La evolución tecnológica que estamos viviendo en esta era digital está trasformando todo. Hace unos años las familias veíamos la televisión en el salón de casa  (solo había un aparato) y éramos capaces de esperar una semana para ver nuestro programa, película o serie favorita. Hoy somos nosotros los que decidimos qué, cómo, cuándo y dónde ver ese contenido. Hemos pasado de la televisión lineal con contenidos generalistas a la televisión bajo demanda, con un abanico cada vez más amplio de opciones adaptadas a nuestros gustos e intereses. Año tras año experimentamos cambios tan profundos que es difícil imaginar el futuro.

La naturaleza de la televisión está cambiando. Las nuevas tecnologías y el comportamiento de los consumidores están obligando al sector a adaptarse a un nuevo mercado complejo y en constante evolución, donde es imprescindible innovar. Por eso ante este futuro incierto, los principales agentes de la industria audiovisual intentan averiguar hacia dónde poder dirigir sus estrategias.

Uno de los eventos mundiales más importante en torno a la televisión y el entretenimiento es Future of Television que este año se celebra en el mes de septiembre. Se trata de un evento donde representantes de cadenas de televisión, redes multicanal (MCN), estudios digitales, redes de cable y de distribución digital, marcas, redes sociales y proveedores de tecnología, entre otros, exploran cómo la innovación está configurando el futuro de los medios y el entretenimiento.

Pero además de los representantes de la industria audiovisual, cada vez son más las consultoras y empresas asesoras las que investigan sobre este tema. Una de ellas, Deloitte Alemania, ha realizado un estudio sobre escenarios futuros de la industria de la televisión y el video para el año 2030. Plantean cuatro escenarios que demuestran lo diferente que podrían ser los caminos futuros del mercado de la televisión y el vídeo.  Viajemos al 2030 y repasemos algunos de los puntos relevantes de cada uno de estos escenarios:

Escenario 1: supermercado universal

En este escenario unas pocas plataformas digitales globales han asumido el papel principal en la agregación y distribución de los canales de televisión. Controlan el mercado de la televisión y el vídeo y han entrado en todos los pasos de la cadena de valor, incluyendo la creación, agregación, distribución de contenidos y la relación directa con el cliente. Al igual que los grandes supermercados, cada una de las plataformas digitales ofrecen una amplia gama de contenidos globales y nacionales, sólo diferenciadas por algunas producciones exclusivas y de derechos deportivos.

Escenario 2: Contenido estratégico

El contenido se ha convertido en el principal factor diferenciador en el mercado del vídeo, mientras que las tecnologías como la distribución, la búsqueda y la recomendación están en otro nivel. La variedad de contenido ha disminuido, pero la calidad de las producciones globales ha alcanzado nuevas dimensiones.

Las plataformas digitales se han convertido en meros canales de distribución, focalizadas únicamente en los aspectos técnicos de la entrega. El modelo de negocio de las empresas digitales ha cambiado ya que los consumidores no pagan por una plataforma específica, sino directamente por su contenido preferido.

Escenario 3: La venganza de los canales

En este escenario, los canales tradicionales han logrado con éxito su transformación digital y han asegurado una posición fuerte en el ecosistema de TV y vídeo.

Los canales han evolucionado hacia plataformas digitales, estableciendo relaciones directas con los clientes y entregando contenido bajo demanda.

Durante el proceso de transformación, los canales desarrollaron excelentes capacidades digitales. Han incorporado nuevos servicios como la publicidad dirigida y las funciones de recomendación, que anteriormente estaban dominadas por las empresas de plataformas digitales.

En el mercado coexisten las plataformas digitales, que desarrollan contenidos globales, y los canales tradicionales, centradas en el contenido local.

Los canales también se benefician de una fuerte regulación de los medios de comunicación a nivel nacional, ya que la producción local de contenidos goza de un firme apoyo regulatorio.

Escenario 4: Perdidos en la diversidad

El cuarto escenario habla de que el mercado de la televisión y el vídeo se han convertido en un ecosistema diverso sin actores dominantes. Todo el mundo hace de todo. Las empresas de plataformas digitales han establecido relaciones directas con los clientes. Los proveedores de telecomunicaciones, los canales y los productores de contenidos también han creado con éxito sus propias plataformas digitales. Las empresas de plataformas digitales aportan formatos globales como las series de alto perfil y para proporcionar un contenido local relevante, también forjan alianzas con los productores locales.

