Fecha de estreno de la T7 de ‘Juego de Tronos’

Este mes de marzo pasará a la historia por contener el día en que conocimos la fecha de estreno de la T7 de Juego de Tronos. ¿A qué vienen esas risas? Doy por hecho que alguien, en una sala de reuniones de HBO, dijo algo parecido hace unas semanas. El problema es que la operación pasó algo desapercibida, y nos ha dejado un ejemplo más de qué funciona y qué no funciona en el universo transmedia.

Es cierto que estamos acostumbrados al éxito y gran impacto de todas sus acciones, que han ido in crescendo y ofrecen un desarrollo transmedia ejemplar (véase el despliegue de la T6), y no debemos restar mérito a la propuesta, que sobre el papel estaba en sintonía con la intriga que vienen alimentando de cara al estreno de la temporada y con su propósito de ‘creación de adictos’, como leímos en un post de este blog.

Pues bien, era jueves, 9 de marzo, y nos encontramos con este mensaje en las redes sociales: “Fear the Winter. Join us today on Facebook Live at 2PM ET and help reveal the #GoTS7 date: www.facebook.com/GameofThrones”.

La SERIE con mayúsculas, había por fin decidido que ya era hora de desvelar la fecha de estreno de su séptima y última temporada, la culminación de la aventura televisiva más premiada de todos los tiempos, con nada menos que 38 Emmy.

Avisaron con tiempo, eso sí, y lanzaron un buen cebo: Facebook Live. ¡Vídeo! ¡Movimiento! ¡Acción!

Habían preparado un buen espectáculo: un bloque de hielo situado en una cámara en penumbra en cuyo interior se adivinaba un objeto, una placa grabada con la fecha de estreno de la nueva temporada. Mediante una serie de llamadas a la acción de los fans, se conseguiría que se derritiese el hielo y se desvelase la fecha. Una apuesta a priori muy atractiva, que ofrecía a los seguidores la ocasión de participar en una acción global. Las llamadas planificadas eran tres:

  1. La primera llamada pedía al usuario que escribiese el comentario “Fire” (fuego) para que una llama (procedente de un dragón fuera de cuadro, imaginamos) derrita el bloque de hielo hasta dejar a la vista el objeto. Supuestamente, cada 5.000 comentarios, la llama entraría en acción.
  2. Unos minutos más tarde, ya en caliente, una nueva llamada pide que se escriba “Dracarys” para que se encienda una segunda llama y se acelere la licuación.
  3. La tercera llamada animaba a compartir el Facebook Live para seguir acelerando el proceso.

Hay que derretir el bloque de hielo

Tiempo estimado del proceso completo según los cálculos previos de la cadena: 2,5 a 3 horas. ¡Vaya! El cebo es bueno, pero ¿de verdad en 2017 esperan que nos quedemos toooodo ese tiempo mirando embobados cómo se derrite un bloque de hielo?

Debemos señalar que algunos elementos contribuían a mantenernos entretenidos, como la sintonía machacona de la serie y tres vídeos embebidos en el propio directo. En el más destacado y comentado Isaac Hempstead-Wright (Bran Stark) nos contaba que había tenido malas experiencias con el hielo y pedía a los fans que le ayudaran a derretirlo: “uníos y escribid FUEGO”. El clip de vídeo remataba con una vomitona flamígera que se ganó más de un comentario jocoso.

Bran Stark a punto de vomitar fuego

Por si esto fuese poco, según se incrementaban los comentarios, los corazoncitos volaban sobre el vídeo en señal de amor. Todo estaba en función de derretir al bloque de hielo y a los fans.

Lo que en realidad sucedió fue esto:

– El streaming de vídeo empezó un pelín tarde. No es preocupante, pero lo señalamos

– Muchos de los comentarios eran quejas por el abuso evidente del tiempo de las personas allí congregadas, y comentarios sobre lo chapucero que parecía el proceso del lanzallamas. Era muy evidente que no se activaba con 5.000 comentarios, sino mucho antes, y ni con esas se derretía.

– Suponemos que habían ensayado, pero aquel bloque de hielo se licuaba tan lentamente que muchos fans decepcionados abandonaban el visionado tras pedir a la comunidad que ya si eso los avisaran dentro de unas horas cuando se supiese la fecha.

– El streaming se interrumpió en dos ocasiones. No queda claro si fue por la cantidad de visionados que confluían.

– De pronto, en torno a las 21:10 hora de España, unos 70 minutos después del comienzo de la operación y mucho antes de los previsto por los organizadores, el bloque de hielo aceleró su proceso (¿tal vez mezcla de la imagen en directo con la grabación del ensayo?) y pudimos ver la fecha: 16 de julio.

Lo cierto es que a lo largo de esos interminables 70 minutos se multiplicaron las quejas de los seguidores. No se sintieron en centro de la acción, como habría sido deseable, sino títeres manipulados por los creadores.

Al ordenar a los fans que escribiesen determinadas consignas o compartieran la experiencia, se sintieron infantilizados. Su aportación no era creativa, eran un instrumento para dar más lumbre y sumar números de reproducciones, comentarios, likes…

Se eligió una acción compleja, que dependía de factores incontrolables, y que hubo que resolver antes de tiempo con lo que parecía ser una grabación previa.

En definitiva, generaron una expectativa que no se cumplió.

El streaming de vídeo consiguió 3,5 millones de reproducciones y algo más de 198.000 comentarios, de los cuales no todos estaban enfocados en conseguir que el hielo se derritiese.

Al día siguiente se multiplicaban las chanzas en la web. Ya sabemos que lo importante es que hablen de uno. Tal vez exageraron con su experimento de slow tv, esa tendencia que parecía tener más recorrido del que ha demostrado. No creo que hayan dejado de pensar en el usuario, en el fan, como centro de la acción, pero han imaginado un seguidor demasiado complaciente, demasiado entregado, dispuesto a seguir ciegamente instrucciones, y se dieron de bruces con un grupo muy diferente, que exigía participar a otro nivel, que se aliaba para criticar al emisor del mensaje.

Y dicho esto… ¿quién no ha señalado ya el 16 de julio en su agenda?
@lidiamosbe