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Querida señora de Cuenca (*):

Se habla de usted más de lo que nos gustaría, pero nadie se ha dignado aún a escribirla.

Perdone que sea tan directa;  pero ojalá supiese dónde, dentro de la provincia castellano manchega, se encuentra. Me plantaría allí y le diría cuatro cosas.

Imagino que usted, aun siendo poco culta y muy conformista, es de esas mujeres con un gran poder de persuasión para conseguir lo que se propone. Consigue estar en boca de todo directivo y productor,  de esos que acarician gatos mientras se dan la vuelta en su silla giratoria.  Es especialista en frustrar el trabajo de todo guionista español que aún consigue ganarse el pan haciendo lo que le gusta (o en lo que creía que le gustaba).

La primera vez que escuché hablar de usted fue hace ya 5 años a Javier López Villanueva, profesor de la URJC que caía mal a la mitad de la clase porque decía verdades como puños.

Me da igual que usted sea la que decide, en delantal mientras fríe filetes empanados, que es lo que vemos y lo que no. Me dejo de prolegómenos y voy al grano:

Su «paletismo» me tiene harta. Parece que a usted no le da para reírse de bromas irónicas, mordaces o hijoputescas, pero sí se parte la caja con gracias machistas, chuscas y arevalianas.

Imagino que la noche del lunes disfrutó a lo grande, aunque quizá hasta se cabreó por no poder disfrutar de las dos. Había en antena dos joyas hechas a su medida, luchando por rascar más audiencia y ganar la última batalla de una guerra absurda entre dos canales.

La ganadora fue ‘Velvet’: un híbrido entre el guión de ‘El diario de Noa’, la estética de ‘Mad Men’ y un reparto al estilo de ‘El internado’. Si hasta los pubertos hormonados que copan las listas de hashtags de Twitter en prime time se dieron cuenta. Hubo cosas bien hechas, estuvo a la altura en cuanto a factura técnica, pero la falta de ritmo y la escasa novedad se llevaron todo por delante.

Espero que ‘B&B’ no fuese su apuesta; de esta no tengo nada positivo que decir. Como dije en Twitter: si la veías más de 5 minutos te salía en pantalla, cual hechizo,  la definición de ‘vergüenza ajena’.

Chabacana, cutre y con la iluminación de un Alcampo, muy Telecinco. Si Aaron Sorkin, creador de ‘The Newsroom’, se acercara a lo que hacemos aquí con la temática del periodismo… oiríamos sus gritos desde el otro lado del charco. Y una cosa que es muy nuestra también es darle a los mismos actores antiguos papeles. La Juani, Manolo, Marcos y Lucía de Los Serrano… Qué hartura, señora, solo faltaba Antonio Resines haciendo lo de siempre.

De verdad, muy señora mía, que no quiero yo meterme por meterme con lo nuestro, que yo lo intento, que el cine español lo defiendo contra viento y marea, pero es que esto es un despropósito. Así que, hágame el favor; innove, culturícese, decida ver productos más “arriesgados” (es que aún no entiendo cuál es el riesgo, pero para que usted me entienda) y así el resto podremos ver series más acordes a nuestros gustos. Cada vez somos más, no me vengan con que somos nicho, no hay más que ver lo que está haciendo Canal +, por poner un ejemplo.

Nos gustan las series que solo traten de un tema, que se puedan explicar en una frase. No tiene que pasar de todo, porque cuando pasa de todo pasa mal. No tiene que haber todo tipo de personajes y de tramas. Basta ya de multitarget, si la historia es buena se llega al target que haga falta.

No soy la primera que habla de usted, dése de una vez por aludida. Haga algo, no sea cabezona. Si es que me lee, salga usted de su caverna.

Porque usted ya es señora y poco queda por hacer con lo suyo, pero los que vienen no se merecen esto.

Atentamente,

Fátima Cayetano.

(*) Señora de Cuenca: dícese del baremo de calidad, aceptación, complejidad y temática del sector televisivo, como bien explicó Alberto Rey hace unos años

Aplicación a una frase: «Esto lo tiene que entender La Señora de Cuenca» y «esto le tiene que gustar a La Señora de Cuenca».

Imagen | Xosé Castro via Compfight cc

@fatynap