Éste es mi primer post, no sólo en este espacio, sino mi primer post de verdad: hoy me bautizo como bloguero. Después de mucho años de negarme a escribir, a final he sucumbido a la presión de Eduardo Prádanos, para eso están los amigos, para liarnos y dejarnos liar.
No voy a hablar de la serie Fringe ni de Lost ni de J.J. Abrahams. Pero sí de cómo me sentí en la pasada Ceremonia de los Premios Goya. La verdad es que yo mismo era como un personaje de Fringe que no sabía en qué universo me encontraba. Por un lado estaba mi universo del día a día: sentado en mi sofá, calentito con mi manta, al resguardo de la ciclogénesis explosiva y alegrándome de no estar en la gala, como el año anterior. Estaba muy pendiente de los amigos nominados, compartiendo con ellos los nervios y la ilusión. Y es que me considero de la familia del cine o, al menos, un miembro raro. En este universo familiar tengo mi iPad con mi Twitter y, esa noche, ojeaba de vez en cuando el esfuerzo de los compañero de interactivos de RTVE y, sobre todo, disfrutaba de una gala, más o menos, aburrida.
Pero de repente mi universo se tambaleó cuando entró en escena el presidente de la Academia, González Macho. Al principio los temblores fueron los esperados, un discurso reivindicativo, el IVA cultural, los atrasos con la Ley de Propiedad Intelectual, la financiación, etc. Pero, de repente, llegó una fuerza magnética que me transportó a un universo paralelo: todo comenzó con las referencias a la piratería (tema recurrente y creo que ya aburrido) y el shock llegó cuando, con toda normalidad, hizo referencia a un mercado digital irrelevante a pesar de lo que dijo el anterior presidente de la Academia, Alex de la Iglesia en 2010, “aquello de que Internet era el futuro y era ya”. En ese momento me sentí realmente en dos universos. Por un lado, la persona que representa a mi “familia del cine” es como cuando eras adolescente y le pones a tu padre tu grupo favorito y te dice “eso es ruido, ¡música ratonera!” y, por otro lado, tu amigos que los ves en Twitter escribiendo atónitos ante esas palabras, y ellos son como esos amigos de la adolescencia que te enseñaban nuevos grupos y descubrías cosas nuevas (también es cierto que a veces era música ratonera).
Debatiéndome entre esos dos universos no me queda más remedio que ponerme a pensar. Es evidente que los espectadores que dejaron de comprar la entrada de la sala no han ido corriendo a abrazar el Santo Grial de la oferta digital. Hay muchos factores que han afectado a esa pérdida de espectadores, factores que se debaten y se analizan todos los días. Desde hace casi diez años, junto a mi compañero de universidad Antonio Baraybar, realizamos un estudio periódico que tenemos publicado en distintas revistas científicas sobre la percepción del público joven con el cine español y en las cuatro oleadas realizadas los datos son muy parecidos. Aproximadamente el 75% de las películas españolas estrenadas son desconocidas por la muestra (jóvenes universitarios que estudian alguna carrera de ciencias de la comunicación, podríamos decir que son los hooligans del cine), el 20% de los títulos son conocidos y sólo el 5% han sido películas vistas (estas películas suelen coincidir con las películas de mayor recaudación según el ICAA).
Si me quedo en el universo que me ofrece la familia del cine, claro que pienso que es preocupante que no haya mercado digital. ¿Qué pasa con internet? ¿Nos han engañado? En ese caso tengo miedo, mucho miedo a lo que pueda venir, por supuesto me aferraré a lo que conozco (aunque sepa que ya no funciona), tengo que seguir explotando hasta la última gota lo que hay y trataré de convencer a todos de que tenemos razón.
Pero ese universo no me gusta, si me quedo quieto, me hundo, eso lo se. Y vuelvo a mi universo real y empiezo a preguntarme por qué la Academia de cine y FAPAE hace en 2014 las PRIMERAS jornadas de marketing on line para la promoción del audiovisual, y recuerdo un artículo donde Jacinto Roca, CEO de Wuaki.tv, dice tener “entre 850.000 y 900.000 usuarios en España y entre 150.000 y 200.000 en Reino Unido y nuestro objetivo para 2014 es incrementar en un 20 o 30% nuestros clientes”.
