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Ser español, republicano, del Atleti y ateo es tener cuatro buenas razones para creer en la innovación, aunque sea audiovisual. Entre el “Panta rei” de Heráclito y la espantá del rey del lunes pasado median 25 siglos pero una misma verdad verdadera: todo fluye.

El  monarca abdicó batiendo récords de audiencia televisiva.  Nada sorprendente. Los seis minutos de su discurso fueron uno de esos momentos en que, gracias a los Medios, el ciudadano siente que se baña en el río de la Historia, con hache mayúscula.  La Televisión en esplendor máximo añade a su señal una vibración instantánea, única, trascendente, y universalmente contagiosa. Ha ocurrido más veces, como en el 11 S, cuando el segundo avión penetró en directo en la segunda de las torres gemelas. Significante y significado se colapsaron en un solo frame que liberó infinitas cantidades de energía simbólica. WOW!

Este rey no será recordado por una estatua ecuestre, como el cuarto Felipe que funambula en la plaza de Oriente, o por un óleo maestro, como el cuarto Carlos que brilla en El Prado. Hijo de su tiempo, este rey se retrata para siempre en dos soportes audiovisuales: la alocución de la noche del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, y la del lunes pasado abdicando de su corona.  Dos vídeos como alfa y omega de su reinado.

¿Hay Innovación audiovisual? Si, y estrenando salto Fosbury.

Hasta donde sabemos en el 81 Juan Carlos detuvo y contuvo lo que quedaba de nuestro siglo XIX para abrir otra página de la historia, o para cambiar de tomo. Su discurso televisado  fue el punto de giro definitivo en el guión de la dramedia protagonizada por Tejero y otros. Ironías de los tiempos: el 23F una banda de gañanes fue enterrada por una cinta de U-Matic alta banda. Buen trabajo del rey, y de Erquicia, de Gabilondo y de la muchachada televisiva, a la altura de las exigencias  profesionales que nos piden a todos. Lo recuerdo bien porque vibré en tiempo real con la Historia de mi pais y participé como espectador pasivo de su relato. Pasivo porque pasé la noche entera haciendo zapping radiofónico y regrabando en viejas cintas de casete horas y horas de aquella fiesta del periodismo en acción. Escuchar la Historia era sentirla como propia. Entonces no se podía hacer otra cosa: en 1981 la acción, como la información, estaba en manos de los intermediarios.

Ha llovido mucho desde entonces, para el rey y para todos: para la información, para la opinión,  para la participación ciudadana, y también para los intermediarios que engrasan la maquinaria de los Medios.  El lunes por la mañana los contertulios estaban aún ocupados en una de sus discusiones bizantinas: ¿Podemos viene del verbo poder o del verbo podar?  De pronto, desde palacio, estalla la bomba informativa:  toque de trompeta, firmes, Ups!, y a improvisar nueva escaleta  para oficializar la transcendencia.

Segundo vídeo, grabado también en La Zarzuela y con premura. El rey abdica,  cede los trastos a su vástago y reclama vía libre para los nuevos tiempos y sus gentes. De lo analógico a lo digital, del Siglo XIX al XXI. Este vídeo  también provoca un gran revuelo  político y social.

Pero hay una novedad: la SocialTV. Las redes sociales arden en las segundas y terceras pantallas.  Reacciones, sensaciones, opiniones y memes corren simultáneos al trabajo que los medios tradicionales ejecutan sobre lo que ya etiquetan como la noticia del año. Al discurso oficial de la Historia le  nace un relato paralelo no controlado, con sus propias reglas, con sus propios contenidos. Un relato que se convierte, a su vez, un auténtico espectáculo: un  tsunami de contenidos novedosos, fungibles pero participativos que entran por todas las puertas de acceso, abiertas de par en par. Ahora cada individuo, cada ciudadano, puede participar de la respiración colectiva alimentándola con su pensamiento desde un teclado. Sin intermediarios.

Dos mundos paralelos y complementarios están narrando versiones diferentes de la misma historia. En un lado se acumulan datos históricos, estimaciones legislativas, e inventarios de agradecimientos y elogios; en el otro la trompetería reclama referendums, república y dignidad para los elefantes. En un lado se digiere, en el otro se vive. En un lado se transpira, en el otro se respira. Universo y Storytelling: la abdicación coronó un magnífico ejemplo de relato Transmedia a escala global.

Heráclito dijo que no te puedes bañar dos veces en el mismo río. El lunes el río de la historia se llenó de bañistas espontáneos, y fueron tantos que amenazaron los contornos del cauce. El espectáculo de la reacción ciudadana a través de las Redes Sociales canibalizó muy pronto a su causa original. La onda expansiva  era más interesante que la propia explosión: por diversa, por viva, por imprevisible, por diferente, por participativa, y también por Humor, con hache mayúscula. Somos lo que decimos hasta que habla el siguiente. Hubo más riqueza de contenidos en una hora de twitter que en la suma de todas las informaciones y opiniones embutidas mediáticamente en las escaletas de urgencia. ¿No es eso, en si mismo, una noticia?

Armando, otro colega con la televisión en vena, colgó un mensaje: “¿Para cuándo un programa TV basado en Whatsapp?

La zarzuela también es nuestra versión castiza de la Ópera, del espectáculo total. Ahora sin cuarta pared: de las butacas del gallinero viene un buzz constante que pide ser incorporado a la obra. La detonación informativa del lunes agita aún a los Medios convencionales porque les obliga a retratarse, no respecto a la monarquía sino al librepensar y al libredecir. A muchos de los guardianes de la libertad la foto les ha pillado ajustándose la corbata y con pájaros  en la cabeza. Pajarillos azules. Emisoras de televisión y radio, periódicos, y hasta revistas satíricas miran de reojo hacia el cajón donde se guardan las pilas.  Perífrasis: parece que algo puede estar cambiando en el viejo modelo. A Noam Chomsky le pitan los oídos.

Conclusiones provisionales:

  • La democratización de los Medios no es perversa, es ineludible.
  • Las redes sociales no sustituyen a la Televisión, le dan un nuevo sentido. Potencial para una nueva vidilla.
  • Una Televisión en plena forma se convierte en el mejor detonante del relato en redes sociales. Genera ríos nuevos en los que bañarse una y dos veces. ¿Son las Redes Sociales un ROI para la nueva TV?
  • El relato en Redes es más reactivo que proactivo. Por ahora.
  • El intermediario de los medios convencionales está sobrepasado. Intuye su propio miedo.

Hipótesis provisional: el nuevo narrador audiovisual se perfilará como artesano o como artista según el uso que haga de los Medios.

Como artesano construirá relatos emocionales para integrar comunidades alrededor de, por ejemplo,  las virtudes organolépticas de un yogur,  las ventajas de viajar en tren, o  la conveniencia de vacunarse contra la próxima gripe asesina. Y no hay poco mérito si  lo consigue.

Como artista, dinamitará los embalses de los Medios tradicionales para que surjan nuevos ríos de contenidos que hagan del individuo partícipe y narrador de su propia historia, con hache mayúscula o minúscula.

 

BONUS TRACK.  Resumen de una peli  viejuna pero eterna. En su remake los pájaros son azules, no están dirigidos por Hitchcock, tienen voz propia y, tal vez, acaben por cambiar el cuento. Heráclito tiene razón: todo fluye, y muy deprisa.

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