‘Discoverability’, necesitamos una palabra que signifique esto en español. Se puede cambiar por “capacidad de ser descubierto” pero no queda tan bien. Es la clave del proyecto de Mark Zuckerberg para combatir a Zoom, la app que se ha convertido en la reina de las videollamadas durante la cuarentena. Messenger Rooms permitirá hasta 50 personas conectadas simultáneamente, por tiempo ilimitado, convocadas por Facebook o Messenger. Hasta aquí la principal diferencia entre ambas es el tiempo (Infinito frente a  un máximo de 40 minutos en la versión gratuita de Zoom) Es una diferencia importante -¿A quién no se le ha cortado una reunión de Zoom alguna vez?- y técnicamente fácil de solventar por parte de Zoom, pero entonces tendría que renunciar a un modelo de negocio basado en la oferta freemium. A Facebook le da igual, sus ingresos vienen de otro lado y lo que quiere es que los usuarios permanezcan el máximo de tiempo en su plataforma así que ni se le pasa por la cabeza poner límites de tiempo. Más bien estará inventando un formato para que veamos anuncios durante las reuniones.

El comunicado oficial sobre Messenger Rooms no decía la palabra mágica, la decía Zuckerberg en esta entrevista en The Verge: “Pero también está muy centrado en la discoverability. Para casos de uso social” y explicaba que no siempre tiene que ser una cita planeada con unos amigos concretos sino que será posible abrir un encuentro público al que se pueda ir agregando gente y aquí mencionó otro término clave: ‘serendipia’. Las conexiones casuales. Esas conexiones humanas que formaban parte de nuestro día a día, casualidades que han dado lugar después a amistades y parejas y que en la era del coronavirus van a ser mucho más difíciles.

Las reuniones de Zoom también pueden ser públicas, de hecho eso ha dado lugar al ‘zoombombing’, un troleo en el que usuarios no invitados irrumpen en una reunión mostrando contenido violento o sexual. Lo explica aquí muy bien Techcrunch y para esquivar ese riesgo es mejor habilitar la sala de espera y permitir solo usuarios registrados. Pero al margen de troles, las posibilidades que ofrece el que las reuniones de Zoom sean públicas son ínfimas comparadas con que lo sean las de Facebook que tiene controlada toda nuestra red social: familia, amigos, compañeros de trabajo…. Nos tiene en Facebook, en WhatsApp y en Instagram en donde ya ha anunciado que en una segunda fase también se habilitarán las Rooms. Tampoco Google, que inexplicablemente se ha quedado en un segundo plano durante la cuarentena con su eficiente Hangouts, podría competir con el conocimiento del entramado social que tiene Facebook de nosotros. Ni, por supuesto, Skype, el decano de las videollamadas que ahora suena a prehistoria.

El confinamiento estricto va acabando pero la vida social va a tardar en volver a ser como antes. Si los viernes por la noche ya no vamos a salir tanto seguro que podemos dar una vuelta por nuestro Instagram a ver qué hacen nuestros contactos y dejarnos caer por algún encuentro que nos parezca interesante. Eso sí, veremos qué opciones nos da Messenger Rooms para salir lo mejor posible en las reuniones pero sugiero arreglarse igual que cuando salimos a la calle, ponerse una luz cálida, un fondo mono y unos auriculares con buen micro que nunca se sabe a quién podemos acabar conociendo.

 

Seguimos en contacto por Twitter en @soniagot y en @InnovacionAV