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Y lo haré útil y emocionante.

Necesitamos que nos cuenten historias, pero también necesitamos creérnoslas. Justo ahí, la Inteligencia Artificial se enlaza con la innovación y las emociones. Y empezamos a hablar de coches, cohetes y hasta películas.

Pero antes de todo esto, llegó El Turco.

Esto fue el primer artefacto construido allá por el siglo XVIII que se basaba en lo que hoy llamaríamos computación cognitiva, solo que con truco escondido en forma de persona. Una estructura de madera escondía a un experto jugador de ajedrez que simulaba ser un autómata, todo era una ilusión óptica de un mecanismo de relojería. La fascinación y las ganas de creer hicieron el resto.

Con la computación cognitiva se procesa información que puede llevar a nuevas hipótesis, ampliando el conocimiento y de ahí al futuro. Desde El Turco al Colossus de Turing fue generándose un caldo de cultivo cinematográfico para la Inteligencia Artificial venidera con Blade Runner , la evolución del Siri en Her  o 2001: una odisea del espacio y el PLN (procesamiento de lenguaje natural), aunque también sabemos que no porque una máquina hable, es lista.

Además de contar historias sobre Inteligencia Artificial, las empresas también comienzan a darle utilidad en procesos de negocio como el marketing. Así que desde hace un tiempo El Turco se llama Watson y responde a las preguntas que se le haga en lenguaje natural. Aplicado al sector audiovisual puede crea emociones entrelazando 1 y 0. Entonces, ¿puede saber una máquina cuáles serán los momentos favoritos de las películas? IBM cree que sí y por ello se asoció con 20th Century Fox para crear el “El primer trailer cognitivo”:

 

La generación de este tráiler de la película Morgan  supone la suma de la gestión de datos más la inteligencia artificial. Las técnicas de machine learning empleadas entrenaron a Watson con 100 trailers de películas de terror segmentando las escenas. A partir de aquí, se incluyó Análisis visual con emociones etiquetadas desde el miedo a la ternura. Análisis visual con idea de asociar música y sonido a sentimientos (básico en una película de terror). También se trabajó el Análisis de cada composición por secuencias, identificando localizaciones con planos. El resultado fue un trailer realizado en 24 horas frente a las semanas que normalmente se emplean. En cuanto a las emociones, tendrás que verlo, opinar y compartir.

Si el Big data nos ofrece una cantidad ingente de datos esperando a que les hagamos las preguntas correctas, entonces la relación que hagamos con la Inteligencia Artificial nos ofrece resultados tan interesantes como los Insgiths de Personalidad. Esto tiene que ver con la huella digital que dejamos cada vez que interactuamos con la tecnología: cada vez que escribimos un mail, damos a un «me gusta» en una foto o lanzamos una opinión en una red social, estamos ofreciendo unos datos asociados a un perfil. O sea, que interactuar con internet es útil porque no solo generamos datos sino que enlazamos contigo como persona: un perfil con unos rasgos más o menos definidos en el ecosistema de internet. Y esto es muy útil para el objetivo de trabajar con Big data: obtener datos para segmentar y personalizar.

Entender las características de la personalidad a través del análisis lingüístico es otra de las características de Watson: crear campañas relevantes e hipersegmentadas psicológicamente. Esto es el marketing digital dirigido a los datos con redes sociales como Twitter, según el cual los datos analizados y asociados a perfiles de usuarios se establecen en torno al “Modelo de personalidad de los cinco grandes” : amabilidad, rango emocional, responsabilidad, apertura a experiencias y extraversión. Tras varias fases, el usuario es calificado según diversas cualidades como alegría, necesidad de éxito o desenfreno. ¿Quieres testarte? Prueba aquí. El objetivo es claro, segmentar y personalizar audiencia para ofrecer publicidad o contenidos con un criterio de cómo es la persona que lo recibe y, por lógica, cómo puede reaccionar. Interesante, ¿verdad?

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Si se innova, se tiene que hacer algo útil. Esa es la razón por la que vamos a animarnos a usar una app, un dispositivo o una red social: simplemente, nos viene bien, nos ofrece algo que necesitamos o mejora nuestra vida. Lo mismo ocurre con las nuevas tecnologías. Primero vimos cómo las redes sociales nos animaban a volvernos visibles y a opinar abiertamente hasta convertir nuestros móviles en la segunda pantalla. Luego el Big data se mezcló con el negocio y las ideas, provocando que se recolectaran datos para tomar decisiones, decisiones útiles. Big data, Inteligencia Artificial y el Internet de las cosas van de la mano y están marcando el camino.

Recientemente, Stephen Prentice, vicepresidente de Gartner contaba que la explosión del Big data vendrá con los bots y chatbots. Que serán más importantes los servicios que los productos.  Así que si vamos a innovar, que sea útil.

Cuida a las máquinas, que ellas cuidarán de ti 😉

 

Imagen 1: El Turco, serigrafía.

Imagen 2

@evapatricia