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Desde que escribí mi anterior post tengo que reconocer que lo que denominaba mi familia del cine está entretenida y revoltosa. Hemos pasado por un curioso Festival de Málaga donde el nuevo presidente de FAPAE, Ramón Colom y la directora general del  ICAA, Susana de la Sierra han roto lo que parecía una “paz armada” (incido en que estoy totalmente de acuerdo con ella cuando indica que hay una parte de jóvenes productores que no nos encontramos representados por FAPAE). Hemos tenido excelentes noticias con el insuperable éxito de Ocho Apellidos Vascos , que nos recuerda que sigue existiendo un público (ya sea en medios tradicionales o en modo on line) deseoso de disfrutar de contenidos nacionales (el éxito de las 70.000 unidades de DVD de Carmina y Revienta vendidas son un prueba de cómo los formatos y los medios se complementan, no anulan unos a otros). Y ahora nos encontramos ante las eminentes elecciones a Presidente de la Academia de Cine, la candidatura de Piluca Baquero (@pilucabaquero) debe ser muy “rara y peligrosa” porque ha despertado el interés en Enrique Gonzalez Macho en volver a presentarse a este cargo.

Entre todo este lío se leen muchos comentarios sobre cómo se debe solucionar el cine, lo que hay que hacer o lo que no, incluso se ha estrenado algún documental sobre el tema. Que si la necesidad de una fiscalidad mas condescendiente con la industria, que si profundos cambios en el modelo de negocio, etc. Todo esto son temas muy tratados y, desde este post, me gustaría aportar alguna idea que a veces hemos discutido entre distintos compañeros. Me propongo que mis aportaciones no sean muy generales ni que supongan cambios radicales de legislación en la que tengan que intervenir hasta tres ministerios. Tampoco quiero cuestionar sobre la bondad o la maldad de las subvenciones. Simplemente quiero aportar ideas concretas que creo que, a la larga, pueden ayudar a mejorar  nuestra familia. Tranquilos, sólo haré un par de ellas, prometo no hacer una programa electoral.

  • Quiero aprender. ¿Por qué digo esto?. Muy fácil, cuando se presenta un proyecto de largometraje a las ayudas  para la producción de largometrajes sobre proyecto los productores hacen un importante trabajo desarrollando un dossier de proyecto que implica mucho esfuerzo y dedicación (os lo puedo asegurar). ¿Y qué feedback tiene a cambio?, si eres de los afortunados en  recibir la ayuda para tu proyecto: por supuesto tienes premio. Pero si no lo eres, ¿qué pasa?. El desierto, el vacío, la soledad.  En primer lugar no tienes ni un sencillo email explicando que tu proyecto no ha sido afortunado con la ayuda. Tendrás que esperar a ver publicada la resolución de la convocatoria en la web y podrás ver una valoración numérica de tu proyecto. Eso es todo. ¿Y ahora qué hago? Si me han dado un 13,90, ¿tiro mi proyecto a la papelera?. ¿de dónde viene esa puntuación? Pero lo que al menos para mí es más importante: ¿cómo puedo mejorarlo?. Ya que mi proyecto ha sido evaluado por una comisión de expertos quiero, al menos, un breve informe de evaluación en el que se indique qué parámetros son los evaluados y cómo puedo mejorar. A lo mejor mi película artísticamente es fantástico pero no tengo una buena estrategia de financiación, o al revés. ¿Cómo puedo mejorar? Para eso sirven los informes de evaluación, es como si suspende un alumno en la universidad y no tiene la oportunidad de revisar su examen, sin poder entonces saber los puntos fallados y cómo mejorar.

Para ser justos, en el año 2013 se valoraron unos 380 proyectos (aproximadamente) por una comisión de expertos formada por alrededor de una docena de personas y con una compensación económica que, para ese volumen de trabajo, era y es irrisoria

  • Quiero aprender de los demás. En los últimos años se ha destacado la importancia de los pitch como herramienta para presentar proyectos (y comienza a existir bibliografía sobre estos temas –perdón por la publicidad encubierta). Pero curiosamente los proyectos presentados a estas ayudas no están sujetos a una sesión pública de pitch. Lo ideal sería que, tras una primera criba de proyectos (son muchos los que se presentan como antes indicábamos), los seleccionados se presentaran en un pitch público ante la comisión que decide sus proyectos. De esta forma todo sería más transparente y, sobre todo, podríamos aprender cómo se hacen bien las cosas ya que entendemos que pasarán los mejores proyectos. Por supuesto, a este pitch sería ideal invitar a otros agentes del sector (televisiones, inversores, distribuidores, etc.) para que conozcan los proyectos presentados, porque el que no reciban una ayuda no quiere decir que no resulte de interés a otro agente privado.

 

  • La figura del Productor novel. Hasta ahora existe el término de nuevo realizador (aquél que ha dirigido dos largometrajes como máximo). Estos directores pueden optar a la ayudas sobre proyecto y es importante porque ellos son el talento futuro del cine pero, en contra, resulta muy difícil que un director pueda dirigir su tercera película ya que las productores buscarán nuevos directores para hacer otra y puedan, así, seguir optando a las ayudas sobre proyecto. ¿Pero, qué pasa con los productores?, ¿no podemos tener esa opción?, nosotros también queremos aprender (y queremos aprender de los “mayores”, de los buenos, de los que hacen bien las cosas, que hay muchos). ¿Por qué muchos de los productores de mi generación tenemos la sensación de tener un corcho que nos impide avanzar? (vuelvo a recalcar mi conformidad con las palabras de Susana de la Sierra que anteriormente mencionaba).

 

  • Quiero conocer más gente. Otro de los grandes errores que tenemos en nuestro sector es lo cerrados que somos, no podemos permitirnos llorar en nuestro hombros sobre lo mal que está todo. Hay  que fomentar encuentros horizontales con otras industrias primas con las que, inevitablemente, vamos a trabajar cada vez más cerca: desarrolladores, programadores, productores de videojuegos, creadores de contenidos on line, gestores de comunidades, etc. Los proyectos deben desarrollarse desde su embrión viendo todas las posibilidades de expansión que pueden tener y no ir incorporando a lo loco conforme vamos creciendo. Es indispensable sentarse a trabajar juntos desde el inicio de la idea, eso nos llevará a explorar nuevas posibilidades y alianzas, en muchas fracasaremos, en otras acertaremos, pero tenemos que tener claro que cada vez vivimos en una industria del ENTRETENIMIENTO, donde todas las artes y expresiones deben de integrarse y ayudarse.

 

Estas aportaciones aparentemente no tienen mucho que ver con el leitmotiv de este blog, la innovación. Pero estoy plenamente convencido de que la innovación no es sólo hablar de las últimas estrategias o tecnologías. Innovar es también esforzarnos por explotar y ayudar a desarrollar el talento y la renovación de los creadores, el resto, será una consecuencia.

 

Imagen: DG Jones

@rafalinares