O cómo conseguir que algo tan complejo como la armonía y la teoría musical moderna le entren poco a poco en la mollera a alguien tan torpe como yo

Vivimos tiempos de cambios vertiginosos, unos provocados por la dichosa pandemia, otros por la tecnología y otros por simples codicia y egoísmo de siempre. Los streamers de Twitch desbancan a los otrora incuestionables YouTubers, que encima reciben una presión creciente por culpa de las pagamentas y los derechos de autor. La formación y el ocio convergen y se confunden y tienen lugar en el hogar en detrimento de los centros dedicados tradicionalmente a ello.

Este barullo de tintes darwinistas tiene héroes y villanos, ganadores y perdedores. Pero hasta en la mayor de las agitaciones aparecen propuestas que, sinceramente, parece mentira que no se hubieran producido antes. Doctores tiene la Iglesia para analizar todos esos cambios en los paradigmas de la comunicación (y más aún en esta comunidad de Innovación Audiovisual), pero tengo la sensación de que los contenidos de YouTube se están especializando y, mientras las estrellas mainstream se mudan a otros sistemas más rentables, algunos contenidos de alta calidad que el deslumbramiento anterior enmascaraba ganan visibilidad y brillan por sí mismos: YouTube se convierte en un madurito interesante.

O me equivoco, y es el algoritmo que me despista…

Tony Domenech es compositor y ha sido profesor de música durante un montón de años. En 2019 se decidió a crear un canal de YouTube en el que vuelca regularmente su saber con un estilo directo y desenfadado que, lejos de intimidar, invita a profundizar en los temas que trata como si te los hubiese descubierto un amigo. Y decir que es generoso compartiendo sus conocimientos es quedarse corto.

Ahora tiene más de 50.000 suscriptores, decenas de videos subidos, tres cursos a la venta sobre teoría musical y un Patreon con contenidos exclusivos. Colabora a distancia con una escuela de música de Los Ángeles, escribe sobre bandas sonoras en https://asturscore.com/author/tony/, da clases particulares online y hace semanalmente maratonianas emisiones en directo de hasta 14 horas, comentando los ejercicios y creaciones de los miembros de su comunidad.


Además de los directos, todas las semanas publicas al menos un vídeo en YouTube, lo que te debe exigir un nivel de dedicación importante. ¿Se puede uno ganar la vida sólo con esto? Y lo más importante: ¿tú duermes?

Duermo todos los días unas 7 horas. Antes dormía un poco más pero desde que tuve el derrame cerebral el año pasado parece que me recargo antes. O será que ya estoy viejo, no lo sé. El otro día vi una paloma y me dieron ganas de darle pan, así que será que estoy mayor.

La verdad es que, contra lo que la gente suele pensar, no dedico demasiado tiempo a los videos y tengo la política personal de no hacer videos sobre nada que no podría abordar charlando mientras tomamos algo fresco. Tengo una lista de excel donde voy metiendo temas sobre los que hacer actividades en el canal y de vez en cuando los ordeno. Me siento, grabo, edito, y para arriba. El sábado emito en directo para escuchar y dar consejos a los suscriptores que han dedicado tiempo al ejercicio, y poco más.

Sobre ganarse la vida: a mí, con 52.000 suscriptores y en un nicho tan pequeño como el de la armonía no me llega ni para pipas. Ten en cuenta que el nivel de ingresos depende de los anunciantes y no todos los anuncios se pagan igual en la plataforma. La parte que recibe el creador es ridícula. Mis ingresos vienen de mis cursos, mis clases y mi trabajo en Los Angeles como profe de armonía moderna. Youtube y Patreon son ayudas pero, en mi caso, no son fuentes de ingresos serias aunque sí muy apreciadas, especialmente Patreon, porque es gente diciéndote: hey, disfruto de tu trabajo y quiero contribuir para que continúes haciéndolo.

¿Cómo fue esto de hacerte YouTuber?

Bueno, en mi canal hay un video, que es extracto de un directo, que se titula “No soy Youtuber”. Tal y como yo lo veo, soy un tipo de 44 años que ama la enseñanza y que se ha dedicado desde los 20 a ella. Tengo una vía de comunicación y un punto de encuentro con gente joven que tiene las mismas inquietudes que yo y con la que puedo compartir. Para mí el Youtuber es otra cosa mucho más mediática y centrada en la persona más que en la actividad, aunque es cierto que al final he terminado teniendo una comunidad, un nivel de interacción alto con ella y una constancia que, imagino, hace que mucha gente me perciba como Youtuber, pero la verdad es que no me veo así. Me veo más como una especie de colega que suele estar online y que te echa una mano desarrollando tus skills. Llevo en redes desde el 99 y por aquel entonces ya estaba de profe en centros privados, ahora simplemente he juntado las dos cosas y poco más.

