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Imagen: Scott Macklin

El sorpasso llegó el pasado mes de noviembre: por primera vez en la historia, el tiempo que los norteamericanos dedican diariamente a usar el móvil ha superado el tiempo dedicado a ver la televisión, según datos de Flurry y comScore. Y lo mismo no tardará en ocurrir en nuestro entorno.

La noticia no fue una gran sorpresa porque, observando el rápido crecimiento en el uso de los dispositivos móviles, era bastante previsible que ocurriera tarde o temprano. Pero sin duda se trata de un dato significativo que debería suscitar ciertas reflexiones entre los que nos dedicamos al audiovisual.

Los móviles y la televisión posiblemente compitan por el tiempo de uso, pero son también dos pantallas perfectamente complementarias, condenadas a entenderse, que cuando se combinan adecuadamente dan lugar a innovaciones muy interesantes. En cualquier caso, quizá haya llegado ya el momento de dejar de referirnos a la televisión como… “la pequeña pantalla”.

La imagen que encabeza este post la he tomado prestada (con permiso) de Scott Macklin, director del Master of Communication in Digital Media de la Universidad de Washingtom. La instantánea refleja el momento en que su hijo y unos amigos estaban en casa “viendo” la Super Bowl del año 2012. En realidad, ninguno de ellos parece estar realmente mirando la televisión y todos tienen la atención puesta en sus móviles. Signifcativo. Pero lo que sea que estén haciendo con sus smartphones muy probablemente tenga alguna relación con lo que está ocurriendo en TV.

Porque los móviles (y las tablets) se han revelado como un complemento ideal para el consumo televisivo. Los espectadores empezaron hace años a usar las redes sociales para comentar en vivo lo que estaban viendo en TV. Un fenómeno que nació de forma espontánea y que, pasado por las manos de la industria, ha dado lugar a lo que hoy conocemos como “second screeen” (segunda pantalla).

El smartphone reúne todos los ingredientes necesarios para aportar la tan deseada interactividad al consumo televisivo. Es fácil de usar, se conecta a la red, es gráficamente atractivo y, mientras que el televisor es un dispositivo grupal (lo vemos varias personas a la vez), el móvil es claramente un dispositivo individual. Este es un factor determinante puesto que facilita la interacción de los usuarios, pero sólo de aquellos que realmente deseen interactuar con la televisión. Atrás quedan aquellos intentos de llevar la interactividad a la propia pantalla de TV, pudiéndose convertir en una molestia para los espectadores que quisieran simplemente “ver” la televisión.

Las aplicaciones de segunda pantalla pueden ser una excelente oportunidad para las cadenas de TV de experimentar con la interactividad y la participación. Pueden también favorecer la inmersión y la fidelización de los espectadores en relación a los contenidos audiovisuales.

Existe ya el debate sobre si realmente el móvil es la “segunda” o la “primera” pantalla. Creo que se trata de un debate estéril puesto que la pantalla principal será una u otra en función del contexto. Si el usuario está viendo la TV y usa el móvil para interactuar con el programa, opinar o ver información complementaria estamos claramente ante un contexto de de “companion screen”, o sea, segunda pantalla. Sin embargo, hay ocasiones en las que el dispositivo que está manejando el usuario es el móvil y el televisor es simplemente una pantalla de mayor tamaño para visualizar contenidos. En este caso la TV juega un papel claramente “secundario”.

La industria de la electrónica de consumo lleva ya tiempo exprimiendo las posibilidades de la relación Móvil-TV. Los fabricantes de televisores han creado atractivas aplicaciones para smartphones que actúan como mando a distancia para gestionar lo que vemos en el televisor. Y dispositivos como Chromecast, Apple TV, Amazon Fire TV (y muchos otros) han abierto un apasionante universo de posibilidades en la combinación entre la TV y los móviles, permitiendo por ejemplo “enviar” contenidos con gran facilidad desde el smartphone o tablet a la pantalla de TV.

Otro aspecto a plantearse es si debemos adaptar los contenidos para los dispositivos móviles. Personalmente me inclino más por adaptar la forma en la que presentamos los contenidos. Por ejemplo, apostar por el responsive design (como hemos hecho recientemente en TV3), lo que permite que los contenidos se adapten automáticamnte al tamaño de pantalla del usuario. O también ofrecer los videos de los programas de TV fragmentado en varios clips para facilitar su localizaciíon y consumo.

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En el ámbito de la informació varias cadenas de TV (CNN, CBS News, Al Jazeera, etc) sí se han puesto las pilas para ofrecer las noticias de una forma distinta en el entorno móvil. Podríamos destacar el caso de Al-Jazeera y su aplicación AJ+, totalmente orientada a las personas que quieren informarse a través del móvil. Presenta las noticias en pequeñas unidades de información en forma de tarjetas, con un estilo muy visual y claro.

 

Recuerzoom_futboldo que hace años aparecieron varias iniciativas para adaptar automáticamente las imágenes de TV para ser vistas en los móviles. Una de ellas permitía emitir un partido de fútbol con una realización adaptada en tiempo real para las pequeñas pantallas. El sistema sabía detectar el balón y el movimiento de los jugadores e iba haciendo zoom automáticamente para ofrecer unas imágenes más cercanas de lo que ocurría en el terreno de juego. Técnicamente el resultado era más que correcto, pero también debió resultar innecesario. Me refiero a que cada vez tenemos smartphones con pantallas de mejor  calidad con las que, a falta de una pantalla de mayor tamaño y definición, podemos ver perfectamente un partido tal como se emite en televisión.

Otra opción es plantearse hacer contenidos específicos para los dispositivos móviles. Los más viejos del lugar quizá se acordarán de “Supervillanos” (2005), considerada la primera serie española para móviles. Ha habido otros proyectos parecidos (en TV3 hicimos en 2008 “A Pera Picada”, un spin-off para móviles de una serie de TV) pero actualmente todos tenemos bastante asumido que en general los contenidos audiovisuales pueden llegar a funcionar en cualquier tipo de pantalla y que no es necesario embarcarse en este tipo de producciones.

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Volviendo a los datos con los que empezábamos este post, el uso de los móviles va en aumento (177 minutos diarios) mientras que el consumo de TV se mantiene estable (168 minutos diarios). Por supuesto usamos el móvil para muchas otras funciones que nada tienen que ver con el consumo de vídeo. Es por ello que la TV sigue siendo la plataforma principal del consumo audiovisual, aunque un reciente estudio de Consumer Electronics Association y NATPE concluye que solo un 55% de los Millenials considera que la TV es su pantalla favorita.

Ante esta evidente tendencia, los que formamos parte del sector audiovisual debemos plantearnos si estamos haciendo lo suficiente para ofrecer nuestros contenidos de la forma más adecuada en el entorno móvil. Y también tiene que ser un estímulo para que sigamos experimentando en la prometedora combinación de los móviles y la televisión.

Imagen principal: Scott Macklin

@ferranclavell