Los consumidores sólo están interesados en el contenido y por lo tanto tienden a no ser leales a ninguna plataforma en particular.

Los canales nacionales aprovechan el enorme apetito de los consumidores por las noticias, deportes, películas y series locales. En general, los canales nacionales siguen siendo independientes y mantienen sus medios de subsistencia gracias a diversas fuentes de ingresos.

Imagina de aquí a 10 años

Cómo será la televisión en el futuro no lo sabemos, sin embargo ya se comienza a hablar de algunos puntos que convergen, como por ejemplo que la digitalización cambiará las funcionalidades de producción, distribución y recomendación de contenidos. Coexistirán la oferta de televisión tradicional y la de contenidos no lineales y aparecerán formas cada vez más creativas de garantizar los ingresos gracias al despliegue de la tecnología 5G, que hará que crezca aún más la oferta y consumo de televisión y vídeo por internet.

¿Y cómo imaginan la televisión en 10 años más un economista, un creador de contenidos de VR y una diseñadora estratégica?

Pablo Rodríguez Canfranc. Economista especializado en el estudio del impacto de la tecnología en la sociedad – Área de Cultura Digital en Fundación Telefónica:

“La década que viene, gracias al 5G,  va a ser la revolución del móvil y del consumo de contenidos audiovisuales en estos dispositivos.  Hoy los vídeos y sobre todo los vídeos de alta calidad consumen muchos datos, por eso siempre tendemos a conectarnos a una wifi. Cuando llegue el 5G y el ancho de banda sea inmenso, vamos a poder ver vídeos de súper calidad en un móvil y además más barato. Ahí habrá una gran revolución.

Imagino además que el consumidor no se abonará a un canal, pagará por un paquete con los contenidos que le interesen. Para ello la analítica y la inteligencia artificial seguirán teniendo un papel relevante.

La televisión lineal no va a desaparecer, se van a distribuir los papeles, siempre habrá programas para ver en directo que tendrán su público.

A mi parecer la guerra va a estar en el contenido de calidad y diferenciado. Ya se habla por ahí que hemos empezado una «época dorada» de la televisión en cuanto a contenido. El camino emprendido por HBO (Juego de Tronos) y Netflix (House of cards, Stranger Things) que han conseguido convertir sus series en elementos de la cultura pop, ha iniciado una tendencia que tiene como consecuencia la creación de una oferta audiovisual cada vez más creativa y variada.”

Edgar Martín-Blas Méndez – Co Founder – CEO & Creative Director en Virtual Voyagers:

“La televisión del futuro será una experiencia mucho más vital que la que conocemos y se adaptará a tu entorno físico. Imaginemos que te has levantado y quieres hacer ejercicio con un programa matinal, en ese momento estás en tu salón y gracias a la realidad mixta el presentador estará a tu lado, los concursantes formarán parte de tu salón y podrás hacer ejercicio en directo según va indicando. Además, las ventanas de tu casa se convertirán en paisaje que irá moviéndose al ritmo del ejercicio. Esto ya es posible en un 30% gracias a sistemas como el chip fotónico de Magic Leap o el video volumétrico.

Llega el medio día y los niños quieren ver los dibujos, gracias a sus tabletas o gafas de realidad mixta, los personajes vivirán sus aventuras en la mesa del salón, como si fueran muñecos de acción. Los niños podrán interactuar con ellos y ver la escena desde todos los ángulos, una mezcla entre televisión y muñecos físicos tridimensionales. Esto ya es posible en un 70%.

Por la tarde queremos ver nuestra serie del año 2019, pongamos «Juego de Tronos», pero no queremos verla en una pantalla 2D clásica, queremos una experiencia de cine. Al abrir la aplicación Netflix VR o MR (realidad virtual o mixta) elegimos toda nuestra pared de casa como pantalla y veremos la serie con 500″ o más de tamaño, el sonido se emitirá por los altavoces binaurales y será lo más parecido a estar en un cine de 2020, pero no hemos comprado ni un solo aparato, todo es digital y también social, podremos ver el mismo contenido con la gente que nos rodea o con amigos online que aparecerán en nuestro salón.

