Hagamos un ejercicio de imaginación y situémonos en un año cualquiera.

El 2016 por ejemplo.

Ahora pensemos en una sociedad en la que los avances tecnológicos han sido tan impactantes y tan rápidos que, respecto a nosotros, se han dejado por el camino algunos inventos que para nuestra sociedad son imprescindibles pero ellos ni siquiera los han imaginado.

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En ese universo paralelo, las primeras imágenes en movimiento con sonido asociado fueron transmitidas en 1902 y rápidamente se convirtieron en el principal modo de entretenimiento.

Las “movimágenes” como así las denominan, son en versión estereoscópica desde 1948 y en la actualidad, en su 2016, los dispositivos portables incluyen aplicaciones para su difusión holográfica.

Sin embargo, un grupo de investigadores buscando alternativas a sus formas de comunicación actuales, están experimentando con un sistema en el que el usuario deja de ser espectador para, usando exclusivamente su imaginación, crear imágenes en su cerebro.

La comunidad científica internacional de ese universo paralelo está lógicamente dividida.

Los más tradicionales dicen que eso no tiene ningún futuro.

“Cómo es posible que alguien no desee ver lo que ocurre ante sus ojos y dejarlo al libre albedrío de cada cual”.

Los más escépticos incluso tildan el invento de “lavacerebros” o “infernal dispositivo que intenta engañar a nuestras mentes”.

Sin embargo ha surgido un grupo de jóvenes investigadores, pequeño aún pero en constante crecimiento, que están dispuestos a todo para sacar adelante esta quimera. ¿O no es una quimera?

Sonidos que llegan a los oidos de los oyentes y les hacen pensar, imaginar… que crean ante ellos y con ellos historias cercanas para unos y lejanas para otros, pero siempre interesantes. Que permiten a cada uno ver en su mente unas referencias visuales diferentes, que le hacen ser crítico con todo. Incluso consigo mismo.

Sin lugar a dudas parece algo peligroso. Esa sociedad de un universo paralelo debe estar atenta a este invento, porque de conseguir llevarlo adelante, la sociedad podría dejar de estar manipulada y los grandes imperios mediáticos y políticos podrían perder su perenne hegemonía.

Esos científicos denominan a  este nuevo invento “RADIO”.

¿Estarán ante un desconocido peligro? Nuestro deber es avisarles.

Y por si este pequeño «cuento-ficción» os ha sabido a poco y aprovechando que estamos en fechas estivales en las que quien más quien menos tiene algo más de tiempo libre, aqui os dejo un enlace a «Metrópolis» de Fritz Lang, que ya en el año 1927 nos mostraba un futuro alienante y falto de imaginación.

¿Cómo el nuestro, o como el de nuestro universo paralelo?

https://www.youtube.com/watch?v=pT4A-76CS28