Nadie me ha parado por la calle a hacerse fotos conmigo ni nada de eso, de hecho sois el primer medio que me entrevista, verás que no suelo aparecer en las listas de “Youtubers de Música” así que, en general, creo que no soy Youtuber, sólo un profe de música moderna con acceso a Internet


¿Cómo haces para que algo tan complicado como la teoría musical, el rompecabezas definitivo, sea tan sencillo de entender?

Siempre digo a la gente que la teoría musical es un lenguaje especializado para hablar de la música pero no es la música, igual que el Kamasutra habla de sexo pero no es el sexo.

La música en sí es una especie de lenguaje que tiene una serie de usos. Llevo décadas hablando ese lenguaje de forma consciente y estudiando cómo lo hablan otros en diferentes dialectos (estilos) por lo que me resulta relativamente sencillo ayudar a la gente que quiere hablarlo a encontrar su propia voz. Casi todos los errores que me encuentro en ellos son errores que yo mismo he cometido, así que puedo echarles un cable. Como les digo siempre: yo no soy el más listo, sino el que más se ha equivocado, y eso a la larga te da ventaja. Además he tenido la suerte de formarme y tener como compañeros a auténticos monstruos de la música y eso te enseña mucho.

Si te juntas con gente que habla muy bien terminas hablando bien.

El haber tenido alumnos desde joven me ha concedido el privilegio de poder ayudar a otros a resolver sus problemas, así que por fuerza terminas aprendiendo. En mis directos intento que la gente aprenda a valorar de forma constructiva el trabajo propio y ajeno y, sobre todo, que sepa aprender de los errores ajenos para evitarlos en su propio trabajo.

Luego está la lógica, el por qué ciertas cosas funcionan de la forma en que lo hacen. Creo que explicarle esto a la gente no es en realidad tan complicado, pero no somos muchos los que hemos dedicado décadas a comprenderlo lo suficiente como para poderlo explicar.


Prácticamente todas las semanas propones un ejercicio musical y luego haces un directo con tus suscriptores para comentar los resultados. Me llama la atención una cosa: siendo tan complejas y especializadas las materias que tratas, el nivel de implicación de tu comunidad es enorme. ¿Cuál es el secreto? ¿Qué les das?

Pues la verdad es que componer es bastante solitario y son un grupo de gente que se enfrenta a la composición en solitario, como todos. Tener alguien que les va dando ideas sobre en qué aspecto centrar sus composiciones, cómo pulirlas y además tener una comunidad de compañeros que están en lo mismo que tú, es importante. Poderte sentar a escuchar valoraciones constructivas no sólo de tu trabajo sino del trabajo que han hecho el resto de compañeros, es una experiencia muy chula a la que mucha gente por desgracia no tiene acceso, porque no todo el mundo puede permitirse una educación musical y no toda la educación musical contempla estas formas de taller.

Siempre he dicho que el mejor maestro es el que te enseña a aprender, y eso es lo que intento hacer tanto en mis cursos como en mi canal. Como maestro lo que mejor habla de ti no es lo mucho que sabes sino lo mucho que saben tus alumnos. Creo que la gente nota que realmente quiero que aprendan y la gente que es afín a ese sentimiento termina estando en su salsa en la comunidad.

La música y el sonido en general siguen siendo, pese a todo, los grandes desconocidos de la producción audiovisual. Ayúdame a convencer a los creadores audiovisuales de su importancia.

Partimos de una desventaja básica y es que, desde pequeños, se da mucha importancia a la forma, el color y el espacio mientras que se ignora sistemáticamente el sonido. Si señalas un coche dices si es rojo, azul, amarillo o el color que sea, pero cuando te gusta un acorde no señalas si es mayor, menor, disminuido, aumentado, etc, porque no se te ha educado para darle importancia.

