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¿Cómo vamos a conseguir hacer llegar el mensaje de las marcas a los consumidores en un mundo en que Netflix suma 93,8 millones de suscriptores, y los adblockers se ofrecen gratis a docenas para cualquier tipo de soporte?

La respuesta “produciendo contenido de interés” está ya bastante vista. Al final, hace 5 años que Intel y Semp Toshiba lanzaron “The Beauty Inside” (para los fans – ¡se hace película en Hollywood este año!), que les dio un Emmy y mejoró la imagen de 2 marcas que llevaban su capa de polvo en cima.

O sea, “producir contenido de interés” que trabaje marca / producto y ventas es como decir “comunicarse bien”. Un genérico, que tiene muchísimo curro por detrás. Un contenido bueno tiene, salvo muy pocas excepciones, un coste muy alto de producción.  Y una vez que se hayan producido, hay un coste adicional asociado de promoción. Y no hablemos de virales…al final, hasta los catarros necesitan una base de contaminados “en origen” para hacerse epidemia, así que sin un presupuesto de “seeding”, el éxito es muy complicado.

Como dificultad adicional – encajar la gran mayor parte de las marcas en proyectos de contenido “molones” que además, encajen con la personalidad de las marcas es un trabajo quirúrgico. Y si sumamos que la gran mayoría de los anunciantes llevan sorteando la crisis construyendo marca a través de sus campañas de producto, más.

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Como comunicadores, no nos quedará otra que explicarlo muy bien. Habrá que buscar “El Anunciante Valiente”, llevarle “La Gran Idea” y esperar que tenga el “Presupuesto En Condiciones”.

¿Y a los demás? ¿Les quedará el product placement y los espacios cada vez más rechazados de publi programática?