Marketing, Brandend content, Historias y aprendizaje…
Cuando escuchamos palabras como “branded content”, “engagement” o “audiencia” automáticamente nos referimos a todo lo relacionado con conceptos de marketing o publicidad de un producto o servicio dónde la idea principal es crear historias y contenido que se relacionen para posicionar a una determinada marca.
La revolución en las comunicaciones del siglo 21 ha permitido la integración de historias reales y virtuales para generar contenido, dónde los usuarios se convierten en co productores activos estableciendo relaciones “afectivas” y “efectivas” con dichas marcas.
La marca entonces se convierte en un “pretexto” para contar una historia donde los usuarios, que antes eran solamente espectadores, ahora se convierten en promotores. Cada uno a través de supropia historia, experiencias y perspectiva individual pero dentro de una colectividad donde se genera una semiótica particular y una cultura alrededor de dicha marca.
Quienes diseñan: los arquitectos, los magos de esta construcción transmediática concentran sus habilidades para encontrar un punto de interés en la audiencia que los invite a convertirse mas que en solo “fans” o “seguidores” activos en co productores que participen y contribuyan a desarrollar y edificar estas historias colaborativas de forma permanente.
Tomando en cuenta estos principios encuentro una estrecha relación entre la educación y el marketing puesto que el mismo punto de interés se convierte en el generador de esta fidelidad con la marca, y en el caso de la educación la motivación para el aprendizaje permanente: la emoción.
Es curioso, pero el aprendizaje en el ser humano se construye a partir de la interacción social y de la necesidad emocional de la relación con el otro. Todo ser humano busca la construcción de su propia identidad para ingresar a la colectividad y las relaciones afectivas son el pilar del aprendizaje y por lo tanto de la educación. Si hablamos de marketing este principio aplica del mismo modo.
Es por ello que tanto la transformación de los sistemas educativos como la capacitación en áreas profesionales tiene que ver, desde mi punto de vista, con la misma perspectiva que tiene la revolución de la publicidad y el marketing en los medios.
Cuando un instructor en el caso de la capacitación profesional, un líder en la empresa o un maestro en la escuela intentan transformar una práctica, implementar una nueva política corporativa o enseñar un nuevo tema académico, lo que deben, es lograr establecer una relación a nivel emocional del contenido con el concepto que genere la construcción de historias colectivas a partir de las propias, del mismo modo como se crea una campaña de marketing o un producto «transmedia» para el ámbito del entretenimento.
La emoción genera la motivación tanto para lograr un aprendizaje permanente que construye la identidad como para que la adopción de una marca se que convierta en permanente al generar una acción que produzca la participación colectiva que genere historias.
Ya no hablamos de «vender» una marca o «enseñar» un nuevo tema, hablamos de vivir una experiencia en ambos casos. Los datos o información se convierten entonces en la «marca» y las oportunidades y situaciones para aprender en los contenidos diseñados en colaboración por los maestros o líderes en ls centros de trabajo.
Hoy en día estas historias dónde se “esconden» las marcas o en el caso de la educación donde no necesariamente se “vendan” los temas o meros datos académicos se desarrollan a través de videojuegos, apps, redes sociales, realidades virtuales o narrativas multimedia, convirtiendo a los usuarios o estudiantes en productores transformadores de contenido y en verdaderas herramientas de transformación educativa puesto que permiten a cada persona o estudiante interiorizar su propia versión del concepto para así proceder acceder a la expresión colectiva que genere “una permanencia con la marca” o una “fidelidad permanente con el aprendizaje”. Para mi, que se produzca un ¡aprendizaje viral!
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