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¿Putin en la portada de Innovación Audiovisual? (wtf!) Todo tiene una explicación… Espero.

El pasado 7 de diciembre, El País publicó un artículo con el título “La guerra híbrida del siglo XXI”. En él se trata de definir un nuevo tipo de guerra hasta ahora desconocido que, según el artículo, “se trata de una fusión de soldados con y sin uniforme, paramilitares, tácticas terroristas, ciber defensa, narco conexiones, insurgencia urbana y fusiles AK-47”. Una suerte de estrategia donde se dan “una combinación de medios e instrumentos, de lo previsible y lo imprevisible”; en la que “no hay una distinción real entre guerra y paz”.

El artículo habla del terrible conflicto de Ucrania y la manera en que se está llevando a cabo que, según lo definen desde el Real Instituto Elcano, no es otra cosa que “La guerra de Putin”.

No es por frivolizar, ni mucho menos. Tampoco por ver pasar a Vladimir por este blog. Es la referencia a cómo está formateada la realidad lo que nos conecta, de forma casual, con la narrativa digital. Porque, si en esta descripción de “La guerra de Putin” prescindiéramos del carácter bélico y siniestro, ¿no estaríamos hablando de lo que se conoce como transmedia?

La linealidad del tierra-mar-aire de las películas de americanos matando nazis y japoneses ha pasado a mejor vida. El relato –la guerra- se construye desde todos los ángulos y simultáneamente. El resultado –el universo bélico- es tan apabullante, que ni juntando bien las líneas se encuentra una manera sencilla de combatir al enemigo. La metáfora (funesta) nos habla de un cambio de paradigma en la construcción de la realidad y en la manera en la que la descodificamos. Y también, claro, en cómo construimos los relatos que, al fin y al cabo, son realidad.

De la guerra al relato.

Esta es la línea en la que trabaja David Varela (aunque no lo parezca, de quién de verdad quería hablar en este post es de David Varela, no de Putin), creador y guionista, que participó en Ciclo ‘Transmedia y nuevos contenidos digitales’ organizado en Madrid en octubre por Espacio Fundación Telefónica.

Varela

En su ponencia, Varela mostró varios de los proyectos en los que ha participado en los últimos años y que tienen un denominador común: buscar experiencias inmersivas jugando siempre con lo que está pasando aquí y ahora, en el momento: en la realidad. En sus trabajos, el peso de la realidad, de lo físico, es el punto de partida para construir experiencias. Es la realidad la que sirve de base para sumergirse en el relato.

Por ejemplo…

Zombies run, una app de deporte, que consiste en un programa de radio ficticio que se desarrolla entre las canciones que el corredor escucha mientras hace deporte. Son pequeños fragmentos de ficción entre canción y canción relacionados con un supuesto ataque de zombies a la tierra. Mientras uno corre, escucha que más vale esprintar en un momento determinado si no quiere ser devorado por un grupo de muertos vivientes que le esperan tras la esquina. Es la manera de construir una ficción a partir de lo que sucede en la realidad: añadiendo una nueva capa de realidad a una actividad cotidiana, como correr.

O The Seed, proyecto que formó parte de la Olimpiada Cultural de Londres, 2012, y estaba basado en la historia real de los “cazadores de semillas” de la época victoriana. Se trataba de cuatro representaciones teatrales al aire libre y en ellas se buscaba que los asistentes vivieran la experiencia de la manera más intensa. Por ejemplo, dotándoles de auriculares para que siguieran la acción y a los actores mientras se movían por el espacio. Este gadget, además de permitir el seguimiento de la acción, permitía introducir efectos de sonido y música. Durante la representación, la gente no hablaba entre sí. Se priva de un sentido para “secuestrarlo” y potenciarlo poniéndolo al servicio de la experiencia.

En la ponencia David Varela mostró muchos ejemplos más (entre ellos, la excelente app de la serie de tv Sherlock), no es cuestión de repasarlos todos aquí. Lo interesante es el juego que propone Varela con la materia prima que todos tenemos más a mano: la realidad. Aprovechando los recursos que ésta nos ofrece, Varela construye una ficción –un relato- que va más allá de lo lineal puesto que tiene que ver con la experiencia. A partir de una base (correr, asistir a una representación teatral), va añadiendo nuevas capas de realidad que suman elementos a la narración y hacen que la inmersión sea mayor. No propone leer o ver un relato, propone vivirlo. Ser parte de él, que el relato pase por dentro del espectador y, quiera o no, quede marcado por la vivencia. Para lograrlo, se sirve de “una combinación de medios e instrumentos, de lo previsible y lo imprevisible”, en la que “no hay una distinción real entre guerra y paz” (tenía que volver a aparecer La guerra de Putin… era inevitable).

Los diez mandamientos de Varela.

David Varela entiende este proceso de inmersión en el relato a través de tres etapas: primero, meter a la gente en tu historia; luego, rodearla de ella; y, finalmente, acunarles para mantenerles en ese estado intentando que nadie rompa el hechizo. Para dar forma a todo ello, se sirve, como no, de sus diez mandamientos de las experiencias inmersivas (mira que nos gustan los mandamientos en este blog).

10Mandam

  1. Piggyback. Aprovechar otros canales para usar nuevos sentidos.
  1. Take it to their backyard. Crear historias con eventos en vivo + acciones en redes sociales. Buscar la realidad.
  1. Add a layer. Añadir capas de realidad.
  1. Smash the fourth Wall. Destrozar la 4ª pared. Conseguir que la gente pase a la acción, que se levanten del sofá a buscar pistas.
  1. Overwhelm the senses. Superar los sentidos.
  1. Be magical.
  1. Be inmediate. Ser inmediato, responder en tiempo real.
  1. Rehearse an action. Ensayar la acción. Crear gatillos, desencadenantes.
  1. Build a bigger picture. Crea una historia mayor, más grande. La realidad, lo posible, entra en la ficción.
  1. Be authentic. Ser coherente con el material.

No es la primera vez, ni mucho menos, que se habla en este blog de la intervención en la realidad para crear universos de ficción. Y seguramente no será la última porque, sin duda, dentro de la narrativa digital el componente de la experiencia es un ingrediente nuevo y diferencial, inédito hasta ahora, al menos en las posibilidades de llevarlo a cabo.

Lo que sí puedo asegurar (lo afirmaría al cien por cien) es que éste va a ser el artículo de este blog más leído en las oficinas de la KGB.

Fotos: Ben Murphy, Espacio Fundación Telefónica.

@ramontarres