En estos días tan distópicos que vivimos, en los que la cola del supermercado se parece a la de la discoteca de un Club de Berlín llamado Berghain; los amantes de la fiesta buscan maneras de recuperar su ocio nocturno durante los fines de semana del confinamiento.

Muchos han optado por beber en casa, conectándose con sus amigos vía Skype, Zoom… Sin embargo, los nostálgicos del baile y de la buena música se niegan a que la fiesta termine. Ahora que las discotecas y los bares han cerrado: ¿Dónde nos montamos la fiesta?; ¿Dónde está el after-confinamiento?

Ante la adversidad, como ha venido pasando a lo largo de la historia, la contra-cultura y el “Do it yourself” siempre se abren paso. El espíritu raver de los 90´s cala en las nuevas generaciones, y al igual que hacían los techno-heads ingleses, los chavales también se montan sus propias fiestas virtuales o cyberaves. La filosofía sigue siendo la misma: espacios secretos, a los que solo puedes acceder si tienes la información. La mayor diferencia, es que ahora, la rave es diseñada por programadores y diseñadores dentro de un site o en plataforma como Habbo, Discord…

Desde que empezó la cuarentena, varias iniciativas virtuales han sido promovidas por distintos agentes culturales y artistas de todo el mundo. Aquí os dejo las experiencias de baile más interesantes y con las que más he bailado en mi habitación:

CLUB QUARÄNTANE:

Es una rave virtual de 36 horas creada por la comunidad virtual de RA, artistas, DJ´s y otros profesionales de la música electrónica. A través de este streaming, un usuario, además de escuchar música puede revivir la sensación de una noche en Berghaim, el club de tecno alemán por antonomasia.

En la web nos encontraremos un lay out que dice: “Prohibido sacar screenshots”, simulando la norma de la discoteca, donde te piden tu teléfono móvil para pegarle una pegatina negra a tu cámara y asegurarse de que no saques fotos. También tendrás que hacer cola; entrar al club no es nada fácil en la vida real, tampoco lo es online. Te harán varias preguntas para cerciorarse que sabes quién es el DJ que pincha.Una vez dentro, podrás acceder a diferentes espacios: los baños, el ropero, un chat para hablar con otros ravers… Cada lugar se abre con una puerta. Un consejo: ten cuidado, y no acabes en un cuarto oscuro.

 

 NUCENOSIS

Es un festival digital de electrónica de estilo cyber-goth organizado por varios colectivos artísticos de todo el mundo: Hurt-free Network, Neurodungeon  Trance Nation  y WWWF. Esta fiesta es, probablemente, la experiencia más cercana que tengamos algunos de lo que puede ser ahora mismo una rave en Brooklyn.

El evento tuvo lugar el 25 de abril en twitch y en plataforma online de Secondlife Imvu, en un espacio diseñado con 5 escenarios y un line up de escándalo: Doss, Kamixlo, LSDXOXO, Fire-Toolz, Himera, DV-i, John Frusciante and Venetian Snare’s Speed Dealer Moms, Kurama... Además, los asistentes pudieron hacer realidad su sueño creando sus avatares anime cyber goth , con diseños únicos. Una fiesta fantástica imposible de crear en otra dimensión.

Ver nu:cenosis: AFTERS desde nu_CENOSIS en www.twitch.tv

SANTACASACLUB

Las raves también han llegado a España, este es el caso de Santa Casa Club, una rave virtual organizada por un colectivo de artistas musicales asturianos: Santa y María, creadores de un sello independiente SantaCasaRecording y miembros del grupo musical Huias.

Sus raves suceden en la plataforma Habbo.  Al principio, empezaron invitando a un selecto grupo de amigos a una habitación, mientras uno de ellos pinchaba y compartía su sesión a través de twitch, hasta que la cosa empezó a crecer y empezaron a diseñar sus propios espacios: un bosque, un local a lo Blade runner… En su line up han contando con la colaboración de otros colectivos y artistas como puede ser Portal, representando la escena electrónica asturiana.

 

En plena desescalada, nos preguntamos, si estas iniciativas han venido para quedarse o si desaparecerán. ¿ Por qué volverán a ser los bares  y las discotecas cómo antes?  Lo que está claro, es que el baile como catarsis, es una necesidad dentro y fuera casa.  Si no podemos ir al club, seguiremos bailando hasta que se acabe el mundo, aunque sea en nuestra habitación. Y es que al final, la música es lo que nos mantiene unidos en los tiempos más oscuros.