sueño 2 by Mallix

Estamos en el año 2015 D.C. Toda España está cerrada por vacaciones… ¿Toda? ¡No! Un pequeño blog poblado por un grupo de irreductibles innovadores resiste publicando ahora y siempre frente al calor.

Y aunque seguimos ofreciendo un post diario, somos conscientes de que hay que adaptar los contenidos al verano y a los estados mentales que éste conlleva. La época estival invita a la divagación, a desconectar de la realidad y a dejar viajar la mente al jardín de las ideas imposibles, donde crecen las más bellas y utópicas flores de la tierra de los sueños. Así que ¡Viajad conmigo! soñemos juntos con el futuro de las historias.

Soñemos con un mundo en el cual la hiperconexión, las RRSS y el IOT permitan al relato adaptarse al usuario. Soñemos con que sea la propia la narración la que elija qué contenido ofrecernos y a través de que herramienta/plataforma/medio hacerlo para ser más efectiva y aportar mayor satisfacción. Soñemos con que lo haga en base a los datos que obtiene sobre dónde estás, qué haces o cual es tu estado de ánimo. Esta historia soñada estaría creada de antemano de cabo a rabo y se nos iría ofertando a un ritmo y manera ajustada a cada consumidor. Algunos de sus contenidos estarían duplicados y hasta triplicados, con el único fin de que podamos consumirlos en el mejor momento y a través del canal más oportuno.

Por ejemplo, nuestra historia nos ofrecería, de forma inteligente, un capítulo breve de su webserie si sabe que estamos esperando el metro o el autobús; sin embargo elegiría un podcast de audio si sabe que vamos en coche camino del trabajo. Nuestra historia detectaría cuando nos conectamos a una red social y aprovecharía para interactuar con nosotros mediante mensajes personalizados, bien con el perfil de un personaje bien ofreciendo contenido exclusivo desde su cuenta oficial. Esta historia que estamos soñando respetaría tus horarios laborales o de dormir, permitiéndote desconectar cuando lo necesitas. Atrás quedó el estar sometidos a los horarios de un programador de TV, la serie de nuestra historia soñada se emitiría en un momento diferente en cada casa, adaptándose a si tenemos que acostar a los niños o si llegamos tarde de la oficina. De igual manera, nuestra historia nos invitaría cada domingo por la mañana a leer un par de capítulos del ebook en el que continúa desarrollándose, justo cuando hay tiempo y calma para hacerlo.

Nuestra historia soñada es un ente vivo, y ella decide en que forma y momento se nos presentará el siguiente contenido. Nosotros sólo tenemos que dejarle conocernos, ella se encargará de hacernos felices.

Pero no acaba aquí la cosa; a nuestra historia soñada no le costaría nada recopilar ciertos datos personales nuestros e incluirlos como guiños del relato. Con la información proporcionada por nuestras neveras, hornos, lavadoras o prendas de ropa le sería sencillo añadir aquellas marcas, aficiones y comidas que más nos gustan para hacer que sean también las preferidas de los personajes… ¿Acaso no sentiremos mayor afinidad con el prota cuando sepamos que bebe la misma cerveza que nosotros o que viste camisetas de los mismos grupos de música que escuchamos? ¿Podemos alguno negar que el malvado nos molará más a sabiendas de que fuma nuestra marca de tabaco u odia el mismo canal de TV que nosotros jamás ponemos?

Estos detalles serían, claro está, pequeñas variaciones acordes a cada usuario. Únicos como copos de nieve, perdidos en medio del manto blanco común que es el relato. Nuestra historia soñada sería de esta forma exclusiva, personal y, por extensión, memorable.

Nuestra historia soñada puede, quizás, resultar de una intromisión excesiva para algunos; cuando la realidad es la contraria: nuestra historia soñada nos respeta. Nos conoce casi tan bien como nosotros a ella y por eso mismo nos regala algunos de los más preciados tesoros de nuestra vida moderna. Estamos hablando del tiempo y la comodidad; el tiempo que nos ahorra en buscar contenidos o esperar a que llegue uno nuevo, si es que éstos son seriados. La comodidad de que sea ella quien venga hasta nosotros en el momento más oportuno.

Los aspectos de la vida que nos hacen más felices son los que mejor se adaptan a nosotros: desde las personas a los lugares que habitamos pasando por los trabajos que desempeñamos. Aquello que encaja con nosotros, con quienes somos y con cómo vivimos nos produce el mayor placer… dejemos, pues, a nuestra historia soñada hacerlo. Fundámonos en su cálido abrazo sin miedo a ver violada nuestra intimidad y sin temor a que quedemos atrapados para siempre en su universo; pues nuestra historia soñada, como todas las demás historias, tiene un final. La única diferencia está en permitirnos a nosotros mismos recorrer el camino de forma plena.

Despertemos ya. La noche de verano nos brinda un fresco paréntesis a las interminables horas de azote solar y no debemos desperdiciar tan preciado bien. Llega el momento de abandonarse al descanso, a la nada reparadora de la mente en blanco. Mañana será otro día caluroso, otra jornada interminable en la trinchera playera frente a las hordas de veraneantes, sin tiempo alguno ya para sueños imposibles.

¿Imposibles? ¡Nunca! Algunas de las ideas aquí planteadas pueden sonar a pura fantasía pero otras muchas son ya plenamente reales y casi todas, tecnológicamente plausibles. Nuestra historia soñada está lista para convertirse en realidad, sólo falta la mano de obra… ¿Algún voluntario? ¡Por Tutatis!

Foto by Mallix, vía Flick.

@javijaureguitv