Viral

Vivimos en un momento de epidemia total. Existe un virus que se ha extendido sin remedio entre todos aquellos que quieren comunicar algo. Se llama «Viralidad», y es esa obsesión por querer que nuestro contenido se convierta en un hit. ¿A cuántos de vosotros no se os ha presentado un cliente con un producto, una idea, un vídeo y os ha dicho «Quiero que sea viral»?. Ya no nos vale con que un contenido sea visto por más o menos personas. Queremos arrasar, queremos ser virales. ¿Existe cura para esta epidemia?

Cuando escribo un post en un blog, en twitter o en facebook, desde luego en mi mente está, como parte de mis objetivos, que sea visto por el máximo número de gente posible. Pero ser visto, tener una gran audiencia, creo que dista mucho de la idea que tienen aquellas personas que te piden «ser viral». Ser viral es tener muchos likes, compartidos, visionados en youtube, conseguir que se hable de nosotros, ser trending tópic, que se nos parodie e incluso que se nos copie. Pero… ¿Existe fórmula para ser viral?

Que me perdonen todos aquellos que teorizan sobre el asunto y nos muestran fórmulas mágicas, pero yo no creo en ellas. Si alguien me pide «ser viral», jamás prometo que lo lograré. Tantos contenidos que nacieron con la intención de ser viral se quedan en el camino sin conseguirlo, como aquellos que llegan sin demasiadas pretensiones lo logran en pocas horas. Dicen los que saben, que para que algo sea viral, debe ser innovador, sencillo, fresco… ¿De verdad es algo fresco aquello a lo que damos tantas vueltas como sean necesarias para que llegue a ser, según nosotros, viral?

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Ante la expansión de esta virus, esta obsesión por ser viral, incluso twitter salió al paso el pasado verano tirando por tierra cualquier teoría (si ponéis en google «claves para ser viral» tenéis cientos de ellas) y afirmando lo que muchos sospechan, que no existen reglas para llegar a serlo. Y lo demostraban con tres ejemplos de contenidos virales que lo habían sido por caminos muy diferentes. Es cierto que aquel post en su blog era una excusa para promocionar el uso de Vine, pero no andaban desencaminados.

Uno de los casos analizados, en el que Ryan Gosling se negaba a comer cereales, había conseguido ser viral gracias a contar con tuiteros influencers que hicieron que los RT al mensaje corrieran como la pólvora. Suponemos que la presencia de Gosling también ayudó… En el segundo caso, un astronauta tocaba una canción de David Bowie. Lo simpático del vídeo, así como su naturaleza única, ayudó a su rápida difusión. Y en el tercero, la campaña #WeAreBeautiful de Dove logró ser viral de una forma escalonada, no desde el principio, gracias al sentimiento positivo que despertó.

En todo caso, y por terminar citando algunos de esos consejos que hay que seguir para, al menos intentar, ser viral, recuerda que tu contenido deberá ser de calidad, divertido, que despierte los sentimientos del usuario, original y que invite a ser compartido.

Y no olvides que esto no te garantizar ser viral. ¡Suerte en el intento!

Fotografía de Nicolas Raymond

@antoral