Proceso de selección de replicantes en la película "Blade Runner"

Desde mis inicios en la televisión siempre me ha fascinado la incapacidad de este medio para sacar más jugo a sus inversiones. En otras palabras: si nos dedicásemos a otro sector, no tengo duda que estaríamos todos en la calle por improductivos.

Los esfuerzos que conlleva la preproducción y el rodaje de contenidos es inversamente proporcional a la salida de múltiples formatos y sus correspondientes explotaciones.

Por ejemplo, un contenido grabado para un programa divulgativo solo tiene dos posibles salidas: el programa en sí y un hipotético archivo de la televisión o de la productora de turno. Nada más. La antena utilizará el contenido ya montado y llevará a cabo las reemisiones que considere necesarias para deleitar a algunos y acabar con la buena fe y paciencia de otros. Esto también pasa con otro tipo de contenidos: deportivos, infantiles, eventos y, evidentemente, informativos.

Siguiendo este razonamiento, es lógico plantearse la siguiente pregunta: ¿No existen más formas de reutilización del contenido televisivo? Cuando eres sectorialmente pequeño te las ingenias para sacar más provecho a tus rodajes: todos hemos creado programas seriados que montados de otra forma se han convertido en contenedores diferentes (la programación en trenecito), remontado documentales dedicados a la naturaleza (documental de leones + documental de hienas = documental de depredadores), e incluso –los más osados– se han atrevido a lidiar con los archivos de los grandes entes públicos (desde “La historia de la TV local” hasta “Los cachitos de hierro”). Todo esto, dejando de lado algunos zappings que nacieron como sistema de aprovechamiento del material generado en la televisión e Internet.

Pero, como diría el chiste, ¿hay alguien o algo más?

Con el florecimiento del mundo transmedia, parece que la necesidad de optimizar los rodajes vuelve a estar de moda. Cuando te planteas un programa/proyecto multiplataforma, se vuelven a plantear debates que anteriormente parecían innecesarios. Las preguntas siempre son las mismas: ¿Qué podemos aprovechar de los rodajes o del material existente? ¿Podemos grabar diferente para sacarle más jugo a toda la narración? ¿Es posible darle más vida al archivo propio y ajeno? …

Rodaje del programa divulgativo "AIO" (TVC)

Rodaje del programa divulgativo «AIO» (TVC)

Cuando exista una vocación real transmedia en la que una antena genere contenido para televisión, web, plataformas móviles, redes sociales y radio al unísono (formando parte de una misma narración) se planteará con fuerza la necesidad de crear un audiovisual sostenible en el que un rodaje genere muchas partes de una misma narrativa. Así como se analizarán con detenimiento todos los contenidos existentes, susceptibles de formar parte del proyecto (archivo visual y sonoro, grafismo de época, material fonográfico, etc.).

Actualmente, la única televisión que conozco en España (sin mencionar los interesantes experimentos de TVE) que busca este tipo de proyectos para cubrir toda su programación es BTV, la televisión pública de Barcelona. Las productoras que trabajan para este canal (mediante convocatorias públicas) se están enfrentando a un tipo de producción totalmente nueva, en la que hay que pensar en sacar el mayor rendimiento de cada rodaje para alimentar todas las plataformas de difusión de forma coherente y sostenible.

En estos proyectos, los productores tienen que lidiar no solo con las particularidades de cada plataforma (vídeos muteados, prioridad por el grafismo, necesidad de enlaces con comercio electrónico, etc.), sino con las costumbres del pasado. Estos se encuentran con problemas prácticos como son la adquisición de derechos de música comercial para todas las plataformas, la gestión de los derechos de imagen de los protagonistas del proyecto en las múltiples ventanas, así como la correcta administración del archivo audiovisual.

"Rius de tinta (Ríos de tinta)" es el nuevo programa de BTV (se estrena en enero 17) dedicado al mundo literario que desarrolla su narrativa en la radio, web, redes sociales, TDT y espacios físicos. El proyecto incluye procesos de participación, gamificación y Branded Content de instituciones públicas.

David Guzman, director y presentador de «Rius de tinta (Ríos de tinta)». El nuevo programa de BTV (se estrena en enero de 2017) dedicado al mundo literario que desarrolla su narrativa en la radio, web, redes sociales, TDT y espacios físicos. El proyecto incluye procesos de participación, gamificación y Branded Content de instituciones públicas.

En este apartado, nos tendríamos que centrar en el gran enemigo de la sostenibilidad televisiva: la privatización (por parte del sector público) de los archivos audiovisuales de entidades y entes públicos.

Es una mala costumbre por parte de las antenas y entidades tarifar de forma completamente marciana sus archivos. Es descorazonador ver cómo los productores de TV tenemos que pagar por archivos de entes públicos, mientras campan a sus anchas los mismos contenidos en Internet colgados por anónimos agentes.

¿Tiene algún sentido que un ente público cobre por el uso de un material audiovisual pagado con dinero público (más allá del coste de la gestión)? A mi entender: NO. Es comprensible que se tengan que pagar los costes derivados del mantenimiento de un archivo… ¿Pero sus derechos? ¿No puedo utilizar el archivo de TV española sin pagar como si fuera una productora americana? ¿No he pagado ya este contenido previamente?

Además, siguen contemplando sus archivos como un problema más que un activo. Cada vez que se saca el tema de aprovechar sus materiales históricos o contemporáneos, los responsables de las televisiones sacan un sinfín de quejas y trabas que desmotivan al más valiente.

Parece un tema baladí pero no lo es: hasta que no se normalice el valor y la accesibilidad de los archivos públicos no se podrá instaurar una televisión sostenible y, por consiguiente, más competitiva.

Por otro lado, la mayoría de productoras que ofrecen contenidos a la televisión generan infinidad de material bruto que –por contrato– no pueden utilizar (no pueden elaborar un programa de naturaleza similar al ya contratado con la TV). Un material que con el paso del tiempo pierde valor irremediablemente.

Visto el panorama y lo que cuesta ir a grabar contenidos para que solo se utilice un 5%, no sería descabellado crear un plan de sostenibilidad de los contenidos audiovisuales para TV similar al que existe en el ámbito energético, de la gestión de los residuos o del sector alimentario. Una “Agenda 21” dedicada a la sostenibilidad audiovisual que se podría articular mediante un compromiso del sector público (como mínimo) en el que los esfuerzos que se llevan acabo para generar un contenido tenga el mayor número de formatos y salidas posibles, y que sus materiales brutos estén a disposición de otros generadores.

Dicha agenda podría partir de los siguientes preceptos:

  • Acceso libre a los derechos de uso de los archivos audiovisuales de los entes y entidades audiovisuales públicas.
  • Todo encargo de un ente público debe tener más de una salida de formato en cada plataforma.
  • Las productoras tienen derecho a utilizar el material bruto generado para un encargo público pasados dos años de su primera emisión.
  • Si una productora lo autoriza, un generador de contenido puede utilizar el material bruto generado en un encargo público por parte de otra producción audiovisual.

Y a partir de aquí seguir generando estrategias que fomenten la reutilización de material audiovisual y la multiexplotación del contenido nuevo.

Estos conceptos parecen una utopía, pero las necesidades del nuevo mundo transmedia requerirán de mucha imaginación y habilidad para crear contenido coherente e inédito a un precio competitivo. No es descabellado pensar que en este país (con tendencia a la pandereta) nos pidan duros a cuatro pesetas… O lo que sería lo mismo, proyectos transmedia al mismo precio que un programa de televisión analógico. Tiempo al tiempo. Mientras, seguiremos soñando como buenos y obedientes replicantes.

 

@laudelgado_com