Nunca la audiencia ha tenido tanto poder como ahora. La Televisora Nacional de Panamá, más conocida como TVN Media, canal de televisión abierta, ha entendido como nadie que la audiencia es quien manda.
La temporada pasada en Dogtrack tuvimos la oportunidad de trabajar en su proyecto estrella, “Oye mi canto”, un talent show musical familiar, en el que los concursantes eran padres e hijos formando equipo. En el momento de la actuación se abren las votaciones para los espectadores a través de las redes sociales – Twitter, Facebook, Facebook Messenger e Instagram- , la web del programa y la App del patrocinador y un termómetro aparece en la emisión y en las pantallas de plató, a modo de semáforo, un indicador en tiempo real, de cuánto está gustando la actuación a los espectadores. En este caso la votación no era vinculante, era el jurado del programa quien decidía. El éxito de participación supero con creces las expectativas.
Y no sólo eso, si no que consiguieron que el voto por App valiera doble – patrocinio de por medio – en las votaciones.
Viendo el éxito de participación, esta temporada hemos tenido un nuevo reto, TVN Media ha lanzado “Dale like a mi baile” un formato nacido por y para la participación social de la audiencia, como su propio nombre indica. Toda la mecánica del concurso está basado en la votación en tiempo real a través de redes sociales -Twitter, Facebook, Facebook Messenger e Instagram-, WhatsApp, la web y la App de TVN y, ésta vez, sí que es vinculante. 12 parejas de bailarines, 10 galas y sólo pasa a la fase siguiente aquella pareja que más guste a la audiencia en redes sociales. Los espectadores deciden. Si gustas, pasas.
En el último programa recibieron un total de 400.658 votos, de unas 250.000 personas aproximadamente, en un país de 4 millones. No quiere decir que tuvieran un 10% de share. No, ese no es el dato. El dato está en que un 10% de personas participaron en la elección del ganador en el último programa. Un 10% de la población de Panamá participó en la gala final.
Esto sí es una verdadera transformación en el modo de entender la participación de la audiencia, hay que dar protagonismo a los espectadores, que sean ellos los que elijan. Sin duda, para que todo funcione bien es clave introducir este tipo de mecánicas en el formato y en la narrativa del programa.
Al otro lado del charco ya se está haciendo. En España tenemos ejemplo brutales de audiencias que quieren participar en los programas: GH, OT, La Voz. Donde además sabemos que los indicadores de conversación social alrededor de los programas es elevadísimo.
Pongamos el poder en manos de los espectadores, démosles el verdadero poder de elegir que es lo que quieren que pase y pasará.
Y ¿por qué no se hace más? Aquí esta la gran duda .
Tiene mucho más de bueno que de malo, simplemente tenemos que perder el miedo y cambiar el chip. No hay mucho más que decidir. ¿Ponemos en manos de los espectadores el poder?
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