Paradójicamente, si ves una escena donde la cámara se dirige hacia una puerta cerrada, el sonido y la música van a determinar cómo percibimos la puerta e incluso la naturaleza de lo que hay tras ella, algo divertido o algo aterrador. La música es el manipulador definitivo, tinta absolutamente todo. En un proyecto audiovisual, nos dice cómo debemos entender el trabajo de todo el mundo: la fotografía, la iluminación, el vestuario… absolutamente todo es filtrado a través del sonido, que nos dice el significado final. Una mirada a cámara, con la música adecuada es una mirada de amor mientras que la misma mirada con otro tipo de música puede resultar amenazante. Le damos el poder definitivo al aspecto sobre el que menos educación sensorial tenemos, somos menos conscientes de los efectos de la música en nuestra percepción que de los efectos de la luz y el color. Si nos tomamos en serio nuestro trabajo y queremos comunicarnos bien, tenemos que conocer estos aspectos y rodearnos de gente que nos aporte.

Hoy día, en 2021, es difícil sonar mal, todo suena estupendo y hay fácil acceso a las herramientas, pero hacer cosas con sentido musical y coherencia semiótica es otro cantar. Creo que como narradores debemos aspirar a comprender esta parte tan ignorada desde el primer momento y, si lo pensamos bien, tan decisiva.


¿Qué debe saber de música un realizador?  ¿Qué debe saber de narración audiovisual un compositor de bandas sonoras?

En mi caso me interesa la narrativa escrita pero también me interesa muchísimo la narrativa visual, me interesan los concept arts, me interesan los storyboards, todo lo relativo al storytelling, aspectos más teóricos, tipo funciones de Propp, subdivisiones en arcos narrativos, arquetipos, etc. Cuanto más sepa sobre cómo están narrando el resto de miembros del equipo mejor podré hacer mi trabajo, que en ocasiones será subrayar el suyo, cosa para la cual necesito comprenderlo, y en otras ocasiones aportar desde la música mi propia semilla a la narración.

Algunos cineastas, como Spielberg, escuchan música, conocen el repertorio orquestal y saben apreciar la narrativa musical, de manera que cuando Williams toca una reducción a piano de una pieza orquestal, pueden imaginar cómo suena eso una vez orquestado. Muchos directores de la actualidad necesitan un mockup (una maqueta orquestal realizada por ordenador) para evaluar si la música funciona bien. Algunos realizadores tienen una muy buena percepción del ritmo, porque están acostumbrados a editar sobre él, Guy Ritchie sería un buen ejemplo, pero en general te diría que percibir con claridad la curva narrativa que la música propone, ver cómo ésta interactúa con el resto de curvas narrativas es un skill deseable para cualquier realizador. A veces dejar ciertos subtextos a la narrativa musical tiene buenos resultados y los contrapuntos entre la música y la escena suelen ser maravillosos, pero para que un director pida eso necesita tener la sensibilidad que le permita proponerlo o aceptarlo cuando se lo proponen.

Ser sensibles de forma consciente a las propuestas narrativas de la música es tremendamente importante como realizadores, directores e incluso actores.


¿Qué necesita una banda sonora para cumplir su función en la comunicación AUDIOvisual?

Creo que lo más importante que necesitan tanto la banda sonora como su compositor es comprender que están ahí para servir a la historia como parte activa, como narrador y como personaje. No se trata de hacer música que suene mientras la historia sucede sino que la música forme parte de la esencia misma de esa historia concreta y no de cualquier otra. ¿Te imaginas Star Wars sin su música? ¿La serie Hannibal sin su paisaje sonoro? Lo que una banda sonora necesita para cumplir su función en la comunicación audiovisual es ser parte esencial de esa comunicación.

Te veo crecientemente volcado en el mundillo del videojuego. ¿Cuál es la principal diferencia entre escribir música para cine o TV y escribir para videojuegos?

La diferencia, dicho en corto, es que la música de cine es lineal y prefijada mientras que la música de videojuego es no lineal y variable. Dicho de otra forma, si en una película dos personajes van a pelear, el inicio de la pelea y cada uno de los golpes, así como el resultado final del combate, serán siempre iguales, no sólo en forma sino en coordenadas espacio-temporales.

En un videojuego eso no es así: no sabemos cuándo empieza ni dónde, ni qué golpes se darán ni durante cuánto tiempo se darán ni cuál será el resultado final, de manera que creamos la música dividida en pequeñas piezas compatibles que puedan reaccionar tanto a las acciones del jugador como a los resultados de éstas. En música absoluta tenemos la estructura formal a lo largo de la cual articulamos el discurso musical, en el cine los arcos narrativos y la anatomía de la escena se convierte en nuestra estructura formal, pero en videojuego la estructura no está prefijada, salvo ciertos puntos. Básicamente la interactividad que tenemos en un videojuego no la tenemos en una película.

