Muchas cosas están cambiando y van a cambiar en nuestro mundo con la nueva realidad que ha traído la pandemia del Covid 19. En estos últimos días en los que no hay otra cosa en nuestras vidas que confinamientos, cuarentenas, desescaladas y distancia social, todos intentamos restar incertidumbre a nuestro futuro laboral, intentamos eliminar el miedo a un mañana totalmente desconocido sacando la bola de cristal y aventurando como serán nuestras relaciones sociales en unas semanas.

Pasado el proceso de shock y la hiperactividad creativo – balconil, cuando ya todos hemos superado, cual infantes completando procesos madurativos, la etapa del fitness casero y el horneado de pan, hemos entrado en una fase de análisis y conclusiones, necesarias, como ya he dicho, para poder empezar a pisar la calle sin demasiado vértigo. Por todo ello estos días hay en este blog una profusa producción de artículos al respecto que empiezan a analizar sectores, tendencias y perfiles profesionales, pasando por los cambios inevitables y avanzando cuales pueden ser algunas de las claves a seguir en el cine, la televisión, o los eventos en vivo.

Bucear y leer por aquí es enormemente valioso si te dedicas al audiovisual porque siempre aprendes y encuentras enfoques en los que ni habrías reparado. Es enriquecedor y, en un momento como el que nos encontramos, más necesario que nunca. Llegados aquí, no quería que mi aportación periódica siguiera ahondando en el dichoso coronavirus. Pensé en cambiar de tercio aunque sólo fuera por “innovar” o mejor, porque como muy bien dijo Juanjo Mestre también por este foro hace unos días, yo tampoco tengo ni p…. idea de lo que va a pasar.   En fin, dicho y hecho. Aquí estoy hablando yo también de la situación derivada del dichoso virus.

Y vaya por delante que todo lo que diga aquí es como la táctica psicológica de las madres de toda a vida, que siempre están anticipando el desastre. Si al final ocurre, suena el famoso “te lo dije”. Si no, la profecía sólo se aplaza para más adelante. Las incertidumbres ahora mismo son numerosas, no adelanto nada. Hay procesos y formas de hacer, con las que algunos llevamos muchos años trabajando que probablemente no vuelvan  nunca a cómo eran hace apenas 6 semanas. La producción de grandes formatos de televisión, la distribución cinematográfica, las obras de teatro y los conciertos, los festivales, los grandes eventos presenciales, la ferias, los festivales (musicales, de cine, publicitarios…), la publicidad en medios tradicionales…

Por entrar más al detalle en áreas con las que trabajo estrechamente, el marketing digital y la captación de usuarios en las plataformas habituales ha sufrido un terremoto en estos días como no recuerdo haber visto antes y dudo de que las reglas de juego vuelvan a ser las mimas. Los parámetros que antes te podían orientar para hacer un Business Plan y rentabilizar un producto han cambiado por completo y seguramente tengamos que redefinirlos. Seguramente tengamos incluso que cambiar la forma de vender o de comercializar ciertos servicios audiovisuales en el ámbito digital porque el nuevo mercado publicitario que está por venir se va a ver tremendamente afectado por la recesión, por el trasvase de usuarios de un canal a otro, y por la variación en los tiempos de consumo.

Ahora precisamente es cuando se empiezan a dibujar las muchas dificultades y algunas oportunidades que vendrán, pero las incertidumbres son incontables, y las certezas, prácticamente inexistentes.

Sí que hay algo que he percibido en estos días y es que, igual que ciertas profesiones denostadas o directamente ignoradas por el común de la sociedad han recuperado la importancia que nunca debieron perder, la industria del entretenimiento ha demostrado, una vez más, que es una actividad (por si alguien no lo sabía ya) muy esencial.

El entretenimiento audiovisual es necesidad básica en dos vías. En primer lugar, en la del consumo. Se trata de una de las necesidades básicas de una sociedad hiperconectada como la nuestra.  El consumo de televisión en España se ha incrementado en un 30% durante la cuarentena. Netflix ha sumado 16 millones de nuevos suscriptores y sus acciones han subido en bolsa un 34% desde principios de año, el consumo de video en youtube ha subido un 55% en estas últimas semanas… 

La gente necesita consumir productos audiovisuales, necesita evadirse, informarse y formarse a través de los múltiples soportes, canales y conexiones que tiene a su disposición hoy en día. Y también necesita crear, expresarse y comunicarse a través del lenguaje audiovisual.  Viendo a mis hijos jugar durante estos días, creando asociativamente, inventando y comunicando sus propias historias, de forma innata y espontánea, me di cuenta de que la creatividad, la producción y difusión, a través de todo tipo de canales de la propia expresión artística y visual, también es una necesidad inherente a las personas y siempre, bajo cualquier circunstancia social por penosa que esta sea, como sucede en este caso, seguirá siéndolo.

