Innovacion audiovisual

Confio que este post no escueza.

Hace unos días Vasile enmarcó su conferencia en la necesidad de entender que la tecnología iba muy por delante de nuestra capacidad de crear. Realizó un gran evolución histórica en el mundo del entretenimiento en la que demostraba que la fantasía (como él definía la creatividad) siempre había estado por delante de la tecnología (capacidad de llegar técnicamente a los públicos) y que en la actualidad, los profesionales del sector del entretenimiento (en sentido general) tenían más fácil que nunca acceder a su público y más lejos que siempre en su capacidad de provocarle creativamente. Básicamente tenemos más fácil que nunca llegar a la gente y más dificil que siempre enamorarle. La tecnología está por delante de la creatividad.

No tengo claro si vivir en un mundo más cercano a la tecnología aplicada al marketing me está haciendo insensible a la parte creativa, me da que el embrutecimiento mediático es bastante común. La audiencia, el box office, incluso las ventas de carrefour cada día demuestran más que es muy fácil distribuir productos y muy complicado hacernos soñar. Ya tenemos localizado a los clientes, consumidores, audiencia…poder llegar a ti de mil formas diferentes, te podemos perseguir durante el día, en tu navegación, en tus paseos con el móvil en las manos. El big data (piedras sobre mi tejado) nos permiten clasificar, clusterizar, “empatronar” a los usuarios…pero tenemos que encajar este avance tecnológico con nuestra legítima pretensión de contar historias que lleguen. La creatividad es el siguiente paso. Por primera vez en la historia va por detrás de la tecnología. La lista de audiencias en televisión (hay verdaderos genios en este blog )  cruzada con la lista de audiencias sociales nos da varias pistas sobre cómo ambas circunstancias están siendo afectadas. Los programas con mayor audiencia social no son, en todos los casos, aquellos que más audiencia real generan. Hay quien ha sabido desarrollar proyectos esencialmente sociales basados en esa necesidad curiosa de opinar que tenemos todos…y hay quien, basándose en la tecnología, nos abrasa a comentarios que no nos interesan por mucho que se empeñen. El TL, siguiendo a programas y responsables de redes de estos, se transforma en una pedorreta absurda sobre los dones producidos en vez de perseguir movilizar a nuestra “comunidad” y dejar que se expresa. Si hay que poner ejemplos mejor con una cerveza.

La tecnología va más allá en la medida que nos ayuda a estar más cerca de los que tienen algo que ver conmigo. En la medida que hacemos de una comunidad algo ¿compartido?. Quizá esa sea la primera realidad que internet y la conexión en red ha regalado a la tele.

La tecnología, unida a las comunidad y a la capacidad de crear redes entre nosotros, es lo que más miedo está dando a los programas y a las cadenas. Bien entendido tenemos muchos programas que saben levantar a las comunidades de su sillón y ponerlas en marcha hacía algún lugar…muchas veces es hacía “contra sí mismo”, premeditadamente (Évole) Pero entender esto bien nos obliga a aplicar creatividad entendida como la manera de sugerir hacer cosas…juntos y socialmente. Es decir, la propuesta creativa actual nos a de llevar a querer autoexpresarnos, parece que la clave está en saber que ha sido éxito según el comportamiento de los usuarios en los medios sociales más que si me ha gustado a mi solo…y ¿No es eso una manera de entender el ciclo de vida de un producto de entretenimiento un tanto sesgada? ¿Si hablas de mi…es que ha sido bueno…? Vuelvo a Évole…y a #operacionpalace (votando a favor del formato, producto y de la que lió)

Calabaza

Y ahora le toca el turno a la ética (Parte de la filosofía que estudia el bien y el mal relacionado con el comportamiento humano y con la moral)  Tecnología, fantasía y ética. Vaya trio que me gustaría que mis hijos tuviesen claro…pero como no soy creativo, tendré que ver como le cuento la historia.

La tecnología y la creatividad (insisto, en este blog todo el mundo tiene como intención principal llegar a su público) ambas tienen que ir de la mano pero la ética la hemos dejado escondida en un armario.  La teoría del conferenciante de más arriba se articulaba en las dos primeras y daba sentido de éxito o de productos “buenos” en la medida que habían sido un éxito de ventas publicitarias. Las pataletas de todos aquellos que critican estos productos les encasillan en personajes frustados que solo tienen preferencia por programas de hipernicho, chungos y desangelados. Quizá pueda tener razón el Sr Vasile en su teoría. Le permite, entre otras cosas, forrarse y producir un éxito al día. Obviamente hay que aplaudirle, no todo el mundo es capaz de hacerlo. Las reacciones que su público (él los llama productos) son inmensas en volumen, en audiencias, en comentarios pero…la reacciones son buenas en la medida que me hace mejor persona y los programas que actúan a ese nivel ¿nos hacen mejores?

Entendemos que debemos entretener de una manera cada día más personalizada, somos capaces de contar un cuento diferente a millones de personas, personalizando cada parte de ese cuento según sus preferencias, estado de ánimo y nivel de ira gástrica. En algunas ocasiones somos capaces incluso de emocionar con esos cuentos. Hacer soñar a nuestra gente y ayudarles para ellos emocionen a otros. Quizá el siguiente paso es completar este camino y este cuento con una pretensión, también legitima de hacer-nos mejores personas.

@agallor