Llegué a los juegos porque al escribir música siempre valoro muchas opciones desde lo armónico, lo melódico y lo rítmico, pero en un formato lineal debo escoger una opción, y escoger una es descartar el resto, mientras que el videojuego me permite integrar varias de las opciones que me han gustado sin descartarlas, siempre y cuando el orden en que aparecen sea coherente con la estructura narrativa.


Muchos de nuestros lectores están aún en formación. ¿Cómo entra uno de compositor musical en la industria del cine o del videojuego? ¿Qué se necesita para empezar?

Pues creo que lo importante, sobre todo al principio, es hacer cosas. Ver muchas películas e intentar entender las decisiones musicales que se toman en ellas, ver muchos juegos y fijarte en las dinámicas de juego y cómo las refleja la música, comprender su estructura, cómo se parametriza en el motor del juego, etc. Participar en jams y entender cómo funciona todo de una forma objetiva y crítica, dejando los egos a un lado. Empieza haciendo proyectos con gente que esté en el mismo punto que tú y, el poquito dinero que haya, repartidlo de la forma que acordéis.

Desconfía de la gente que te venda la moto de que su proyecto quedará genial en tu currículum, que te los vas a encontrar a patadas. Cuando alguien ofrezca pagarte en visibilidad cuéntale lo que dice la cajera del supermercado cada vez que intentas pagar la compra en visibilidad. Preocúpate por ser no sólo bueno en tu parte del trabajo sino bueno comprendiendo todas las partes del trabajo que no son la tuya. En un equipo multidisciplinar, si además de no ser un problema, consigues ser una solución te irá bien. Haz networking pero hazlo de forma honesta, conocer a gente que hace cine aumenta estadísticamente tus posibilidades de colaborar en proyectos pero relacionarte sólo para que eso suceda es algo que se huele a la legua y de lo que la gente tiende a alejarse.

Plantéate con qué clase de profesionales te gustaría relacionarte y trata de convertirte en esa clase de profesional.


Hace ya años que no es tan raro escuchar las bandas sonoras independientes de los contenidos audiovisuales para las que fueron creadas. ¿Te atreves a recomendarnos bandas sonoras de pelis, series o videojuegos que podamos escuchar por puro placer? 

Una de las características que siempre me ha fascinado de las BSOs es que funcionen perfectas con la imagen y, al mismo tiempo, funcionen perfectas alejadas de ella. Creo que la forma en la que se trabajaba antes, en la cual el compositor veía la escena, tomaba notas de tiempos y demás (las famosas spotting sessions) y luego se retiraba a escribir música para la escena, influye más de lo que pensamos.

Hoy día trabajamos con el secuenciador y podemos ver la escena mientras le ponemos música, esto nos permite tener una comprensión más superficial e ir haciendo cosas que funcionen con lo que vemos en un nivel de simbiosis altísimo pero que no nace de una comprensión profunda, en esencia, de lo que hemos visto. Antes no veías la escena mientras componías, tenías que extraer todo lo que pudieses de ella y anotar todos los hit points e ideas relevantes en la spotting session, de manera que lo que estabas extrayendo de la narrativa era la estructura formal del cue y muchas ideas de direccionalidad dramática. Esto nos lleva a que, de alguna forma, tú hacías algo independiente que coincidía en forma estructural y narrativa con la película, pero había sido creado como algo que también funcionaba de forma independiente, puesto que se había creado así, sin la imagen. Hoy día, al estar en continuo contacto con el metraje, terminamos teniendo cues que además de servir a la narración, dependen de ella para tener sentido absoluto. Esto mismo sucede con cierto tipo de orquestación; durante una época las secciones debían tener sentido por sí mismas sin el resto de secciones, mientras que en otras épocas era la interacción entre secciones lo que creaba esa sensación total.

Admiro profundamente las bandas sonoras que funcionan como un reloj con la escena y alejadas de ella, y en ese sentido Williams, Goldsmith, Horner, James Newton Howard, Elfman, etc., caen en esa categoría, son el tipo de banda sonora que suelo escuchar. De videojuego te recomendaría Journey y Ori and the Blind Forest. De cine, el score de Malefica me parece soberbio y mucha gente no se ha parado a escucharlo.