Por muchas dificultades que tenga el sector, por muchos cambios e incertidumbres, seguirá existiendo una enorme necesidad de consumir, y de crear productos audiovisuales. Sólo hay que proporcionarle las herramientas tecnológicas más adecuadas para potenciarla y convertirla en un mercado fructífero. La última de ellas es, sin duda, la conocida como red 5G

 

5G. ¿El próximo caballo blanco?.

La red 5G, es la quinta generación de tecnologías de Telefonía móvil, que sustituye al 4G, e incorpora una serie de ventajas que la convierten en un estándar muy deseado por estar llamado a erigirse en el vector de una nueva revolución industrial dadas las múltiples aplicaciones y desarrollos que va a permitir en las Nuevas Tecnologías y que puede cambiar (a buen seguro lo hará) la forma de crear, producir y distribuir contenidos audiovisuales.

El despliegue (no exento de polémica y dificultades técnicas) de la red de 5G en nuestro país es ya un hecho y en 2021, en las principales ciudades la cobertura será estará bastante extendida ya. Es por ello que los canales de la TDT están migrando ahora a una nueva frecuencia, y dejando libre el espectro que ocupan para esta nueva red. Se le está haciendo un hueco importante y protagonista porque la cantidad de aplicaciones y mejoras que ofrece para multitud de sectores.

Las tres principales novedades que aporta el 5G respecto a sus antecesores son:

  • Mínima latencia. Esto quiere decir que el tiempo de respuesta del terminal móvil es mínimo, de 1 milisegundo, respecto a los 10 actuales, lo que resulta de vital importancia en actividades como las cirugías a distancia, la conducción autónoma de los vehículos, o la generación de entornos de Realidad Virtual en tiempo real.

 

  • Multiplicación de la concurrencia. La tecnología 5G acabará para siempre con los problemas de saturación en grandes concentraciones de gente (aunque nos suene a ciencia ficción, algún día no muy lejano es posible que volvamos a juntarnos muchas personas en un estadio de fútbol, un festival de música, o una manifestación del 8M). La resolución de este problema, puede cambiar mucho la forma de interactuar con el organizador, el emisor o el artista con el público, y también en sentido contrario, de los usuarios/espectadores con el protagonista del evento, y también entre ellos.

 

  • Aumento de la velocidad de conexión y descarga e incremento notable de la calidad de emisión. Podremos descargar video 10 veces más rápido que ahora y emitir, con total normalidad en calidad 8K. Será como pasar de un 600 a un Maserati (¿Verdad Netflix?). y eso abre una serie de posibilidades creativas que nos tiene que empujar a todos hacia una innovación en la que la tecnología no sea sólo palanca o motor del contenido, sino parte indisoluble de él.

 

 

¿En qué puede traducirse esta innovación?. Algunas ideas:

  • Contenidos que exploten la mejora en la definición para convertir esta en protagonista
  • Introducción de elementos de realidad aumentada y realidad virtual dentro historias inmersivas, dando lugar a un nuevo tipo de narrativa audiovisual mucho más experiencial y real de lo que hasta ahora conocemos.
  • Fomentar la bidireccionalidad en la comunicación aprovechando la reducción de la latencia para construir formatos que ya se están apuntando aprovechando el confinamiento, pero con una calidad y recursos narrativos acordes a lo que la creación audiovisual merece.
  • Fomento de la cultura virtual con la retransmisión de eventos en calidad de visionado similar y experiencia de disfrute mucho más próxima a lo que supone un directo.
  • Compartir vídeos de alta calidad de forma mucho más habitual, fomentar la comunicación a través de vídeo y que esta sustituya a los audios y al texto como vehículo comunicativo predominante.

 

Y todo esto en el móvil, un dispositivo que tienes siempre en tu mano o en tu bolsillo. ¿Se os ocurren 1.000 más?

La incipiente cultura virtual que está naciendo, la de los espectáculos en remoto, la realidad virtual y virtualizada, la del disfrute individual desde casa en el tiempo y forma a elección del consumidor puede convertir lo deseable en realidad en muy poco tiempo.  Conviene empezar a pensar en productos  que nos exijan  utilizar todas estas capacidades al máximo, y ofrezcan al usuario una experiencia que nunca antes ha conocido.

 

Fotos:

Ivan Radic

Fábricas de Cultura Zona Leste

 

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