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¿Cómo que solo tienes Twitter? Esta es la pregunta que muchos te hacen estupefactos cuando respondes que `solo tienes Twitter´ o `solo Facebook´ y, en realidad, lo más grave de todo es que tú te sientes irremediablemente obligado a dar todo tipo de explicaciones. No, no, también tengo Facebook, pero casi no lo utilizo. Y Pinterest, LinkedIn, Vine, Instagram, Swarm, Whatsapp, Line, Snapchat, Google+… y un problema.

No seré yo quien me meta con aquellos que tienen, tenemos, 253 redes sociales y estamos todo el día pendientes de ellas. Ni siquiera criticaré con inquina a aquellos que no levantan la vista del móvil en las quedadas con amigos. Al fin y al cabo, están socializando y la comida no se disfruta igual si no la compartes, en Instagram, claro, mi postre ni lo toquéis.

Las redes sociales, además, están cumpliendo una gran labor social, y no me refiero a ponernos en contacto con aquellos amigos y familiares que viven lejos o hace años que no vemos, que también, sino a su capacidad para solucionar momentos incómodos, tal vez tantos como los que generan pero, propensa como soy a los primeros, el porcentaje sale a mi favor.

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Lo que si me preocupa es cuando esta actitud personal, esta necesidad de estar en todas las redes sociales, se traslada al ámbito empresarial. Mi posición la resumo en una sola frase: ¨hay que saber escoger las batallas¨. Siempre he defendido y defenderé, como muchos habéis leído en otros posts del blog, que las redes sociales no son un tablón de anuncios. Hay que atenderlas y cuidarlas porque si no, no cumplen con su función y ser social, no sirven a tu marca y, por tanto, puede llegar a ser hasta contraproducente tener todas las redes sociales del mundo pero desatendidas.

Hay que conocer tu marca, sus productos y tu audiencia y, en función de ello, decidir los escaparates más adecuados. ¿De verdad es necesario que Seguros Pelayo tenga Vine o Snapchat? Seguro que puede encontrarle utilidad pero ¿no sería mejor que centrase sus esfuerzos en una red social más adecuada a su imagen de marca?. Evidentemente, es un ejemplo, no tengo ni idea de si Seguros Pelayo tiene Vine, pero ejemplos más insólitos se han visto. Seguro que alguna marca tiene hasta cuenta en ELLO.

Todos cometemos errores y tenemos más redes de las que podemos abarcar –sí, vale, yo me hice cuenta en Ello- pero hay que saber aprender de estos pasos en falso. Y puestos a predicar con el ejemplo, os confieso uno de nuestros errores empresariales más recientes: el canal empresarial de Line.

Hace dos años, LINE desembarcó en España dispuesto a comerse el mercado y ofreció a varias de las cuentas más populares en redes sociales hacerse un canal oficial. Era un juguete nuevo y fuimos incapaz de negarnos a la invitación, pero pronto veríamos que había sido un error y que poco tenía que ver nuestro concepto de Line –como red de mensajería instantánea- con el concepto de Line como canal oficial.

Deslumbrados por los datos de Line, con más de 180 millones de usuarios activos en el mundo y 15 millones en España, El Hormiguero -de cuyas redes sociales me encargo, para los que no me ubiquéis- fue una de las tres primeras marcas en España en contar con un Canal Oficial, junto con Coca-Cola y Kukuxumusu. Sin embargo, pronto nos topamos con varios problemas:

-Resultaba tremendamente difícil de gestionar, con utilidades muy diferentes en su versión móvil y su versión PC.

-No admitía la interacción. Aquellos que te seguían en Line no podían escribirte/contestarte a no ser que estuvieses en `Modo On Air´, para lo que había que ponerse de acuerdo con la empresa, que te marcaba unas pautas y un tiempo para estarlo, y que recogía las respuestas en un Excel que te enviaba por mail al día siguiente. ¿Qué interacción es ésta, es esto una red social?. Nosotros nos pusimos en Modo On Air, claro, la curiosidad nos pudo y fuimos los primeros en España, pero ¿dónde estaba la relación real con nuestros seguidores?

-Muy invasiva. En el mismo sentido que apuntaba antes, en España concebíamos y aún concebimos Line como una red de mensajería instantánea y, por tanto, es más que probable que tengamos activadas las notificaciones de unos mensajes que además no podíamos contestar. ¿Se os ocurre alguna forma de spam mayor que un mensaje diario de una marca, con notificación, y a la que no puedes contestar? Puedes silenciarla, claro, pero entonces ¿quién iba después a leer ese mensaje de la marca al entrar en Line? Su funcionalidad, al menos entonces, era mínima.

-Todo tenía que ser de pago para tus seguidores. Acostumbrados al éxito del que gozaban en el mercado asiático (y que Eduardo Prádanos nos demuestra en este divertido vídeo desde Japón), los encargados del desembarco de Line en España no supieron adaptarse a un mercado nuevo. Ni supieron respetar la máxima de las redes sociales de empezar dando –gratis- para recibir después. Incluso los stickers que sacamos tuvieron que ser de pago, al principio, hasta que les convencimos para que fueran un regalo para aquellos de nuestros seguidores que participasen en nuestro modo On Air. Eran ideales, eso sí….

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Line para nosotros no era adecuado. No es un problema de una red social en concreto, sino de cómo esa red social se adapta a las necesidades de tu marca. Por tanto, pocos meses después y con casi un millón de seguidores, abandonamos nuestro Canal Oficial en Line.

Es cierto que es bueno hacerse perfiles preventivos, es decir, registrar tu marca en las nuevas redes sociales para que no te quiten el nombre, o porque es una red social con ventajas propias -¿qué marca no tendría perfil en Google+ que prioriza esas publicaciones en su buscador y posiciona tu negocio en Google Maps?-, pero hay que estar y actuar sólo en aquellas que puedas asumir y atender y que se adecúen a tu marca. Hay, como decíamos al principio, que escoger las batallas.

Y cuando queráis quedamos en persona y os cuento mi opinión más detalladamente pero, como comprenderéis, tendrá que ser un sitio chulo para que pueda presumir de ello en mis doscientas redes sociales. Personales, eso sí.

@Maria_Casas