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El entorno tecnológico de hoy en día supone lidiar con cantidades masivas de datos y, como el Big data y sus posibilidades podemos aplicarlo a todas las industrias, muchas son las áreas transversales que cruzan y muestran datos: publicidad programática, analítica web, predicción de consumo de contenidos, etc. Realmente, las máquinas nos hablan y nos dicen datos, y cifras. Nosotras, las personas, no los entendemos y necesitamos ciertos traductores, eso es el terreno de la visualización de datos y nos va a permitir encontrar la utilidad en la información. Si hiciéramos una comparación, sería como dar un lienzo a una máquina para que pintara un cuadro con sus datos, contando historias con imágenes claras, entendibles y, a veces, muy bonitas.

La visualización de datos cobra más fuerza cada día dada su gran contribución al entendimiento de procesos técnicamente complejos. Por ello, en un entorno Big data surge con idea de no necesitar ser un matemático que interprete los datos. De hecho, esto es precisamente lo que hace la visualización de datos: hacer entendible desde un punto de vista empresarial unos datos trabajados en entornos de matemáticas y estadística. En el entorno audiovisual, las empresas tienden en su mayoría a contratar software de visualización más que desarrollar sus propias herramientas de visualización y Business Intelligence dado que permite contar con entornos personalizables sin pérdida de tiempo en desarrollo ni contratación de personal. Pero sobre todo, permite no tener que contar con una alta estructura de costes, ahorrando dinero y tiempo. Hoy por hoy, las plataformas más usadas en audiovisual son Qlikview, Microstrategy o Tableau. Estas empresas de software ofrecen conclusiones y datos a través de colores, gráficos, columnas.. es decir, con un diseño prácticamente on demand. Pero también puede ayudar a comprender, pongamos, la utilidad de las redes sociales. El siguiente, es un ejemplo que ofreció en la plataforma Tableau a partir de los tweets generados en la red a propósito de la emisión de la tercera temporada de la serie de Neflix House of Cards. Si clicas aquí podrás acceder a la visualización interactiva de la siguiente imagen.

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La visualización, algo alejada de los útiles y empresariales software de visualización de datos, ofrece información vital para un fan de la serie. Si jugamos con la visualización podemos tener los datos por capítulo, minuto o personaje que se publicaron en Twitter. Es, por tanto, un buen ejemplo de uso de visualización en la red.

Un paso más en la visualización, alejándonos ya de todo criterio empresarial y dejándonos llevar por la belleza de ciertas representaciones de datos sería las que hacen autores como Aaron Koblin, quien centra su trabajo en la representación artística del Big data. Fíjate en la imagen, ¿ves esa malla azul en mitad de la ciudad?

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Pues eso también es una visualización de datos, concretamente una representación de la conectividad de dispositivos en tiempo real, pero también un ejercicio de incluir a las personas en una obra artística con sus propios dispositivos. Puedes ver aquí el vídeo que explica cómo se ha creado, desde la idea hasta la construcción de la red que lo sustenta.

Este vídeo es ecloud Project. Merece la pena dedicarle un poco de nuestro tiempo para abrir mente y alma.

Mezcla multimedia digital y experiencias especiales. Consiste en una serie de placas de cristal líquido pixelado que conectadas a un ordenador interpretan la temperatura de diferentes lugares en el mundo. También es una visualización de datos. Muy bella. Se encuentra de manera permanente en el aeropuerto americano de San José.

A nivel persona también es importante comprender que las visualizaciones son útiles para comprender a las máquinas y saber qué nos dicen, quizás los casos más útiles sean aquéllos que nos acorten caminos para entender avances tecnológicos como la medicina exponencial. Pero también son útiles para comprender la magnitud de información personal que el otro lado de las TIC tiene de nosotros, porque un registro de llamadas puede geolocalizarse y convertirse en el plano del tesoro de nuestro día a día. Y, a lo mejor, sí debemos aprender a hablar nuestro propio lenguaje máquina, encriptando los detalles que volcamos a la red y que nos convierten en humanos.

Imagen 1:Andy Wilkinson

Imagen 2: public Tableau

Imagen 3: Aaron Koblin 

@evapatricia