Prometo no meterte en un lío en plan “dame tu opinión sobre el nuevo disco de X” o “qué te parece la BSO de Y”. Pero sí me gustaría que me comentases cómo ves el mundillo de la composición musical para contenidos audiovisuales en España, tanto en cine y series como en videojuego.

En cine tenemos auténticos titanes que no tienen nada que envidiar a artistas extranjeros, de hecho, en el aspecto artesanal y puramente narrativo muchos de nuestros talentos patrios, véase, Roque Baños, Fernando Velázquez, Arnau Bataller y otros, le dan sopas a muchos de los compositores top que están más en el negocio de la pornografía sonora que en el negocio de contar historias con la música. Tengo la suerte de contar entre mis amigos a Sergio Lasuén, magnífico compositor y autor de un libro sobre la armonía del cine de los 90 en España. Muchas veces hablo con él sobre estas cosas y algunas bastante más frikis y mi sensación subjetiva siempre es la misma; que tenemos gente buenísima y no nos hemos dado cuenta todavía.

Somos como el meme de la chica que pasea con su novio y lo mira disgustada mientras él mira a otra chica que pasa.

Sobre el videojuego, cada vez hay más gente que empieza a tratar de forma seria a los compositores dentro de esto que tenemos pero, en general, creo que todavía es pronto para hablar de industria a boca llena. Hay mucha startup, una burbuja de formación prometiendo lo imprometible, deficiencias muy serias en la formación en el campo de la música para videojuegos y, en general, mucha gente aprovechándose de la ilusión de los chavales y las chavalas dispuestas a darlo todo por un medio al que aman de forma genuina. A favor de estas últimas debo remarcar que muchas de las actitudes que están ayudando a que haya seriedad y a profesionalizar el sector están viniendo por parte de las chicas y su tolerancia cero con el mamoneo y la tontería en general, que ya han tenido unos cuantos cubos que les han hecho colocar los úteros en posición de guerra, así que chapeau porque están siendo decisivas para que esto cambie.


Ahora te pido que hagas de Nostradamus: ¿cómo es el futuro de tu profesión?

No tengo ni idea, como tipo que empezó siendo profe en un centro en el que tuve la suerte de estar rodeado de lo mejorcito del jazz, que actualmente trabaja dando clases en L.A. a gente que hace cine, en los cursos de mi web y en Youtube, creo que el futuro va a estar menos atado geográficamente de lo que lo estamos en la actualidad, creo que van a caer los pedestales, porque lo más bonito es poder hablar de tú a tú entre nosotros. Cuando veo a gente utilizar lo digital para subirse a pedestales me da mucha pena, porque comunicar y educar va de justo lo contrario, de ayudar a que la horizontalidad exista frente a la verticalidad. Una guerra que también se hará grande en algún momento es la de evitar que las herramientas se conviertan en muletas, pero a eso todavía no hemos llegado y hay cosas más importantes antes.

Dominantes alterados. Dónde vamos a ir a parar


Ya que estamos, recomiéndanos algún canal “de la competencia”.

Pues me gusta mucho el trabajo que realiza Rick Beato, aunque es cierto que se rindió con lo de tratar temas más especializados relacionados con la armonía y se centró más en cosas como el What Makes This Song Great, que es un modelo que le funciona excelentemente y que a otra gente como Shauntrack también les funciona, aunque yo prefería el Rick que se metía en jardines armónicos porque es mi campo y lo disfruto mucho, aunque su enfoque es muy estructural, cosa común en los guitarristas, me gusta mucho escucharlo y conocer su visión sobre algunos aspectos de nuestro lenguaje, su repaso a lo básico me parece muy importante. También valoro muchísimo el trabajo de Adam Neely, está muchos años compartiendo en Youtube y no lo veo tan enfocado a las visitas y los views sino a aportar valor, compartir inquietudes y poner temas sobre la mesa, de mayor interés unas veces y de menor interés otras pero siempre genuinos. Otra persona que, además de como artista, valoro como comunicador es Jacob Collier, su generosidad explicando sus tracks pista por pista es algo poco común en alguien que gana Grammys sin salir de su cuarto y la gente que sólo ve virtuosismo ha caído en la trampa de escuchar más su prejuicio que lo que suena realmente. Es un musicohablante de primer nivel y tenerlo en la red hablando de tú a tú a la gente es algo a celebrar.


Y por último, una duda cotilla: ¿de dónde viene lo de Count Blisset, tu nickname?

Pues dije que lo contaría cuando llegásemos al millón de suscriptores, así que nunca lo sabrás. 😛