Posiblemente, durante estos días de confinamiento estamos “picando” más entre horas, y no me refiero a los innumerables paseos que nos damos a la cocina, que también, sino a ese consumo audiovisual en todo tipo de plataformas y formatos. Ratos libres en los que devoramos con ansia esa serie que teníamos pendiente, ese cortometraje que nos recomendó un compañero de trabajo o esa película que está en el TOP 100 de IMDb y que es pecado no haberla visto.

Todo esto, como era de esperar, se ha visto reflejado en números bastante favorables y vaticinando un panorama esperanzador para el futuro del consumo digital. Y así lo muestra el estudio internacional Global Web Index, realizado por el departamento de Consumer Insights & Strategy de dentsu X. En dicho estudio, han entrevistado a 13.000 internautas de entre 16 y 64 años en cada uno de los países incluidos en la muestra: España, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Brasil, Estados Unidos, China, Japón, Filipinas, Singapur, Sudáfrica y Australia. No se han querido pillar los dedos.

Según las conclusiones extraídas por dentsu X, hay tres puntos que confirman que, como cantaba Frank Sinatra, lo mejor está por llegar:

• El aumento del consumo registrado durante la pandemia del COVID-19 se mantendrá una vez termine el confinamiento. Primera buena noticia.

• Los medios digitales mejorarán sus cifras, ya que el 20% de las personas entrevistadas aseguraron que serán más asiduos a los servicios de televisión en streaming para ver más series y películas. Segunda buena noticia. Seguimos para bingo.

• Y por último, es evidente que el cambio de hábitos en el consumo durante este confinamiento ha cambiado en la gran parte de la población, sin embargo, fijaros quién está en cabeza.

Por otro lado, no nos olvidemos de YouTube que, según las declaraciones de Neal Mohan (Chief Product Officer) a Bloomberg Television, la audiencia ha crecido un 75% en las últimas semanas, sin especificar el número exacto de visitas pero con una estimación de más dos mil millones de espectadores mensuales. La compañía de vídeo propiedad de Google ha sido, durante muchos años, la opción prioritaria de nuevos creadores como recipiente de producciones de las antes llamadas webseries, cortometrajes y otros Contenidos Snack, es decir de corta duración. Estos contenidos, a diferencia de las producciones de otras grandes plataformas, el tiempo de duración no suele superar los 30 minutos y han tenido la característica de contar con un público “minoritario” pero siempre fiel.

Llegados a este punto, y no me refiero a la fase en la que estemos, me pregunto: ¿Nos hemos empachado? Me surge esta pregunta ya que si el panorama es tan favorable, tenemos todo el tiempo del mundo para el “picoteo de contenidos” y nos estamos dando ciertos atracones, me resultan paradójicas las recientes declaraciones al New York Times de Jeffrey Katzenberg, creador de Quibi.

Para ponernos en contexto, Quibi, contracción de «quick bites» -pequeños bocados en inglés- pretendía que el público se enganchase a sus series de 10 minutos en breves trayectos de transporte público o en momentos de espera. A priori, algo muy atractivo, como si de una chocolatina se tratara (mi favorita es Snickers, por cierto). La apuesta era fuerte, con series protagonizadas por estrellas conocidas como Liam Hemsworth (Los juegos del hambre) y Sophie Turner (Game of Thrones), entre otros/as, y firmas de pesos pesados de la industria como Steven Spielberg o Guillermo del Toro.

Quibi se postulaba como el futuro del audiovisual, recibiendo una inversión superior a 1.000 millones de dólares por parte de las grandes compañías de Hollywood como The Walt Disney Company, Sony Pictures, WarnerMedia, NBCUniversal, Liberty Global, ViacomCBS y Alibaba Group, convirtiendo a esta nueva plataforma en el foco de los guionistas y productoras.

No hay duda de que las previsiones de Quibi eran altas, incluso se posicionó como el player que cambiaría la forma en la que consumíamos contenido, destacando la característica innovadora de que la pantalla cambia si lo vemos en horizontal o vertical o que algunos de sus contenidos puedan visualizarse a partir de una hora concreta, como por ejemplo los de terror a partir de la tarde-noche.

Sin embargo y contra todo pronóstico, la realidad confinada ha sido muy distinta para esta plataforma de Contenidos Snack, ya que desde su lanzamiento en abril, con una prueba gratis de 90 días, la aplicación ha sido descargada por solo 3.5 millones de usuarios, cifras bajas si las comparamos con la app de Disney Plus, que alcanzó 3.2 millones de descargas en su primer día. Star Wars tira mucho. Actualmente Quibi ocupa la posición número 125 en el ‘ranking’ de descarga de apps, quedándose fuera de la lista de las más descargadas.

Entre las críticas de los usuarios se ha mencionado que solo se puede ver en móviles, lo que ha obligado a los creadores a adaptar su concepto original y los usuarios de iPhone ya pueden ver el contenido de Quibi en sus televisiones. Esto también me hace pensar, ¿es favorable este cambio de rumbo y “perder” el sello distintivo?

Volviendo a mi asombro paradójico que antes he comentado, frente a estos datos la respuesta de Jeffrey Katzenberg ha sido: “No está cerca de lo que queríamos. Yo atribuyo todo lo que ha salido mal al coronavirus. Todo”.

¿Realmente el COVID-19 ha sido el motivo? En mayor o menor medida, esta situación nos ha permitido tener más tiempo libre y si sumamos el factor de lo hambrientos que estamos de contenidos, realmente me cuesta creer que tiene la culpa, cuando las otras plataformas están creciendo gracias al confinamiento. Puedo entender que estuviera pensada y destinada para consumir en momentos concretos del día a día, pero tras descargarme Quibi y ver alguno de sus contenidos, considero que los episodios también tienen una duración ideal para ver en el baño, mientras cocinas, antes de dormir o minutos antes de salir a aplaudir.

Me imagino, no lo sé a ciencia cierta, que usuarios (en los que me incluyo) de Netflix, HBO o Amazon que veíamos los contenidos en el metro, también los estamos visualizando durante el confinamiento, por mucha caña que le hayamos dado a los diferentes catálogos. ¿Tenemos que estar en la calle para consumir Contenidos Snacks?

Quibi nació bajo la premisa de que los millennials consumimos cada vez más contenido de vídeo de corta duración en nuestros teléfonos. Estoy totalmente de acuerdo. Pero… ¿Qué ha fallado? ¿Plataforma? ¿Contenidos? ¿Falta de autocrítica? ¿Maduración de mercado? ¿Situación actual? ¿Precio? ¿Hábitos? Muchas preguntas que me vienen a la cabeza, aunque todavía queda confinamiento para seguir dándole vueltas.

Dicho esto, me voy a la cocina que me ha entrado hambre.

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