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Quién no se ha disfrazado alguna vez de pirata, quién no se ha puesto ese parche con tibias y calavera y ha blandido una espada en busca de un buen botín, en busca de ese tesoro que ansía y que sabe que nunca obtendrá a no ser que perpetre un acto impuro, repudiable, poco ético y moral. Hoy por hoy, ya no fantaseamos con ese contexto, con ese papel o juego de roles. Hoy según el Estado y según la SGAE todos somos ese bucanero y por lo tanto somos tratados como tal, con un canon preventivo “por si…” por tanto, si me tratas como tal, si pago como tal ¿Me licitas a que lo sea sin consecuencias? Ya he pagado mi impuesto por serlo, como un autónomo paga su cuota para trabajar y ahora yo voy a hacer lo que se espera de mí. Te robaré todo el contenido que pueda, ya que tú no lo pones a mi alcance.

La piratería es un tema que preocupa y mucho a la industria audiovisual en general y en nuestro país en particular. Según datos del observatorio de la piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales, en 2013 en España el 84% del contenido consumido era ilegal y en 2015 casi el 88%. Creo que las cifras son más que alarmantes. En el 2014 más de 4.455 millones de contenidos fueron consumidos ilegalmente. Creo que no hace falta ser muy listos para concluir que eso tienen que ser unas abultadas perdidas.

Yo creo que hay tres factores importantes en juego:

  1. realidad socio-económica
  2. Capacidad de generar un producto de valor y diferencial que haga que el usuario esté dispuesto a pagar por un contenido Premium
  3. Incapacidad de adaptarse a los nuevos hábitos de consumo.

Jaime Grau seguramente en este punto citaría a Enrique Dans; pero yo voy a citar a un buen amigo, Fernando Salinero, que en un foro en el que hablaba de la crisis con un enfoque interesante “Esto no es una crisis es un cambio estructural”. Ponía un ejemplo muy cercano mediante el supuesto de que experimentamos el cambio de arar con bueyes a hacerlo con tractor. Los que no se adaptan hablan de crisis; pero los que lo hacen no la sufren. Surgen nuevas profesiones como conductores de cosechadoras, mecánicos…

En este foro se han escrito artículos muy interesantes al respecto analizando la situación actual y que plantean tímida o contundentemente soluciones desde el prisma de productor de contenidos (que en este blog de una u otra manera abundan) y como consumidores, ya que todos lo somos. Os recomiendo alguno:

¿Qué hemos hecho ante la piratería? De Helena Moreno Núñez

Pornografía: La industria más pirateada también puede ser la más rentable de Jaime Grau

Bienvenido, Mister Netflix de Helena Neira

 

El “Audiovisual Total” o cómo no temer a la piratería de Josep Solé Blasi

Hace ya muchos años tuve la suerte de conocer a una persona muy; pero que muy interesante, Andres Tarasco, de estas que te dejan fascinado y que te cuentan cosas que suenan más a ciencia ficción que a realidad. Han pasado ya más de 10 años de nuestras discusiones, reflexiones y boca abierta con saliva bajando por la comisura de mi boca cada vez que lo escuchaba. Hoy es un consultor destacado en el mundo de la ciberseguridad y el co-fundador y CEO de Tarlogic Security una startup que se ha colado en el panorama Europeo como una de las empresas más respetadas en “Hacking ético” y que entre otros trabajos, está destacando por sus investigaciones para la detección y monitorización de acceso no autorizado al contenido de emisiones de pago. Así que, teniéndolo tan cerca y dados los avances que están haciendo en este terreno me ha parecido muy interesante contar con él para arrojarnos luz a un par de cuestiones que perjudican a la Tv de pago dada nuestra filosofía del “todo gratis”.

  1. ¿Cómo son pirateados los contenidos de los canales de pago?

Dependiendo del medio, nos encontramos servicios de streaming, cardsaharing, e IKS (Internet Key Sharing)

  1. ¿Qué es el cardsharing y el IKS?

Son técnicas utilizadas para evadir la protección de contenido en sistemas de televisión por satélite. El resumen rápido es que el decodificador de televisión simula que la tarjeta de abonado está conectada, cuando la realidad es que se está comunicando a través de Internet con otro decodificador que es el que descifra la señal, ya que en la señal, no solo viajan los contenidos cifrados, sino que también lo hace la clave que usa la tarjeta de abonado para permitir decodificarlos.

Esto significa que sin contar con un abono, un decodificador pirata puede permitir ver en abierto la señal de televisión y su contenido (deportes, películas, series,..)

  1. ¿Cómo de difícil es acceder a estas empresas que comercializan estos servicios piratas?

En Internet existen multitud de páginas en donde se comercializan estos servicios, tanto tiendas online que permiten comprar decodificadores no oficiales que incluyen de serie estos servicios (IKS) como páginas donde se puede comprar el acceso temporal a un sistema que comparte las claves de televisión (cardsharing), al que el decodificador pirata se conectará.

  1. ¿Si es tan fácil acceder a ellas porque es tan difícil combatirlas?

Porque, a diferencia del streaming, lo que se comparte en estos casos es una clave de descifrado, no la señal vídeo, y esta clave  no deja de ser una secuencia de números que es válida en un instante concreto. Esa clave no lleva asociada un copyright ni existían vías legales para combatir su distribución.

Además, el funcionamiento de estos sistemas es bastante complejo, por lo que no es fácil saber quién está detrás, ni cómo funciona la tecnología. Existen sistemas conectados a Internet desde países con una legislación demasiado permisiva.

