cinemaNo estamos pensando en que estemos viendo una película y empiece a sonar el móvil y el espectador de al lado se ponga a hablar. Éste post se basa en dos premisas: se puede usar el móvil en silencio y en la diversificación del uso de las salas en los cines.

Empecemos por la última. Hay salas donde se prohíbe comer palomitas. Existen salas acondicionadas a la forma de ver una película de los niños pequeños. Puedes ir a salas donde se puede cenar. Y todo esto, mencionando sólo las posibilidades de las salas a nivel físico, teniendo en cuenta el espacio y el uso. Todos somos conocedores de la diversificación de la oferta a nivel de contenido. Es decir, salas donde se proyectan deportes, óperas, conciertos, espectáculos de ballet o donde se celebran encuentros de empresas y todo tipo de eventos. Salas que se pueden reservar para rescatar determinado título y verlo en determinado pase.

Así pues, pensemos en una sala donde se puedan utilizar los móviles. ¿Qué tipo de oferta sería? Podríamos hablar de lo que significaría esto a nivel de contenido. Hay proyectos audiovisuales que ya incluyen contenidos adicionales para que se visionen a la vez que la propia película en sí (como APP de Bobby Boermans). Esto nos lleva directamente al tipo de consumo que se puede hacer en casa. Es decir un ejercicio donde la pantalla del ordenador, tableta o aparato de televisión es substituida por la pantalla de cine. También a nivel de contenidos, ya existen proyectos para premiar con contenidos adicionales de las películas a aquellos espectadores que han pagado por una entrada de cine. La premisa de marketing no es nueva: premiemos con un plus que facilite el boca/oído o fomente que se comparta en redes sociales. En publicidad ya hay quién ha conseguido introducir el uso del móvil en la sala aunque sea antes de que empiece la película. Volkswagen lo hizo para concienciar a los conductores del peligro de usar el móvil mientras conducían. Los espectadores se distraían consultando un mensaje y era entonces cuando el accidente se producía.

Ahora bien, la reflexión es a nivel de comunidad. El uso del móvil en la sala permitiría crear una comunidad con el resto de espectadores de ésa sala, de ésa película y de ésa sesión. En definitiva, la sala de cine se convierte en un gran salón dónde visionamos con desconocidos pero de una forma a la que ya estamos acostumbrados en casa. Se podrían compartir comentarios, material adicional, recomendaciones, etc. Daría lugar a otro tipo de relación con la película y con el resto de espectadores (y más en un estreno!). Las posibilidades son infinitas y ya me imagino el potencial que tendrían los resultados de éste uso para los productores, exhibidores y distribuidores.

Debe haber lectores leyéndome que ahora mismo estén pensando con horror que ni locos se meterían en una sala iluminada por pequeñas pantallas. Aún sonrío cuando recuerdo una camiseta que se hizo popular en su día donde se podía leer: «Me gusta meterme en salas oscuras con desconocidos y ver películas». Muchas veces, la decisión de ir al cine es precisamente eso: ir al cine. Salir de casa para ver algo que podríamos ver en casa pero en otras condiciones. Ser «secuestrado» algunas horas. Hay un estado en whatsapp que indica que estás en el cine y que no se te puede molestar. Pero independientemente de los gustos personales, hay que tener en cuenta a una generación que siente angustia si no pueden utilizar su móvil. Una generación que, como los fumadores más empedernidos, se lo piensan dos veces antes de decidirse por una película de más de noventa minutos porque su mundo social puede cambiar radicalmente en tres horas de desconexión.

Sabiendo que los datos de exhibición en España han mejorado muy levemente respecto a las cifras de crisis de recaudación del año pasado, siendo conscientes de la necesidad de las salas supervivientes de reinventarse y adaptarse a las necesidades del nuevo espectador y, finalmente, de la constante evolución del cine digital y su influencia en el desarrollo de contenidos, me pregunto cuánto tardaremos en empezar a ver experimentos donde cierto uso del móvil en la sala sea permitido.

Imagen m4tik

@Helena_MrNz