Dancers

Prestigioso, lujoso, metódico, riguroso, clásico (como su nombre indica) pero, sobre todo, conservador. El ballet es una de esas disciplinas complicadas que siguen intentando guardar las tradiciones y costumbres desde que se creó. Acompañado de la música clásica u ópera se muestra anticuado a pesar de haber estado en la cumbre, cerca de la exclusividad de la clase alta, los zares y esas épocas doradas.

Nos choca el pensamiento de este arte, ¿verdad? En la época digital donde somos laxos en nuestras comunicaciones, el mundo se desdobla al más puro estilo cinematográfico de Nolan, nos es difícil pensar que todavía hay sectores, segmentos, prácticas que sólo tienen cabida en el mundo analógico.

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Sin embargo, no voy a hablar de aquellos ballets que siguen anclados en imprimir folletos offline de sus actuaciones o insisten en promocionarse en radios y programas culturales de papel. Vamos a ir más allá. Vamos a radiografiar, a comparar dos grandes ballets, dos de las mejores compañías en EEUU, y a desmigajar sus hitos de modernización. ¿Os suenan ABT o NYCB?

Quizá el hecho de que los americanos no viviesen épocas doradas ni Edad de Oro en el arte les hayan dejado paso para poder innovar y abrir sus mentes a algo más, dando la vuelta a la tortilla.

Competencia al más puro estilo Hollywood

American Ballet Theatre (ABT) o New York City Ballet (NYCB) son dos de esas compañías recién nacidas en los EEUU donde la moda del ballet se importó desde la mágica Europa clásica con unos siglos de diferencia. En concreto, en el siglo XX los ballets rusos empezaron a ir a EEUU y cautivaron a un público movido por los lujuriosos trajes y la perfección estética.

Pero lo interesante es saber que tanto ABT o NYCB están en Nueva York donde compiten cada una a un lado del Río Hudson. Tienen una rivalidad tremenda e intentan captar el público una por encima de otra constantemente. Lo llamativo de esto es que, siendo el ABT muy superior a su competidor en calidad, recorrido y reconocimiento mundial, el NYCB está saliendo fortalecido por su integración en este mundo digital.

La calidad del American Ballet Theatre es indudable. Por un lado, ha disfrutado de la dirección y el arte de estrellas de la talla de Mikhail Baryshnikov o a celebridades como a Alicia Alonso o Natalia Makarova. Por otro, ha encargado obras a todos los grandes genios coreográficos del siglo XX como George Balanchine, Antony Tudor, Jerome Robbins, Agnes de Mille o Twyla Tharp. Y, por último, está considerado oficialmente como America’s National Ballet Company. Es decir, la compañía nacional de ballet, algo así como los mejores entre los mejores.

Por poner un ejemplo cercano: nuestra Liga contra la Premiere. Tradicionalmente, nuestra competición ha sido la que ha tenido los equipos más fuertes en Europa y los mejores jugadores del mundo. Pero, en cambio, el nivel de facturación y repercusión mediática de la Premiere incluso cuatriplica a la Liga. Hubo una estrategia de expansión muy meditada hace unos años, de ahí la diferencia evidente.

¿Qué más da el producto cuando la apariencia online te come el terreno? Y es que no basta con serlo, cada vez más hay que parecerlo. Es contradictorio pensar que a nivel de comunicación digital la calidad superior se vea mermada por un New York City Ballet pero los datos nos dan la razón:

Los datos comparativos hablan por sí mismos pero, por si fueran pocos, aquí tenemos un ejemplo branded content en New York Times (digno de ver) o la próxima película que estrenarán #Ballet422 nos sirve para entender cómo a nivel de percepción digital el NYCB es muy superior a ABT, teniendo un buen retorno en redes sociales y un público digital muy agradecido.

Imaginemos ahora que, viajo a New York y quiero ver (además de un famoso musical) a alguna de estas dos compañías actuar, ¿qué opciones tengo? Esta misma pregunta se hizo esta usuaria en Tripadvisor. Y a esa pregunta, yo respondo:

  • Si entiendes de ballet, es muy probable que cojas un par de entradas para el American Ballet Theatre y alucines viendo a maravillosos bailarines interpretar danza clásica o contemporánea (donde son verdaderas proezas).
  • Si no tienes ni idea y simplemente te apetece pasarlo bien y disfrutar de la danza, tan solo con la presencia digital, con el website tan bien adaptado y con la calidad de los contenidos del New York City Ballet no tendrás duda alguna.

Así, una vez más, Darwin nos ilumina con su teoría de la selección natural. Una vez más un producto inferior se adapta al cambio, revisa el target y entiende por dónde hablan, por dónde buscan y cómo lo hacen. ¿De qué nos serviría tener la piedra filosofal o conocer el secreto de la Coca-Cola si no sabemos utilizarlo?

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Porque lo digital aboca a reinventarse o morir, da igual que seas ballet o pintura barroca. Estar en internet con buena presencia, posicionamiento, contenidos útiles o que entretengan y enganchen a tus usuarios es un trabajo sólido que puede llevar a una decisión de compra.

Y, nos guste o no, señores, el arte también vive de decisiones de compra.

@mery_requena

 

Imagen 2: Inception. Imagen sacada de la película

Imagen 3: Darwin Quote. Slideshare