  1. ¿Es un movimiento espontáneo de hackers o es una mafia organizada muy rentable?

Aunque pueden existir personas involucradas con distintas motivaciones, en la mayoría de los casos es un negocio muy lucrativo que fomenta que existan mafias y empresas que operan al límite de la legalidad.

  1. ¿Cuál es el coste real de piratear la señal?

Contando con una instalación de antena en el domicilio, es necesario contar con una conexión a Internet, un decodificador que permite acceder a estos servicios ronda entre los 50€ y los 200€. Dependiendo del modelo este decodificador puede llegar  ofrecer de serie el acceso a sistemas que permiten descifrar la señal durante 2 años. Si no fuese el caso, se podría comprar el acceso a estos sistemas por unos 10€ al mes.

  1. ¿Las marcas de decodificadores no son responsables pero incitan a que se haga quedándose a un paso de la ilegalidad?

Los decodificadores son legales, ellos distribuyen un producto que cumple requisitos; pero el usuario con una actualización de “firmware” puede acceder sin mucha complejidad a la ilegalidad. El cambio que hay que hacerle es tan mínimo que hemos podido constatar en varias ocasiones que los sistemas que comparten las claves de descifrado tienen vinculación directa con las marcas. Está por ver hasta qué punto estas marcas son responsables, pero esta intencionalidad o responsabilidad solo la puede decidir un juez.

  1. ¿Cómo funciona? Son redes “peer to peer” que establecen proxies y son difíciles de localizar y detectar? Por qué? Desde donde se distribuyen estas señales?

Efectivamente son redes “peer to peer” Para el usuario, el funcionamiento es tan sencillo como conectar el decodificador a internet y al cable de antena. Internamente, el decodificador intercambia mucha información con sistemas en internet que no son, en la mayoría de las ocasiones, los que tienen las tarjetas de abonado. El estudio y rastreo de estos sistemas es una tarea compleja, ya que dada su naturaleza establecen muchos nodos de conexión ubicados en sitios tan dispares como China, Rusia o Ucrania.

  1. ¿Cuál es el contenido más demandado o el culpable de este deseo de piratear?

Seguramente el fútbol sea uno de esos contenidos más demandados (entre risas).

  1. ¿Sería necesario más que restringir cambiar el modelo de negocio por estar obsoleto dada la evolución del  consumo de contenido?

El modelo de negocio ya está cambiando, pero de forma lenta. Plataformas como Yomvi, Netflix, Movistar+ se están adaptando a las nuevas necesidades, flexibilizando el acceso al contenido y los costes del servicio.

  1. ¿Se podría cuantificar cuanta gente piratea la señal en proporción con el que la paga?

Tener una metodología objetiva para analizar estos datos es complejo, ya que no se tiene acceso a toda la información. Hemos podido constatar la existencia de infraestructuras de cardsharing e IKS que dan servicio varios cientos de miles de usuarios, pero tampoco podemos hacer valoraciones concretas.

  1. ¿Las sanciones establecidas son suficientes como medida disuasoria? Tiene más sentido penarlo o evitarlo con soluciones de política de precio de contenido

Esas dos estrategias son complementarias. Se debe avanzar en conocer más al cliente potencial de estos servicios, pero por otro lado se debe poner ciertos límites a quienes se lucran de forma masiva con la comercialización de sistemas que se saltan las protecciones.

  1. Esto afecta solo a tv satélite como puede ser Canal plus o Yomvi, wuaki, Netflix… tampoco están a salvo?

El cardsharing afecta a sistemas en los que existen tarjetas de abonado, y su uso principal es en televisión por satélite y algo menor en TDT. El resto de plataformas tienen otra problemática y otros actores, como por ejemplo streaming e IPTV, aunque no tan extendida como el cardsharing.

 

Después de una larga conversación hay muchas preguntas e inquietudes que esa ética profesional que le caracteriza no le permite resolverme; pero con estas respuestas queda patente que hay un problema en el sector que se debe solventar.

 

Yo no tengo la fórmula; pero si hay preguntas que me asaltan como: Si hay cientos de miles de usuarios pirateando la señal… ¿No será más rentable ponerlo en abierto con diferentes tipos de suscripción como hace Spotify con su contenido musical?

 

Spotify tiene más de 75 millones de suscriptores gratuitos que se comen un anuncio cada 30 minutos y tiene más de 30 millones de suscriptores Premium. ¿Cuánto puede costar un pre roll cuando tienes 75 millones de usuarios dispuesto a verlo? 10 euros? Si se inserta uno cada 30 minutos esto genera beneficios? Yo diría que alguno sí. Si bien es cierto que esto no es aplicable a una región geográfica específica, sino una solución global, ya que dada la población de España solo este modelo seguramente no fuese suficiente.

¿Si hay una mafia que se está lucrando no sería lógico pensar que pierden su parte del pastel por no hacer todo más accesible?¿Si tienes un contenido accesible a un precio razonable, con modalidades de consumo y ventajas en función de la modalidad que selecciones piratearíamos tanto?, ¿Nos compensaría tanto piratear si fuese más barato pagar una suscripción que piratearla?, ¿Y aunque la pirateemos la industria no puede convertirse en rentable? Jaime Grau en su artículo de este blog “Pornografía: la industria más pirateada también puede ser las más rentable” expone datos objetivos de cómo esta industria ha conseguido adaptarse e incluso condicionar los avances de los nuevos hábitos de consumo.

 

Citando Ana Pastor “esta es la información y ahora ustedes saquen sus propias conclusiones”

Imagen| Sol Robayo

@Veloriam