Pero además, dos días después de la entrega de los premios Goya, asisto a la presentación de Rentrak de los primeros resultados de medición de multidispositivos, entre ellos Yomvi, donde se habla, entre otras muchas cosas, de la posibilidad de medición y las oportunidades de negocio a raíz de análisis Big Data.
Y es que, querida familia del cine, internet no es sólo una pantalla donde poner una película. Hay muchas cosas más, pero tenemos que descubrirlas, trabajarlas, arriesgar, confundirnos y sobre todo escuchar y tener la mente abierta. A mí me gusta mi universo, se que es incómodo e impredecible, pero es vivo y cambiante y sobre todo con mucha gente colaborando y aprendiendo juntos. Familia del cine, por favor, no me vuelvas a llevar a tu universo, no me gusta y en vez de crecer, se estrecha. ¿Te vienes al mío?
@rafalinares
Bien por Rafa, que ilustra que este siglo aun puberto es para los valientes. Las dos dimensiones están destinadas a encontrarse, como ya lo están haciendo instintivamente los usuarios finales por la vía del empirismo. La sicología de la Gestalt sostiene que los procesos de evolución no son lineales: crecen en varios planos simultáneamente expandidos por graciosos espiraloides que, de vez en cuando, cambian incluso de dirección para tomar impulso. «Tenemos que confundirnos…» dices, y creo que tienes razón, pero se avanzará en la medida en que también seamos capaces de Co-fundirnos, y varias veces. Igual la innovación audiovisual debe recobrar los deliciosos principios tántricos: controlar los esfínteres, contemplar el cuerpo del Otro como un templo, y fusionar las energías para anular el ego. Dicen que en ese punto todas las dimensiones son una, y no se puede fringir. Listón alto; presión elevándose.
Buenas noches Rafa, en primer lugar un placer saludarte, y en segundo lugar decirte que tanto mi socia Belén Bernuy como yo misma sufrimos, y mucho, el universo “malo” del mundo del cine, casi puedo decirte que vivimos en él como nuestro universo real, y es muy duro…Por eso queremos aclarar que el MOAv Madrid 2014 no fue organizado por la Academia de Cine, que no apoyó precisamente el evento incluso siendo Belén miembro de la Junta directiva. De todos es sabido la alergia que su Presidente tiene a Internet. Las I jornadas de marketing on line para la promoción del audiovisual (MOAv) fueron organizadas por ArteGB, nuestra agencia de comunicación, y FAPAE, junto al patrocinio de Google. Y en este sentido debemos decir que cuando planteamos a FAPAE la organización del este evento lo vieron desde el primer minuto como nosotros, como algo necesario para el sector audiovisual, sobre todo el mundo del cine, ya que desgraciadamente está a años luz todavía de entender la importancia de incorporar a sus planes de promoción el marketing digital. El próximo MOAv será en breve, ya contaremos todos los detalles, y afortunadamente seguiremos contando con instituciones del audiovisual de relevancia como FAPAE. La Academia de Cine no es una de ellas y desgraciadamente, no creo que nunca lo sea mientras esté dirigida por personas ancladas en el pasado. Un saludo.
Muchas gracias Gloria por la aclaración, efectivamente que se hubiera celebrado en la Academia de Cine no quiere decir que ellos participaran en la organización. Admiro la valentía y el avance tanto vuestro (MOAv) como la valentía de Google para adentrarse en territorio comanche. Lo que no tengo tan claro es la acción de FAPAE en este entorno cambiante. Pero eso es tema para otro post.
Gracias por tus palabras Rafa. Efectivamente, Google se lanzó a una piscina llena de cocodrilos, pero creo que Maria Ferreras de Youtube salió bastante airosa. La semana que viene colgaremos el video del evento, y te aconsejo su ponencia, muy divertida y clarificadora. En cuanto a FAPAE creo que fueron muy valientes apostando por el MOAv. Por supuesto estaré encantada de seguir leyendo lo que piensas de ellos y de este mundo en general. Y es que menuda tenemos montada en el audiovisual…:-). Un abrazo.
lo cierto es que tarde o temprano a esos mundos paralelos los tendremos que aceptar y adaptarnos con sus puntos positivos y negativos ,
si no queremos estar en el limbo.