En los últimos tres años se ha hablado y ha escrito tanto sobre la interacción entre espectador y televisor a través de los smartphones que es lógico que a las cadenas de TV generalistas les haya dado por diseñar aplicaciones “second screen” específicas de sus canales: A3conecta, MTVXtra, +TVE… además de añadir funcionalidades diversas en este sentido a las ya existentes: TVE App, MiTele

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Y sobre eso va este post de hoy que es además resumen de un artículo de investigación que he publicado junto al también blogger de Innovación Audiovisual, David Alameda y nuestra compañera de facultad, Elena Fernández Blanco. El documento original se titula “Análisis del uso e interacción con aplicaciones second screen en TV Social España” y se encuentra disponible íntegramente en la web de la revista chilena cuadernos.info en su nº35.

Al grano. De este estudio se desprende:

 1.- Que existe una desafección hacia estas aplicaciones fruto de la poco cuidada configuración del valor añadido que se ofrece. En realidad, se podría afirmar que los contenidos que se ofertan como “extras” son de poco valor: fotografías de los actores (casi un 15% de estas son de Mario Casas sin camiseta!!!!), textos con curiosidades, encuestas de tono infantil, juegos con mecánica ingenua, etc. Es decir, no existe una optimización de la recepción por el hecho de interactuar con la aplicación, ni en forma de una mejora significativa del conocimiento de alguno de los contenidos, ni en forma de variación de la narrativa en cualquiera de los modelos posibles que hoy por hoy ofrecen las estrategias transmedia.

2.- Que los canales de televisión y las productoras que firman estas aplicaciones utilizan este medio con un doble propósito: en primer lugar, ofrecer una imagen de modernidad relacionada con la implementación vanguardista de tecnologías interactivas y en segundo lugar, monopolizar el tráfico de las redes sociales en torno a los contenidos audiovisuales, motivados por la percepción que arroja el fenómeno de la TV Social de convertirse en un negocio rentable a corto plazo.

 3.- Que existe una falta de adecuación entre lo prometido y lo otorgado que degenera en una lógico desinterés del espectador de TV Social por este tipo de aplicaciones para smartphones. Vamos que prometer hasta… y después de metido, nada de lo prometido.

Bien, pues ante este panorama y de acuerdo con mis compañeros Elena y David, creemos que se podrían proponer las siguientes ideas de mejora para conseguir eficacia en este tipo de aplicaciones:

1.- Ofrecer contenido extra realmente interesante. Este hecho pasa ineludiblemente por la idea de exclusividad y personalización. Que el contenido ofertado en estas aplicaciones no se pueda recibir de ninguna otra forma. Esto obliga al usuario a ser partícipe obligatorio de la aplicación.

De todas las horas y apps analizadas, sólo en una ocasión, en “Pesadilla en la cocina”, un vídeo añadía un contenido realmente interesante a la narración. Lo cuento por insólito: Chicote estaba intentando arreglar una pizzería regentada por un padre y sus dos hijos. En un momento, el vehemente chef les obliga a quedarse limpiando la mugre toda la tarde a los tres. En el programa en televisión se produce una elipsis y cuando vuelve Chicote al garito ve que todo está limpio y pulcro. El padre hace un gesto de cansancio y le argumenta que se han deslomado. Esa es la versión TV. En la app de A3Conecta, sin embargo, colocaron un vídeo como contenido extra en el que se revelaba el contenido de esa elipsis: Cuando Chicote sale del restaurante, el padre, el muy cabrón, se quita el delantal y le dice a los dos chavales que él se va a tomar una copa al bar de enfrente y que antes de que vuelva Chicote, todo ha de estar como los chorros del oro. Esta es la clave del contenido añadido: ofertar algo que a los que lo ven que sea exclusivo y que cambie el relato, que de una nueva mirada, un nuevo giro, bien de complicidad, de sorpresa, de intriga…

2.- Para que exista una recompensa equilibrada que justifique esa obligatoriedad, se deben estudiar las características específicas que ofrece un smartphone en detrimento de las otras pantallas. De ese estudio que estará relacionado con la gestión de los sensores del smartphone para la comunicación (sensorconomy) se podrán extraer interesantes sinergias que permitan ofrecer valor añadido de calidad. Geoposicionamiento, reconocimientos de voz, facial, sensores de orientación en las tres dimensiones, etc, suponen una cartera de opciones que permitirán pensar en nuevas y eficaces formas de comunicar vía dispositivos móviles.

3.- Como el momento que ofrece mayores capacidades para la interacción es el que se produce en los cortes publicitarios cabría pensar que lógicamente esto iría en detrimento de los propios intereses económicos de la cadena, pero este hecho genera una posibilidad que puede ser aprovechada en beneficio de canal, anunciantes y espectadores relacionándolo con acciones de branded content.

Y, 4.- Por último, reseñar que en ese sentido cabría integrar todas estas mejoras en las estrategias transmedia, haciendo de la conversación en torno a la TV Social una de las puertas de acceso a los universos de cada contenido. Esto haría considerar la comunicación trasladada a esas aplicaciones como un elemento más de la narrativa en vez de un apoyo residual sin valor añadido.