Llega la noche y vamos a ver un partido de fútbol, convocamos a los amigos en una sala social que esta vez es nuestro propio salón. Nuestros amigos (de NY, Tokio, Qatar o cualquier lugar del mundo) aparecen cada uno en un sillón. Los vemos como personas reales gracias al 5G y su capacidad de emisión sin latencia y a la captura de video volumétrico en tiempo real. Nos saludamos, nos ponemos objetos graciosos para el partido (gorros digitales, gafas de sol enormes, etc) y el partido se proyecta en 4 pantallas gigantes con un ángulo de 180º. Además, en la mesita del salón sale una maqueta infográfica que nos va dando datos del partido en tiempo real. En cualquier momento podemos seleccionar un punto del estadio y pasar a realidad virtual para ver el partido como si estuviéramos allí, o volver a la sala social con nuestros amigos y las múltiples pantallas.

Todo esto no es futuro, mucho se está aplicando ya en tecnologías como Magic Leap o Oculus Quest y las inminentes gafas AR de Apple.”

Carolina Rodríguez – Strategic Designer at Soulsight:

” Yo creo que la televisión en 10 años más dejará de existir y dejará de llamarse televisión en sí misma. A mí me resulta curioso ver como a mi alrededor ya decimos: ¡no, no, si yo no veo tele! Eso es mentira, lo que pasa es que ves Netflix. El propio contexto de esa frase me parece interesante. Lo que tú no estás viendo, es ese contenido que el canal de televisión como tú entendías antes te está ofreciendo en Antena 3 o RTVE .  La frase «yo no veo la televisión» para mí es un indicador, porque probablemente la gente empezó a ver este contenido desde ordenadores hasta que las «Smart TV» se hicieron más mainstream con un precio más accesible. Por lo tanto, o se dejará de decir «yo ya no veo la tele» nosotros que somos más viejos, o en el caso de los más jóvenes su concepto de «ver la tele» no tendrá nada que ver al nuestro.

Más allá de cómo será el formato, que a mí me da igual verlo en un reloj, móvil, la tele o lo que sea, creo que hay algo muy importante que tenemos que empezar a poner encima de la mesa y es «la responsabilidad del consumo de la televisión». Es decir, creo que no nos tendríamos que preocupar tanto sobre cómo va a ser el futuro del propio formato y cómo lo vamos a consumir, sino la responsabilidad de su consumo. El otro día veía en una entrevista a unos jóvenes que decían «yo consumo al día dos horas de Netflix, y se me pasa el tiempo sin darme cuenta, y otras tres horas de Youtube. Si no lo consumo es que me entra ansiedad». Eso, no lo podemos permitir. Antes la selección que había era limitada y ahora es ilimitada. Creo que todas las posibilidades que ofrece el medio de la televisión y la poca responsabilidad que se está poniendo en base a la accesibilidad, al uso y al consumo, serán los grandes problemas que vamos a tener con respecto a las futuras generaciones. Si yo tuviera que investigar sobre la televisión del futuro, investigaría por el lado de la responsabilidad del consumo y cómo educar para que la gente sea responsable. ¿Cómo podemos educar sobre cómo hay que consumir lo ilimitado que nos va a ofrecer la televisión del futuro? ahí me centraría.”

¿Y tú qué opinas?

¿Cómo imagino yo la televisión en el 2030?… creo que todas las opiniones que se han dado en este artículo son factibles que sucedan, y según avanza la tecnología, en un plazo inferior a 10 años. Sin embargo, me gustaría ver que todo ese despliegue en inversión, capital humano e innovación que se está utilizando para mejorar la experiencia de usuario en el terreno audiovisual,  también se utilice para crear contenidos que eduquen y formen, a la vez que entretengan. Es el clásico debate sobre «la forma y el fondo». Para mí no tiene sentido si avanzamos en uno y dejamos de lado el otro. Creo que tenemos mucho que hablar sobre la televisión que queremos para el futuro y esta discusión no debería sólo estar en manos de los grandes agentes de la industria audiovisual, es un tema en el que deberíamos entrar todos. A ti, ¿cómo te gustaría que fuera la televisión en el futuro?

Sigue en Twitter a Marcela Cárdenas

@InnovacionAV

Imagen menianto