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A lo largo de estos años hemos visto algunas cadenas de televisión que han intentado sin éxito trasladar el fenómeno youtuber a la televisión, ya sea con un programa íntegro de Youtubers (Fiesta Suprema, Isasaweis…) o otorgándoles un pequeño espacio en programas de corte más tradicional. Estos experimentos han dejado siempre un sabor agridulce y la lectura que hemos hecho es la siguiente: los youtubers no funcionan en televisión. Ni es el formato en el que mejor se desenvuelven, ni es el medio que sus fans consumen, ni los filtros políticamente correctos de las cadenas hacen que la esencia del youtuberse mantenga. Y cuando ya creíamos que estaba clarísimo que youtubers + televisión no era una buena fórmula, aparece la norteamericana Rachel Bloom y se saca de la manga una de las mejores series de los últimos años, y además se convierte en la primera youtuber en ganar un Globo de Oro.

Rachel Bloom es una youtuber que aprovechaba su ingenio y su talento musical para crear canciones y videoclips divertidos y transgresores, generalmente con una pincelada de crítica social y feminismo. Canciones sobre cómo son realmente las rupturas sentimentales, sobre los falsos mitos del empoderamiento femenino, cómo deberían ser los cuentos de Disney si fueran más realistas o simplemente sobre personajes con trastornos mentales. Y a partir de este contenido decide crear un proyecto más ambicioso: una serie de televisión.

Este proyecto acaba titulándose Crazy ExGirlfriend, y cuenta la historia de una chica trastornada que después de rencuentro esporádico con su ex novio de la adolescencia decide abandonar un empleo envidiable en Nueva York para mudarse al pueblucho de California donde vive su ex para intentar reconquistarlo. Una chica que vive su realidad como una serie de números musicales, y es aquí donde se recupera la esencia de su canal de YouTube: es una serie musical. Pero al contrario que en su canal de YouTube, las canciones no son narraciones independientes, sino que son piezas de un puzzle que se unen para crear el viaje emocional de la protagonista.

https://www.youtube.com/watch?v=-ctFmXGm_yE

Crazy ExGirlfriend es una maravilla audiovisual. No solo es divertida y entretenida, sino que está cargada de crítica social.  Crazy ExGirlfriend pone patas arriba los roles y los modelos sociales que intentamos representar en nuestro día a día, muestra la verdad que hay detrás de cada mentira que intentamos hacerles creer a los demás y a nosotros mismos, intenta normalizar la bisexualidad y acabar con los estereotipos homosexuales, pretende que el sexo deje de ser un tabú, y habla explícitamente de ciertas representaciones del cuerpo femenino. Lo más curioso es que esto está muy alejado de la connotación que solemos tener del contenido de los youtubers: contenido de chiste fácil, infantil, gamberro… y lo más importante: contenido que no cabe en televisión. CrazyExGirlfriend ha podido dejar en evidencia al resto de series musicales que han surgido en los últimos años en la pequeña pantalla, como Glee, Galavant o Smash, y se ha convertido en una apuesta interesantísima en el sector seriéfilo.

Creo que llevamos haciendo una lectura incorrecta de los experimentos televisivos que hemos visto con youtubers. No es que los youtubers no pueden funcionar en televisión. Lo que no funciona en televisión es poner a los youtubers a hacer el mismo tipo de contenido que producen en sus canales. Y lo que tampoco funciona en televisión es poner a los youtubers a hacer la televisión que se ha hecho siempre. No valen «copia-pegas» en ninguna de las dos direcciones. Estos nuevos creadores audiovisuales son creativos muy potentes e igual si confiáramos más en ellos algún día podrían dejarnos con la boca abierta por sus contenidos audiovisuales en televisión, no solo por sus sueldos o por las reproducciones de sus vídeos. Porque sí, los youtubers sí pueden hacer buena televisión.

@manganxet
@jaimegrauf