Evitar la piratería en internet es imposible. Hagámonos a la idea. Pero lo que sí se puede es dificultar mucho el acceso al contenido pirateado. Tanto que el esfuerzo por encontrarlo no merezca la pena frente a pagar o tener que ver la publicidad. En ello estamos los creadores de contenido y a ello han ido accediendo con el tiempo las grandes plataformas de vídeo. La apuesta por las herramientas de control de derechos es desigual pero claramente ahuyenta a los piratas. En lo que llevamos de 2019 Youtube es la plataforma en la que menos contenido de Mediaset hemos bloqueado.

La razón es su Content ID, una eficaz herramienta de gestión de derechos que puso en marcha en 2007 para intentar resolver los conflictos judiciales que mantenía con varios grandes grupos audiovisuales. Es esa que te silencia los vídeos que subes con el temazo de moda. También te puede bloquear un vídeo en el que usas un fragmento de una película o de un programa de televisión. Para que eso ocurra el propietario de los derechos tiene que haber subido el archivo completo en modo privado a YouTube. Eso puede dar un poco de reparo al principio… Subir a YouTube una película de cine antes de su estreno parece arriesgadísimo pero es justo esa la forma más eficaz de evitar que sea pirateada en la plataforma. Una vez subido se pueden elegir varias opciones de comportamiento ante una coincidencia:

  • Seguimiento: Simplemente monitoriza el contenido.
  • Monetización: Adjudica al propietario los ingresos que genere ese contenido en cualquiera de los canales en los que esté subido.
  • Bloqueo: Se puede elegir permitir un tiempo concreto, por ejemplo bloquear solo los que suban más de 20” de la película, o bloquear cualquier coincidencia independientemente de la duración.

Las cadenas de televisión podemos tener sincronizada la subida al Content ID con la emisión. No todos los contenidos se suben automáticamente, depende de los derechos que tengamos sobre ellos. No es lo mismo un programa producido para nosotros que una serie extranjera o un informativo con imágenes de agencias. Pero con este sistema el nivel de protección de los contenidos televisivos en YouTube es alto; no total, el total no existe. Siempre puede haber alguien capaz de modificar el vídeo para engañar a la máquina, pero eso ya supone un esfuerzo extra que puede disuadir al pirata. Content ID además es una herramienta retroactiva. Si  se sube hoy un contenido antiguo puede detectar vídeos coincidentes subidos hace meses o años. No los detecta inmediatamente como ocurrirá con cualquier nuevo intento de subida de cualquier fragmento coincidente con ese archivo, pero termina por encontrarlos. Cuando un usuario comete una infracción de copyright YouTube le envía una advertencia. La primera puede ser un error, la segunda… bueno, pero al tercer strike le penaliza con una rescisión de la cuenta, retira todos sus vídeos y no podrá crear canales nuevos. Si el contenido pirata estaba en una retransmisión en directo le impedirá el acceso a la herramienta de directos durante 90 días. Son castigos duros. No impiden la actividad del pirata, pero lo espantan.

Y se van a otro sitio. Por ejemplo, a Facebook. Durante un tiempo allí lo único que se podía hacer era denunciar los vídeos que encontrábamos de modo manual. Era un trabajo pesadísimo y muy poco eficaz teniendo en cuenta que la mayoría del contenido que circula en Facebook es privado. La falta de una herramienta de protección de los derechos de autor también era un obstáculo para atraer a creadores que generaran contenido exclusivo para la plataforma. ¿Cómo iban a dejar YouTube para irse a un lugar en el que les podían estar copiando todo su contenido anterior? Así que Zuckerberg también puso en marcha su propio Content ID. Se llama Rights Manager y lo lanzó en 2016. Inicialmente solo rastreaba en Facebook pero ahora ya lo hace en Instagram. También es muy eficaz, permite bloquear o autorizar fragmentos de una duración determinada. Igual que YouTube, tiene la opción de hacer ‘white lists’ con cuentas autorizadas a subir el contenido y se puede elegir si simplemente supervisa, monetiza o bloquea. Según la información que publica Facebook Rights Manager no es retroactiva pero fuentes de la compañía aseguran que ya han empezado a escanear material ya publicado, aunque con una frecuencia tan escasa que hace que siga siendo ineficaz con el contenido histórico. La herramienta de Facebook está menos depurada y parece que aún no le dedica los recursos suficientes a su departamento de soporte pero con ella hemos bloqueado este año 44.000 vídeos y si, como parece, se está mirando en el espejo de la de YouTube es un buen camino.

Protect Video Content with Rights Manager

Now you can protect your video content with Facebook rights manager. Learn how to do it yourself. Happy content publishing! #facebookcontent #rightsmanager #swishtag #swishtutorials

Publicada por SwishTag en Viernes, 18 de mayo de 2018

 

La segunda plataforma en la que más contenido copiado hemos encontrado es Dailymotion. Es el repositorio de vídeo largo en el que se han refugiado muchos piratas ante las dificultades de YouTube. Ahí de momento tenemos que denunciar manualmente los vídeos aunque tienen un acuerdo con Audible Magic e INA para que los propietarios puedan proteger su contenido. Lo explica aquí.

Y ahora llega un nuevo actor a esta guerra: Twitch. Antes la veíamos como una plataforma de gamers pero cada vez se está abriendo más a todo tipo de contenidos. El atentado contra una sinagoga en Alemania el pasado 10 de octubre fue retransmitido en directo en Twitch y lo vieron más de 2.000 personas antes de que la plataforma se diera cuenta y retirara el vídeo. Nosotros en esta edición de Gran Hermano ya hemos bloqueado tres canales de Twitch que estaban retransmitiendo en directo el canal 24 horas. Ahí, de momento, también tenemos que denunciar manualmente. Es como coger agua con las manos.

Pero lo que más desanima en esta lucha no es encontrar todos estos vídeos copiados. Puedo entender que lo intenten. Lo peor es que muchos de estos usuarios pillados se rebelan y disputan el bloqueo con argumentos falaces que demuestran que el problema sigue estando en la concienciación: “El vídeo está en internet y tengo derecho a colgarlo y difundirlo como me plazca” “Vídeo propio descargado de YouTube” “Es un simple vídeo inofensivo reenviado desde WhatsApp” “Es de dominio público porque está en redes sociales”

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Imagen: Bloomicon (Shutterstock)