes, vehículos con sirenas de todo tipo, gente de paso y de aquí de Madrid. Un buen día se lo encontraron haciendo la maleta. Se volvía a la aldea porque la ciudad le aburría soberanamente. ‘Aquí nunca pasa nada’, dijo.

En estas últimas semanas he visto películas que ya había visto, es cierto que, con otro elenco, otra dirección, pero nada nuevo. He consumido series porque está de moda, ¡y me gusta!, pero desinflantes. Poco me aportan salvo una disculpa para pegar la hebra en el café. Ayer mismo un amigo me confesó compartir la misma apatía. ‘Estamos sobre estimulados, como los niños pequeños a los que tanto criticamos, y ya nada nos llama la atención’, me decía.

He picoteado algún programa de televisión que me había perdido en su estreno y descubro los mimbres de siempre.
Me he cansado de leer noticias que no lo son. La prensa se llena de falsos hechos noticiables. He picado muchas veces con los titulares prometedores para saber qué ingeniosas respuestas habían dado en twitter a un comentario flipante de tal celebridad. El comentario era una nadería y las respuestas, pocas, buscando desesperadamente la ocurrencia, firmadas por usuarios sin nombre y apellido, anónimos de la masa vociferante.

Me meto en Facebook y veo a mis ‘amigos’ vacacionando en islas del Pacífico Sur, o compadreando con famosos, o presumiendo de unas mascotas monísimas. Todo ello con unas sonrisas amplias y sinceras. Y yo, que no quiero que sepáis a dónde voy, ni lo que leo, ni con quién me tomo las cañas veraniegas. Porque esas cosas son para las personas que comparten mi vida, a las que puedo mirar a los ojos y entender, solidarizarme con sus problemas, traspasarles mis miedos y encontrar consuelo en ello.

Me hastía la huida de las celebridades de las redes sociales a la primera crítica. ¿No os gusto? Ahí os quedáis. ¿O sea que se trataba de esto? ¿En qué se nos va a convertir la red social? ¿Se van a quedar solos los que gritan?
He intentado que me interese Instagram. Dios mío, pero si soy de las primeras usuarias, pero ni participo, ni lo que veo y oigo me parece relevante. Están los que viven del medio y los que los jalean para que ingresen más dinero. Es lo que concluyo en cada incursión.

Recibo cada vez más publicaciones de amigos en redes sociales que consisten simplemente en compartir vídeos producidos por otros, dejando que la conversación de la que pueden ser protagonistas se convierta simplemente en un altavoz para los que producen estos clips que muchas veces son solo anécdotas sin importancia, gags risibles, otras veces noticias falsas.

No, no es que no pase nada. Es que lo que pasa no está a la altura de los que aguardamos que nos cambien la vida. Me siento ya instalada cómodamente en mitad de un ciclo con las cartas repartidas en una partida que pide a gritos un avance, una aproximación hacia algún lugar apasionante.

Gracias por permitirme esta publicación. Aquí estoy para opiniones, charlas, intercambios de ideas.

Autor Foto: Imagen: wuestenigel via Compfight CC

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