Ahora o nunca.

Es un sábado por la tarde de verano. Un grupo de jóvenes está de fiesta en un barco en lo que sería un plan ideal. Pero todos están mirando su móvil y la comunicación brilla por su ausencia. De repente, una chica decide grabar una historia para Instagram y avisa al resto ¡Chavales, va para insta! Varios de ellos se levantan y comienzan a bailar y sonreír, como si de la mejor fiesta de sus vidas se tratase, siendo el único momento en el que desvían la atención de la pantalla de su móvil. Si esté contenido se sube a las redes sociales, cientos de jóvenes sentirían envidia de no estar presentes en esa enorme fiesta e incluso les generaría la pregunta de ¿Por qué yo no vivo cosas así?

Pero resulta que al intentar subir dicha historia en la zona donde se encuentran no hay suficiente cobertura para subir un vídeo como “insta stories”. Imaginemos que por diversas circunstancias no puede subir el contenido a instagram hasta 3 días, 1 semana después,. ¿Lo subiría? ¿Qué impacto generará sobre sus followers si saben que eso no ha sido ese día y sobre los que no lo saben? ¿Es real la «realidad social»?

Bienvenidos a la era de la inmediatez. Sí, la inmediatez que nos permite saber que está haciendo ahora cualquiera a 7000 kilómetros, que compremos algo por Amazon y nos llegue incluso en el mismo día. Tanta inmediatez deja poco espacio para la reflexión. Dado que posiblemente los followers tres días después lo verían desde otra perspectiva, subir esas insta stories tres días después supone haber tenido que reflexionar sobre lo sucedido, quizá pueda entrar en la cabeza del autor o autora cuál es la realidad que quiere transmitir.

Esto afecta a todas las redes sociales, pero especialmente a Instagram y Snapchat en tanto en cuanto su funcionamiento a través de historias como foco principal de atención, está muy marcado por contenidos que al tiempo se eliminan. Y esa inmediatez hasta es capaz de generar ansiedad cuando intentamos compartir un contenido en las redes sociales y esto no es posible  -por falta de internet o diversas causas-.

Las redes amplifican los fenómenos, ya lo sabemos, un comentario en la barra de un bar tiene alas de mariposa. Por ello podríamos hablar de que existen dos realidades paralelas en cuanto a la generación z y parte de los millenians: la realidad de lo que sucede cuando se juntan y lo que aparece en las redes sociales. ¿Podemos hablar entonces de Fake reality? Podría añadir numerosos autores, que muestran que ciertos colectivos y personas -especialmente con inseguridades o problemas de personalidad- son mucho más sensibles a caer en esta trampa de acoger como escudo protector a las redes sociales. En este punto es inevitable recordar el suceso de Cambridge Analytics, las numerosas investigaciones y noticias sobre abusos politicos y de todo tipo. Libros, autores y estudios recientes están advirtiendo sobre los daños y efectos negativos de las redes sociales en nuestra sociedad. De acuerdo con los datos de Statista desde que en 2014 las redes alcanzaran el 82% de la población, subieron hasta el 86% en 2017 y hoy se encuentran en un 85%. Para ver su impacto en la vida, la realidad y la mente de los individuos tendrá que pasar algún tiempo.

Mientras que Instagram, la red de referencia en este momento no para de crecer en «influencia» y también en seguidores en nuestro país. Por esto lejos de ponerme derrotista, una vez advertidos… me gustaría dar ciertos “tips” de cómo las redes sociales y su inmediatez pueden convertirse en un ejemplo de buena praxis y nos pueden aportar información interesante, aportar un plano más cercano a los jóvenes. Fundamentalmente cómo pueden ser usadas por las radios -y probablemente por otros medios de comunicación- para captar oyentes:

-Alejarse del modelo profesional y tomar un modelo más personalista. Tras hacer una revisión de cómo funcionan las principales emisoras de radio, muchas de ellas mantienen  un modelo muy empresarial y formal en cuanto al trato con sus followers y la difusión de la información. Por contra se debe perseguir un modelo menos rígido, más seductor, hablando el lenguaje de los seguidores, de mayor interacción, donde los jóvenes puedan tener un plano cercano. Todo el mundo adora la improvisación y la sorpresa, y esto está muy relacionado con la inmediatez. No pasa nada por saltar y tener un lenguaje más informal y menos predecible que nos acerque a nuestro público.

-Aprovechar que la radio permite un uso simultáneo de las redes sociales. Hay numerosas personas que escuchan la radio a la vez que revisan su Facebook o su Instagram y logran tener atención plena en el hilo conductor de la radio. Mientras que en el caso de otros medios de comunicación sería impensable -por ejemplo prensa escrita-. Esto puede ser aprovechado para interactuar y que los oyentes sigan por ejemplo el hilo de una historia a través de imágenes o vídeos en  las redes sociales, acompañando con el sonido de la radio, jugando con el oyente y buscando la integración.

-Una mayor interactuación con los seguidores. Sí, en numerosas ocasiones se ha logrado un interés para que los oyentes visualicen lo que está sucediendo en la emisora de radio a través de Youtube o Facebook. Si se ha sido capaz de despertar ese interés… ¿No se puede lograr que participen a través de pequeños vídeos del directo donde ellos tengan importancia en la secuencia del programa y pueda tener diferentes caminos, no siendo unidireccional, siempre desde la cercanía? Por supuesto sin perder la esencia de la radio, reforzarla y apoyarla con recursos visuales que puedan ir más allá del estudio y de la mente del oyente. Con esto quiero decir que la interactuación no se resuma en que: “el 56% de los oyentes de nuestra encuesta de Twitter cree que el Real Madrid ganará el próximo clásico”. 

Lo underground, lo diferente gusta a los jóvenes, y la inmediatez es imprescindible. Queremos todo ahora y ya, porque la evolución nos lo ha permitido. Y en está línea me gustaría decir que sí, la radio tiene todavía mucho camino por hacer en su explotación de las Redes Sociales y más concretamente de Instagram se pueden estudiar muchas nuevas maneras de contar, participar, implicar, emocionar, acercándose a su lenguaje y sin olvidar su momento en el aquí y ahora, o me lo das ahora o ayer ya es demasiado lejano, su realidad es la inmediated.

Entonces ¿aquí y ahora… que puede aportar la radio a estas generaciones?

Bueno y cómo he empezado cuestionando las redes, haciendo referencia a las generaciones en vanguardia, vamos a cerrar derribando algunos muros musicales, aunque sean menos jóvenes:

PD. (Otro día hablaré de eso que mal llamamos «engagement»… cuyo significado hemos «pervertido».)

Feliz Otoño

@knowmedialab