El calendario de publicaciones de este blog me citaba para el 17/03/15. Mientras se publicaba este post, en el Juzgado de lo Social Nº 13 estaba dando el portazo a la televisión autonómica madrileña: hace 26 años ayudé a crearla y desarrollé cargos de responsabilidad hasta que en 2013 fui fulminado por un ERE junto a 861 profesionales. Teniendo en cuenta que en este blog hay más de 80 firmas, esta sorprendente coincidencia no podía quedar sin respuesta: este Post.

Tranquil@s, no haré Spam sentimental; mis visceralidades son de gestión privada y el Post trata de la televisión pública.

En defensa de la Televisión Pública.
Recapitulando veo que mi trayectoria profesional se ha basado en los canales públicos de TV como proveedor de productos y servicios y como gestor interno. Y no, a pesar de que ya no tengo nada que ver  con la televisión pública, no reniego de ella;  es más, es ahora cuando tiene más valor mi firme convicción de que estos medios deben respetarse.
Si hacemos un poco de arqueología audiovisual, la TV pública es el inicio, evolución y asentamiento de la TV en España y de toda la industria audiovisual, si exceptuamos al cine. En este momento su futuro es incierto: hay demasiados problemas y poca voluntad de enfrentarse a ellos. Los medios públicos, debido a su configuración jurídica, dependen de las estructuras políticas de cada época y de cada localización en el caso de las televisión autonómicas. Y esa cuestión, que debería ser su fortaleza, se ha convertido en su debilidad; salvo honrosas excepciones circunstanciales, la TV pública ha sido utilizada partidariamente y exprimida económicamente por interés cruzados de políticos y grupos económicos afines. Y ahora es el momento de señalar a la BBC, ¡qué lejos estamos de su modelo de TV pública!
Hace muy poco tiempo Javier Olivares se lamentaba amargamente de las audiencias de “El Ministerio del Tiempo” en TVE. Este es un contenido que dignifica a un medio público, es lo que hay que hacer: producciones de calidad que entretengan, formen e informen y que fortalezcan la industria, la creatividad y generen empleo. Pero las audiencias, que son buenas, podían ser mejores. Los factores que influyen en la audiencia son muchos: calidad del formato, la colocación en la parrilla, su promoción, la competencia… hasta el clima puede influir. No menos despreciable es la influencia del branding. Si una marca está posicionada negativamente ante su cliente potencial, este no comprará sus productos aunque estos sean magníficos. En este momento la manipulación y el sectarismo de los Servicios Informativos está comenzando a ser un problema grave para la marca RTVE: contamina a toda la cadena y a sus profesionales. Javier, veo “El Ministerio del Tiempo” porque es un buen producto, porque me gusta y porque compartimos en redes, no porque se emita en TVE.
La sobredimensión en instalaciones y en plantillas es un hecho cierto, sobre todo en los medios públicos más antiguos diseñados para ser empresas audiovisuales autosuficientes y en un entorno analógico. Las tendencias organizativas, estructurales, económicas y tecnológicas están dejando al descubierto la inviabilidad de estos modelos productivos. En un proceso a medio plazo se han de reinventar evitando el daño gratuito a los profesionales de un sector con una tasa de desempleo brutal.
No todo son problemas estructurales o de mala praxis, hay que aplaudir a esos directivos que siendo nombrados por el político de turno, actuaron de manera profesional en lo económico, arriesgaron en formatos y nuevos talentos e innovaron en estructura y tecnología. El futuro de la TV pública está en la innovación. y la medida más innovadora es cumplir la Ley. Sí, las leyes que soportaron las creaciones de todas las televisiones públicas en España y que las habilitan para cambiar radicalmente su actual deriva. ¿Qué hacer?
.- En la información: dejar que se ejerza el derecho de información y expresión con pluralismo y rigor contemplado en el Artículo 20 de nuestra Constitución. Respeto al Código Deontológico de los periodistas para que puedan garantizar información de interés social alejada de los intereses partidistas o comerciales.
.- En los contenidos: Buscar  y producir contenidos con la mayor audiencia pero con valores de entretenimiento, formación, cultura y educación. Comprar y/o coproducir programas y servicios garantizando que el proceso de selección y de contratación sea transparente.
.- Sobre la gestión. Acabar con los nombramientos de directivos solo por su adscripción política o interés económicos privados. Evitar la discriminación, marginación y despido de profesionales independientes y de prestigio. Diseño de planes de viabilidad para adaptar las empresas a los nuevos escenarios tecnológicos, de mercado y organizativos. Defensa del ingente archivo audiovisual como patrimonio histórico.
Tengo para mí que no será fácil conseguir que las televisiones públicas cumplan con los objetivos para los que fueron creadas, que sean focos dinamizadores de la industria audiovisual local; generadoras de empleos de calidad donde los becarios tengan oportunidades de acceder al mercado laboral, donde los profesionales, del género que sean, tengan acceso al empleo y a los cargos directivos en igualdad de oportunidades y sueldo y,…. vamos a ver si es verdad lo que dice Dylan y resulta que “los tiempos están cambiando”

Foto: Press book The Walking Dead; Vídeo: Cadena Ser, artículo.