.Carlos Adanpol Galindo

 

“Los medios de comunicación de masas están desapareciendo porque la masa ha muerto.

La masa ha muerto para dejar paso a los individuos”

Esta frase de Jeff Jarvis gurú del nuevo periodismo y autor de “El fin de los medios de comunicación” me hace reflexionar sobre la situación actual de la televisión. ¿Realmente la masa ha muerto en televisión para dejar paso a los individuos?

Es cierto que en los últimos tiempos hemos pasado de un consumo lineal de televisión hacia un consumo en una segunda pantalla (tablets, smartphones) y en la mayoría de  los  casos, aunque no los suficientes, a un consumo interactivo. Los espectadores, la audiencia, el público en general, “la masa” han pasado de ser consumidores pasivos a, mediante el uso de las redes sociales, de las aplicaciones móviles, del Whatsapp, etc., a ser consumidores activos, productores y difusores de contenidos nuevos.  Uno de los  últimos casos que hemos vivido recientemente  es el maravilloso fenómeno “#Leoncomegamba” generado por los “prosumidores” de “MasterChef 3”

Es un hecho constatado que han cambiado totalmente las reglas del juego, la televisión está dejando de ser una herramienta de masas para convertirse en un medio de comunicación consumido individualmente, a través de diversas plataformas, de forma personalizada y en muchos casos de forma diferida.

Para mí,  y supongo que para muchos de vosotros, el desarrollo de proyectos  transmedia en televisión nos permite y facilita crear conversaciones;  crear mayor “engagement”;  facilitar a los espectadores nuevos contenidos y nuevas formas de consumir el contenido del programa ajustable a cada uno de ellos, a sus gustos, a su momento de ver la televisión y de consumir el producto.

Y lo tenemos todo, tenemos los medios y la tecnología suficiente, tenemos ideas y, cada vez más, tenemos profesionales preparados para la creación de contenidos adaptados para el usuario, pero nuevamente no tenemos acuerdos entre los distintos intervinientes en el proceso.

No dejo de observar que, aún cuando se está avanzando bastante en este campo, sigue siendo difícil introducir esos cambios en el mundo de la televisión desde la propia concepción de los formatos y desde la propia producción de los mismos. En la mayoría de los casos se intenta hacer una “transmediatización” de los contenidos con posterioridad. La estrategia en redes sociales se suele hacer a posteriori, y en muchos casos ocurre lo mismo con  los contenidos aportados en las aplicaciones, etc. Es difícil ajustar la producción en sí de los proyectos al desarrollo transmedia. Por otro lado,  la dictadura del share sigue existiendo. Seguimos levantándonos cada mañana después de la emisión para examinar los índices de audiencias y comprobar a cuanta masa hemos alcanzado. Seguimos interrumpiendo los programas con un incesante bombardeo de cortes de publicidad que crecen exponencialmente al crecimiento del share de nuestro programa.

El que nos ocurra un fenómeno como “#Leóncomegamba” es un valor añadido. Una casualidad que sucede porque el fenómeno fan nos sorprende, porque dentro de esa masa tenemos nuestros propios “prosumidores” que están a la que salta y con un ingenio desbordante.

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“Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? !No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor…

Esta introducción de la gloriosa serie de comics “Asterix y Obelix” me sirve para introducir el fenómeno que poco a poco va haciendo aparición en nuestro medio.

¿Cómo no hablar de este fenómeno de galos que ha sido o puede ser, por ejemplo, el “Ministerio del Tiempo” una serie que ha conseguido que se cree una auténtica comunidad de fans “Los ministéricos”?

No me voy a extender en el fenómeno ya por todos conocidos. Miles de seguidores en Facebook (32.510 likes)  y en Twitter (33.000 followers), grupos ocultos de WhatsApp, páginas no oficiales como “Funcionarios del Ministerio del tiempo”, “fan arts”, “mashups”, su propia sección en fanfiction,  juegos, etc. Toda una gran variedad de contenidos creados por los propios fans de la serie.

¿Cuál es la diferencia? En este caso hay un universo transmedia creado desde el origen del proyecto como nos cuentan los propios creadores de la serie. Y por lo tanto un trabajo presupuestado y concebido desde el inicio del mismo.

¿Casualidad? ¿Hubiera surgido el mismo fenómeno fan sin este trabajo previo? Lo dudo, o quiero creer que no sería así.

Sin embargo, sólo existe un problema en este bello universo transmedia creado, la audiencia. Como todos bien sabemos la emisión de “El Ministerio del Tiempo” no ha brillado por su éxito de audiencia, se ha defendido bien frente a la dura competencia pero para muchos programas esos resultados, una media de 12,4 % share (2.566.000 de espectadores) ha significado la salida de parrilla.

¿Qué predomina aquí?, ¿qué queremos defender? ¿El alcance de la masa o dar prioridad a los individuos?

 Es necesario un cambio de visión

Nuestro cambio de perspectiva. Deben cambiar nuestros indicadores, nuestras medidas en televisión. Igual que en el caso del “branded content”  determinadas marcas apuestan por la salud de marca y notoriedad, además del volumen de negocio de la venta en sí, los nuevos  modelos de narrar en televisión no siempre deberían estar orientados a una“mayor venta”, un mayor índice de audiencia. Debemos impulsar la excelencia creativa. Debemos introducir nuevos indicadores, nuevos sistemas de medición Los índices de audiencia supone una mayor ingreso de publicidad, ,el spot que impacta a mayor  número de personas, pero a la vez se valoran más para las marcas el conseguir un público de calidad.

Hace unos días tuve la ocasión de asistir al foro #welovebrandedcontent organizado por nuestro compañero de blog Jaime López-Amor , donde uno de los ponentes era la responsable  de la plataforma de contenido Vodafoneyu, creada por Vodafone,  quién nos contó que uno de los indicadores de éxito es la audiencia  pero es muy importante también los indicadores de salud de marca y el generar un contenido de valor para crear mayor “engagement”, una mayor enganche con la marca, más bidireccional y que cree una relación a largo plazo con nuestros consumidores.

Y es que no deja de ser similar el caso del “Brandedcontent” en publicidad como los proyectos transmedia en televisión. ¿La publicidad invasiva frente al contenido de calidad? ¿Tener muchos espectadores o tener unos espectadores fieles y prescriptores de nuestro propio contenido?.

Me sumo a la opinión de Carlos Scolari en su post de Hipermediaciones  “Regreso al Ministerio del tiempo II”:

“En otras palabras: despreciar a El Ministerio del Tiempo por su “bajo rating” televisivo sería un error garrafal por parte de la industria. Si esta lógica “monomediática” – que considera a El Ministerio del Tiempo una simple “serie de TV” y no un “mundo narrativo transmedia” potencialmente expandible – prevalece, es probable que este Ministerio sufra grandes recortes o termine directamente eliminado. Si así fuera, serán los fans los encargados de mantenerlo en funcionamiento.

Lo que la industria no sabe, no quiere o no puede hacer, lo harán los fans.”

Certificado

 

Yo me declaro “Ministérica oficial”, ¿y vosotros?

 

Imagen 1: Carlos Andapol Galindo vía flickr

Imagen 2: Reinterpretación Señorita Deslactosada/original TVE

@MacuJackson