maroquotidien-plus-136883(1).jpgTodos los días revivimos momentos en los que el gobierno dice: para integración de… para los autónomos… reducción de jornada para y no es que con ello quiera decir que no se trabaja en pro de los derechos (y salud) de los trabajadores, sino que quizás no sé contempla que, la solución, no es la misma para todos.

Hoy, curiosamente coincidiendo con el Día de la Mujer Trabajadora, no pararemos de hablar del trabajo, de las condiciones, etc. Y como no -tara de publicitaria- aprovecho este real time, para hacer una reflexión del tema que nos importa tanto a todos. Resulta que, algo que no se respeta actualmente en muchas profesiones (aparte de las cañas de los jueves), es la salud laboral.

¿Qué es la salud laboral? Desde un punto de vista subjetivo respondería: vivir. Trabajamos para vivir y no vivimos para trabajar. En un amplio número de trabajos (valga la redundancia) el que tardemos 10 minutos más en hacer algo no supone un amplio número de muertes, o tampoco vamos a perder la oportunidad del siglo (pobre Cristiano Ronaldo y su dulce presión). Debemos ser responsables pero sin que esto termine de afectar a nuestro yo, la base de nosotros como persona y como buenos trabajadores.

Últimamente están de moda algunas “novedades” laborales. La tendencia de comparar y mirar siempre a los nórdicos como ejemplo hace que intentemos implantar cosas como: 6 horas de jornada laboral, horarios más ajustados, jornada intensiva… pero por otro lado llegan las jornadas flexibles, los espacios no-fijos en las empresas, el poder conectarnos desde cualquier parte a cualquier hora, que nos ata y nos libera al mismo tiempo. Muchas de estas medidas nos pueden convenir, pero si implantáramos horarios rígidos como se realizaba en ciertos países, o en cambio la liberalización absoluta habrá más disgustos que aciertos. Actualmente nuestra salud laboral está sujeta a nuestro rol, nuestro producto, nuestro cliente o nuestro proyecto. Tenemos que desarrollarnos como trabajadores siendo conscientes de nuestros tiempos, que, obligatoriamente, tienen que dejarnos espacio para continuar haciendo cosas para nosotros.

Con estos comentarios uno no intenta cambiar el mundo, simplemente dejar sobre la mesa situaciones que tiene que vivir en su entorno: gente sin salud laboral. Esto a posteriori acaba en cambios de trabajo, ansiedad, depresión, pérdida de relaciones, frustración: síntomas que a las empresas, debería importarles, porque baja la productividad y el resultado final.

La innovación laboral actual debería ser aquella que trabaje por con una prioridad: proyectos del trabajador, es decir, dar prioridad a iniciativas como desarrollar nuestro huerto urbano o tener un grupo de música siempre y cuando podamos compaginarlo con nuestro proyecto laboral. Tener vida no hará que nos dediquemos en un futuro a otra cosa y que sea temporal, quizás, tener vida, nos haga apreciar lo afortunados que somos porque podemos desarrollarnos tanto personalmente como trabajadores.

Firmado: una trabajadora con un proyecto personal desde los 13 años.